Margui Hernández, Técnico en Salud Ambiental, ha atesorado como leitmotiv, a través de su inconfundible marca Naturalmente Margui la divulgación de lo extraordinario y factible que tiene el hábito de comer sano."Entre las acciones que fomentamos en talleres o charlas -asevera Hernández- es la de llamar la atención acerca de hábitos de vida saludable que conviene adaptar en nuestra vida cotidiana; que la gente pueda estimular la alimentación sana, evitar el tabaco, el alcohol a la vez que realice actividades enriquecedoras, que se mueva, haga ejercicio al aire libre y una todo esto también a la salud emocional que abarca esa parte espiritual, la del alma, la mente, el equilibrio en definitiva y que es lo que se va afianzando con talleres y charlas específicas".Frambuesa, pitaya, moras ecológica de Fasnia... "En Tenerife, donde conviven tantos microclimas, tenemos de todo y en los referidos talleres me gusta defender géneros de producción local y no hace falta traer de fuera para comer sano y variado; aquí se da de todo y siempre que consigo productos para nuestra divulgación me siento orgullosa con esa variedad: desde verduras a frutas, café, cerveza, hortalizas, legumbre",..."Por suerte, el concepto saludable lo he visto en casa desde pequeña -subraya Margui Hernández-. A mis padres siempre les ha gustado comer sano, con fruta y verdura, ensaladas,...; me acuerdo de pequeñita que ya mi abuelo preparaba los cacharros de agua con greñamillo, malva y limón, y me iba con la cantimplora al colegio. También la mesa de mi casa era siempre un vergel así que esto ha ido ligado conmigo durante toda la vida".A esta "activista" de lo saludable siempre le ha gustado asesorar y sugerir esos hábitos, a partir de la nutrición, y llegó el momento de arrancar las convicciones de forma ya profesional. "Con los 'jugos verdes' se procura que la persona compruebe que es de lo de más fácil y tonificante preparar combinaciones sabrosas; eso sí, no se trata de juntar alimentos saludables sin ton ni son para que luego te tapes la nariz para probarlo. Enseñamos a la gente a saber combinar lechuga, espinaca, yogur, germinados,... En uno de esos jugos es maravilloso 'colar' alguna verdurita".Margui sugiere, por ejemplo, uno de esos yogures de cabra, rallar un poco de zanahoria o calabaza, un poco de germinados o brotes, que tienen mucho potencial nutritivo. La cosa es ir combinando, probando un poco, añadir un poco de espinaca, perejil,... Es muy importante consumir clorofila en vivo, en crudo".¿Conceptos vegano, vegetariano? ¿Qué opinas sobre esto? "Cada vez está más confirmado que conviene que en la dieta, en 24 horas, haya más cantidad de vegetal que géneros de origen animal. Mucha gente a lo mejor se plantea decir: a partir de mañana no como más alimentos que tengan procedencia animal. Hay que reducir 'el entullo'; no nos olvidemos de las legumbres. En realidad, en mi caso particular, yo no he decidido convertirme en vegetariana, pero sí he decidido reducir los aportes cárnicos. Menos y que éstos sean de conejo, pollo,... Pero si nos vamos a hacer vegetarianos o veganos es imprescindible hacerlo con asesoramiento, pues pueden surgir problemas por déficit o por exceso de determinados nutrientes".¿Comemos bien los canarios?. Según Margui Hernández, seguimos comiendo muchos productos digamos 'basura'. Afirma que en los talleres hay cada vez más gente interesada en saber qué comer para estar mejor; comer sano está relacionado con sentirse mejor, con más energía."Con la crisis -detalla- se volvió otra vez a comida barata (galletas, congelados con aditivos, de bollería, embutidos,... Retrocedimos un poquito pero es verdad también que a veces hacerse un potaje es un lujo, porque la verdura está cara. Hemos dejado de comer alimentos que son baratos y son buenos como el gofio, por ejemplo".“En los talleres -continúa- inculco en todo momento el consumo de cosas de aquí: gofio, plátano, unas papitas o unas batatas guisadas; la cebolla morada, el ajo, el perejil, la calabaza, los bubangos... Lo que tenemos que propiciar es que la gente aprenda y conozca qué es lo que hay en todo eso que consideramos sano y cómo lo podemos comer, cómo aprovecharlo... No es que nos emperremos en comer mal, es que nunca nos han enseñado a comer sano".Margui Hernández opina que hoy ha cambiado algo el panorama. "En los mismos colegios, en los ecocomedores, los huertos escolares, los niños descubren los sabores, nuevos colores (qué es bueno que haya diversidad de colores) y que vayan educando el paladar. No puede ser que nos encasillemos en papas fritas, huevo frito: siempre lo mismo".¿Por dónde debe empezar una persona que quiere cambiar su dieta? Hernández lo fundamenta en este "tridente", tres términos fáciles de entender y de ejecutar. Lo primero, ELIMINAR. "Dejar de meter en casa productos que sabemos perfectamente que son perjudiciales: procesados, algunos congelados, bollería industrial, productos con aditivos, carne muy roja. También movernos del sofá y beber agua. La gente se olvida de beber agua y hay que estar hidratados, bien hidratados a lo largo de todo el día"."Si no tienes en tu casa la tentación -subraya Margui-, digamos si no tienes rosquetes, puedes decantarte por unos frutos secos, unos tomates cherry que son verdaderas golosinas. Una manzana, un plátano,...".La segunda palabra: DEPURAR. "Hay gente que dice 'hasta hoy he llevado una vida a lo loco de comidas y excesos, y mañana quiero cambiar todo'. Y van y se compran esos concentrados de nutrientes, batidos y remedios dietéticos. Primero hay que limpiar los órganos, los filtros del organismo; riñones, hígado: hay que eliminar las toxinas que hemos acumulado durante años de 'hinchada y embostadas' y propiciar al cuerpo que tenga los filtros limpios para que absorba las buenas cosas que le vamos a ir aportando".Una forma de hacerlo son esos jugos verdes, fuentes de vitaminas y minerales; plantas que aportan sustancias que nos ayudan a limpiar el organismo e ir incorporarlo en el día a día. No es decir que siempre hay que alimentarse a base de jugos, pero que si apostemos por este y otros formatos lo más posible. Un ejemplo: media pitaya, un plátano, perejil y germinados ecológicos.En tercer lugar: CAMBIAR. No se trata de decirnos que nos ponemos a la dieta de verde o de jugo o de la piña: es cambiar el estilo de vida e incluir a ese propósito el ejercicio, más actividad, meter quizá un poquito de tai-chi o yoga. Ir a una playa o al monte a una caminata y disfrutar del paisaje