“¡Ole, ole mi Cai! ¡Lo digo a boca llena! ¡Y quien no diga ole que se le seque la hierbabuena!”, arengaba María La Hierbabuena. “¡Ole, ole y ole!”, le acompañaba enfervorecido todo el templo de los ladrillos 'coloraos', el Gran Teatro Falla, mientras las agrupaciones esperaban sobre el escenario. María La Hierbabuena falleció en 2016, pero su voz fue la esencia del carnaval, hoy convertida en un grito único entre los vecinos de Cádiz. El pistoletazo que da inicio a las fiestas.
El carnaval es la exaltación de la idiosincrasia gaditana. En él confluye el ingenio, la gracia, la espontaneidad, el hacer vida en la calle, la música, y un arte especial que solo tienen los gaditanos. Esta forma de ser tan suya, tan nuestra, ha convertido al carnaval en una celebración de referencia internacional. Sus calles se convierten en un tablao en el que convergen personas de todos los lugares del planeta, siendo una atmósfera perfecta para dar a conocer su cultura como pueblo, y, por supuesto, su cultura gastronómica.
Desde la Playa de Cortadura, pasando por Puerta de Tierra, hasta llegar a La Caleta: todo Cádiz se vuelca con el carnaval. Esta festividad es uno de sus aspectos más característicos; del mismo modo que lo es el color plata de las aguas que rodean esta tacita, el olor a salitre, y los vientos de levante y poniente que recorren sus callejuelas.
Podemos pasear por el barrio de La Viña, el de más pureza carnavalesca, comprar un cartucho —como se conoce en Cádiz al cucurucho— de pescaito frito y detenerse en una esquina de la calle La Palma a escuchar una comparsa. Dejarse caer por El Mentidero, tomar como aperitivo unas papas aliñas o unas panizas y disfrutar del carrusel de coros que se celebra en esta plaza tan acogedora. También, sumergirse en el acogedor arrabal del Pópulo y atreverse a acompañar en el estribillo a una agrupación, envalentonados por la calidez de una copita de moscatel.
Este 2022, de manera cauta, el Ayuntamiento de Cádiz ha aplazado la celebración oficial del carnaval a las semanas del 2 al 12 de junio, a la espera de una mejor situación sanitaria. No obstante, las agrupaciones callejeras animan a la ciudadanía a salir estos días a la calle a que de forma sensata disfruten de la festividad. Así que os proponemos una serie de bocados, y dónde comerlos, que no os podéis perder del Carnaval de Cádiz.
Las Ostionada, Erizada y Pestiñada
Estas fiestas gastronómicas populares tienen lugar las semanas previas al carnaval, coincidiendo con el inicio del COAC. Se llevan a cabo de puerta tierra pa dentro —como se conoce al casco histórico gaditano—: en la Plaza de San Antonio se celebra la degustación gratuita de ostiones, la Ostionada, un molusco típico de estas costas, con un sabor limpio e intenso a mar que se diferencia de la ostra por ser más pequeño y alargado. En el barrio de La Viña se sirven cientos de kilos de erizos en la Erizada, que junto a los versos de coplas, popurrís o pasodobles que cantan las agrupaciones, van preparando la llegada del carnaval. La Pestiñada, evento que organiza La Peña Los Dedócratas, consiste en un encuentro multitudinario para comer pestiños en la Plaza de San Francisco, acompañados por licor de anís. Este año, estos actos gastronómicos se celebrarán las semanas previas al carnaval oficial del mes de junio.
La torta de Carnaval
La torta de Carnaval es un dulce que se elabora y se comercializa solo para estas fiestas. La masa es de manteca de cerdo, azúcar, levadura y especias, y se decora con tres o cuatros almendras por encima. Tiene forma de sol o estrella. Una de las mejores confiterías donde se puede adquirir es La Gloria, en La Candelaria, una de las plazas más bellas de la ciudad. Este dulce se suele acompañar con una cañita de moscatel.
Empanada de atún
Debido a la masiva afluencia de personas que vienen a vivir el carnaval, puede ser complicado encontrar mesa en los restaurantes; por ello, muchos gaditanos y gaditanas optan por comprar un aperitivo y comerlo en la calle. Uno de los planes más tradicionales es visitar Casa Hidalgo, una pastelería ubicada en la Plaza de la Catedral, y tomar su empanada de atún en la escalinata de esta seo.
La manzanilla
La empanada puede ser acompañada por una botella de manzanilla, la bebida predilecta, junto a la cerveza, del carnaval. Aconsejamos probar este vino en la Taberna La Manzanilla, uno de los templos del sherry y con más solera de la provincia. Destaca por el cuidado y la calidad de unos vinos que tienen casi cien años de historia. Podemos comprar una botella de manzanilla y tomarla a lo largo de la calle Feduchy o al sol de la Plaza de San Juan de Dios.
Los cartuchos de pescaíto frito
Los freidores, bares especializados en pescado frito, sirven en papel de estraza cartuchos de chocos, cazón en adobo, puntillitas, acedías, pijotas fritas, etc. que la gente come por la calle. Los freidores más afamados son: Freiduría Las Flores, en la Plaza Las Flores; Freiduría Cervecería Europa, en la calle Hospital de las Mujeres; Bodeguita El Adobo, en la calle Rosario, conocido por la fritura de pescados enteros; y para los que les gusten las ortiguillas fritas, las de Casa Lazo, de las mejores que hemos probado.
Las tortillitas de camarones
Las tortillitas de camarones son uno de los bocados más célebres de Cádiz y las de La Barra del Faro, en el barrio de La Viña, son unas de las mejores de la provincia. Un encaje de camarones muy crujiente, sabroso y poco aceitoso. La receta procede de la Venta Vargas, cuna de la elaboración. Ahora es Mario Jiménez quien mantiene la esencia desde este popular restaurante.
Los chicharrones
Continuando en La Viña, no nos podemos perder los de la Taberna Casa Manteca. Servidos en papelinas, este chicharrón especial destaca por su corte fino y un aliño de sal y limón. Tapear en Casa Manteca es una cosa imprescindible de la visita a Cádiz.