Encontrar una buena coca de Sant Joan el relativamente sencillo. Da igual si somos más de llardons (chicharrones), de fruta, de crema y piñones o de alguna más original y creativa. Basta con elegir nuestras pastelería artesana favorita y seguro que allí encontramos lo que buscamos. Según las previsiones del Gremio de Pastelería de Barcelona, este año se venderán 1,9 millones de cocas artesanas en toda Cataluña, un 5% más que hace un año.
Pero, no nos engañemos, no todo el mundo está dispuesto a pagar lo que cuesta una buena coca artesana. Por mucho que defendamos que es mejor una pequeña y buena que mucha y mala —aplicable en general a casi todo— igual que ocurre con los panettones o los roscones de Reyes, son muchos quienes apuestan por los productos del supermercado.
¿El secreto está en la masa?
Así que, sin perder de vista nuestra recomendación de apostar por productos artesanos, se nos ha ocurrido un experimento: recorrer algunos de los supermercados más populares de la ciudad, comprar una coca, probarla y ver cuál es la mejor opción. O, mejor dicho, intentar descubrir si alguna se salva dentro de la oferta industrial en la que, eso sí, se estilan precios de derribo con cocas de medio kilo entre 6 y 12 euros.
Un reto ya de por sí bastante duro pero al que hemos querido añadir una dificultad más: de entre todas las variables hemos escogido la clásica de brioche —luego hablamos de eso— con frutas. Aquí no hay atajos, ni cremas ni chocolates capaces de tapar el destrozo. Sólo algo de fruta escarchada, azúcar —mucho, demasiado azúcar— y almendras o piñones por encima.
Si la masa no es buena, no hay manera de disimularlo. Y, para sorpresa de nadie, en general no lo son. Nos contaban hace poco en el Forn Gil (Barcelona), elaboradores de la mejor coca de Sant Joan de chocolate 2024, que la masa esa clave en una buena coca y que una de brioche tiene que tener buena mantequilla, huevo abundante y ser muy esponjosa. No ha sido el caso de casi ninguna de las probadas. Lo cual no significa que no estuvieran ricas y fueran comestibles.
Probamos 6 cocas tradicionales de supermercado
Pero vamos ya con lo que hemos descubierto durante este ejercicio de periodismo Gonzo con sobredosis de azúcar. Estas son las 6 cocas que hemos probado:
Aldi
Es una de las más económicas del mercado. La “coca especial fruta” —esa es la denominación oficial”— sale por 5,99 euros en formato de 500 gramos, el único disponible. El elaborador es Productes Artesanals Melendres, de Lleida. Al repasar la lista de ingredientes, descubrimos varias cosas. Algunas esperables, como que de cada 100 gramos, 21,5 son de azúcar. O que hay más de una docena de “E”s entre ellos. Cero quimiofobia por aquí y ya imaginábamos que no estábamos comprando superfood.
Lo que igual sí sorprende más es ver que se trata de un producto descongelado y que, como tal, no puede volver a congelarse y tiene una fecha de consumo preferente de sólo 3 días. Ésta la compramos con cierto tiempo y, para nuestra sorpresa, recomiendan terminarla antes del 21 de junio. A Sant Joan no llega.
La supuesta masa de brioche que sirve de base se resuelve con margarina. El resultado recuerda un poco a esas tortillas de patata mazacote. Se come y disfruta porque al final es algo dulce y festivo, pero pide untarla en algo o rellenarla para hacerla algo más apetecible. Falta sabor, textura y algo de ternura y cariño en la elaboración. Una de las que menos nos ha convencido.
Carrefour
Por 8,95 euros (la segunda unidad al 50%, ojo) podemos conseguir una “coca artesana” de Carrefour. Si aprovechamos la oferta, sería la más barata del mercado, por cierto. No hace falta ni abrirla para notar el potente aroma a anís y cítricos. Tan intenso como aparentemente poco natural. A primera vista es mucho más jugosa que la de Aldi, también más lisa lo que hace que parezca más grande.
Sacamos la lupa para descubrir que en este caso no hay congelación previa. El productor es Dillepasa, un gigante de la repostería industrial con sede en Balaguer, también Lleida. Tiene algo menos de azúcar (16 gramos) y en la lista de ingredientes leemos masa madre, lo que nos hace soñar con algo parecido a una fermentación. Ni rastro de mantequilla o margarina, se apuesta directamente por aceite de girasol.
Es más grasienta, jugosa y apetecible que la de Aldi, aunque hay que echarle mucha imaginación para ver algo parecido a un brioche en esta masa. Igual que la anterior, además de la fruta confitada lleva trocitos de almendra.
Mercadona
En la mayoría de supermercados las cocas de Sant Joan están a la vista, casi en la entrada. En Mercadona hay que buscarlas en la zona de horno, junto a las empanadas. Al menos en el que hemos ido a comprarla. Cuesta 10 euros en formato de 550 gramos de brioche con frutas. Incluye, eso sí, “una bolsa para mejorar la conservación”.
Tampoco es que haga mucha falta porque, de nuevo, nos encontramos ante una coca descongelada y con una caducidad de tres días. Algo que explica —suponemos— que Mercadona haya apurado tanto los tiempos y haya dejado para ultimísima hora colocar —casi esconder— las cocas en el lineal de sus supermercados.
Kokoa Origens (Martorell) es el proveedor de esta coca Hacendado, muy cargada de fruta confitada (un 20%) y que incluye en su receta margarina. Y 25 gramos de azúcar, la que más. Es también la única que incluye piñones en la decoración. ¿Y qué tal? Pasable, la verdad. La masa recuerda mucho a la de roscón en textura y aromas, y resulta relativamente tierna. Eso sí, ojo con la fecha y el consumo preferente o no llegará a la noche del 23 en condiciones.
Lidl
Hemos estado atentos toda la semana y las cocas no han llegado a Lidl hasta el miércoles, 19 de junio, por la tarde. Ahora ya imaginamos la razón, y al dar la vuelta a la caja de su coca de frutas de 500 gramos por 5,99 euros confirmamos la sospecha: descongelada y con fecha de consumo preferente —comprada el mismo miércoles— antes del 24. Aquí parece que lo de los tres días se puede estirar un poco más.
No es lo único que descubrimos porque resulta que Productes Artesanals Melendres también firman esta coca. El envase es diferente, pero, efectivamente, es exactamente la misma que la de Aldi. Hasta el precio coincide. Eso sí, igual ha sido casualidad, pero estaba algo más tierna, lo que la hacía un poco más apetecible aunque, como en el otro caso, no es la mejor opción.
Bonpreu
En los supermercados Bonpreu no hace falta buscar las cocas porque te reciben con los brazos abiertos casi nada más entrar. Es imposible no verlas. Y no sólo porque ocupan un lugar destacado, sino por la amplísima gama de variedades y tamaños, con opciones de kilos y también pequeñas de 250 gramos.
Metemos en el carrito lo acordado: brioche de frutas. Pero un detalle en el envase nos hace frenar en seco. Aunque la marca de esta “coca tradicional” aparece como Musfi’s, debajo se indica que el elaborador es Dillepasa. ¿Nos suena? Exacto, como en la de Carrefour. La caja es diferente, incluso la colocación de las frutas de decoración, pero basta leer la lista de ingredientes para comprobar que es la misma. Un euro más cara: 9,95 euros.
Así que todo lo dicho de la de Carrefour se puede repetir aquí. De todos modos, para no irnos con las manos vacías hacemos un poco de trampa y compramos una pequeña (250 gramos) de hojaldre y crema por 4,95 euros. En previsión de desastre general, nos guardamos una baza.
Por cierto, aunque en nuestro super no la localizamos, por lo visto en otros (y en la web) también hay cocas de Perafita del Forn Franquesas que, a priori y con un poco de fe, nos parecen mejor opción. Salen por menos de 10 euros la de 850 gramos de frutas, así que también es acorde a presupuestos ajustados.
Ametller Origen
Justo en el tiempo de descuento han llegado las cocas de Ametller Origen, que no han salido a la venta hasta el jueves, 20 de junio. Es verdad que es un supermercado un tanto particular, pero el hecho de que vendieran cocas con la firma de Oriol Balaguer a un precio muy moderado (12,59 euros la de 570 gramos de frutas) nos llamaba mucho la atención. Así que había que probarla.
Confesamos que nos decepciona no encontrar tampoco en este caso mantequilla en la masa de brioche. Es la única que usa grasa de cerdo —apententemente sólo se usa esa grasa— y que en el caso del huevo matiza que es líquido y suma también claras de huevo. En cantidad de azúcar, con 23 gramos, está entre las de mayor proporción.
No aparece el nombre del elaborador, tan sólo un registro sanitario. Cabe suponer que aquí Balaguer ha dado sus consejos y recetas y que algún productor se ha encartado de prepararlas para Ametller.
En cualquier caso, es la que más nos ha convencido de la media docena que hemos catado. La masa se acerca a algo con cierta fermentación y consistencia de sabor, no deja ese regusto empalagoso de grasas vegetales y, em definitiva, sin ser un brioche de manual puede pasar como una coca rica, saborsa y tierna. Eso sí, como advierte la propia etiqueta, una vez abierto el plástico, mejor consumir en 24 horas para que no se pierda la magia o esa sensación de coca recién hecha.
¿Cuál es la mejor opción?
No es, la verdad, una elección fácil. Insistismos en la apuesta por pastelerías artesanas frente a productos más industriales. Pero si el presupuesto es ajustado y es innegociable que haya coca de Sant Joan el 23 por la noche, la de Ametller Origen es la más decente de todas las probadas por relación calidad-precio. También es la más cara y es lo esperado, aunque confesamos que esperábamos más distancia respecto a las estándar de supermercado.
En cuanto a éstas, la de Mercadona nos ha parecido la más pasable. ¡Qué sorpresa un medio diciendo cosas buenas de Mercadona! Cierto, suena a tongo pero no estaría aquí el catador de cocas en la lista de fans de Joan Roig. El caso es que la de Hacendado nos ha parecido algo mejor que la que podemos encontrar en Bonpreu —insistimos en la opción Perafita que no localizamos— y Carrefour.
De todos modos, evitar la de frutas y llardons —donde más va a delatarse los defectos— y jugar fuerte con cremas y chocolates es una buena idea en las cocas industriales. De hecho, las de hojaldre tampoco son una maravilla y la mantequilla ni está ni se la espera. Pero ese punto crujiente del hojaldrado junto al relleno hace que resulten más pasables.
Si quieres seguir leyendo sobre cocas de Sant Joan de supermercado, nuestros compañeros de Consumidor Global también han elaborado su propio ranking de cocas.