A los más golosos les gustará saber que Soria no solo es torrezno, trufa y micología. Tiene también una versión deliciosamente dulce en la que no faltan sus famosos caballitos de Numancia, las yemas y las paciencias de Almazán o la popular mantequilla dulce. Pero si hay un postre para el que siempre queda sitio, es para el pastel de costrada.
Carlos Rodríguez, propietario del obrador Dulces Duero, es un maestro de esta delicada tarta milhojas rellena de nata y crema y decorada con finas virutas de hojaldre y azúcar glass. Esta es la receta tradicional, la más típica, pero hay otras versiones irresistibles. “Se puede hacer solo de nata o de crema, de trufa, de cabello de ángel, de mantequilla con nata, de merengue, praliné, crema de pistacho o de chocolate”.
No es la única delicatessen artesana que nos tienta de su pastelería. Pastas de todo tipo, palmeritas, turrones, mazapanes, buñuelos, pastelitos o el roscón de Reyes que elaboran a diario. “Los fines de semana las calorías NO cuentan”, advierte un pequeño cartel situado estratégicamente en la vitrina. Con este irresistible panorama, de lunes a viernes digamos que tampoco.
El secreto está en la masa… del hojaldre
El secreto de una buena costrada, como en cualquier otra receta, está en la calidad de los ingredientes. Pero en el caso de esta tarta de forma rectangular tiene especial importancia el hojaldre, quizá una de las preparaciones culinarias más difíciles de hacer (bien) en la repostería. Y precisamente ahí está el truco para conseguir el perfecto pastel de costrada.
Debe prepararse con esmero, mezclando bien la mantequilla con la masa, para conseguir un hojaldre muy ligero, muy fino y delicado, que se deshaga en la boca, pero con la firmeza necesaria que demanda la base de este postre que, según la hemeroteca, lleva preparándose casi un siglo.
¿Cuál es su origen?
Su origen es incierto. Cuenta Rodríguez que nació en la cocina del ya desaparecido Hotel Comercio, en la ciudad de Soria. Eso sí, advierte, hay que tener en cuenta que entonces solo había mantequilla, no había nata ni crema pastelera. Poco a poco fue evolucionando y, como hemos visto, ampliando generosamente su abanico de sabores.
De lo que no hay duda es que, aún siendo un postre de presentación sencilla y elaborado con pocos ingredientes, no falta en fiestas y celebraciones tradicionales, y además se ha convertido en el embajador más dulce de la gastronomía soriana.
Una gran fiesta para reivindicar un gran postre
Para reivindicar la importancia de la tarta más emblemática de la provincia y para dar a conocer este postre más allá de Soria, del 8 al 10 de marzo se celebra la V edición de la Fiesta de la Costrada Soriana, organizada por la Asociación Soriana de Confitería, Pastelería, Bollería y Repostería (ASEC).
Tres días en los que pastelerías y obradores de toda la provincia cederán aún más el protagonismo al popular dulce. Y lo harán ofreciendo todas y cada una de sus versiones con propuestas tan originales como rellenas de chocolate y torrezno, de boletus, de queso mascarpone, trufadas con Tuber Melanosporum (trufa negra) o la torricostrada (con sabor a torrija), una interpretación ideal en vísperas de la Semana Santa.
Para los afortunados que se encuentre en tierras sorianas, aquí va el listado de los establecimientos participantes de este año: Confitería Almarza y Pastelería Gil en Almazán; en Soria capital, Dulces Duero y Mantequerías York; Pastelería Moraga de Burgo de Osma; Confitería El Torero en Berlanga de Duero y El Abuelo Jose Luis en Arcos de Jalón.
Además los restaurantes de la capital y de la provincia la servirán como postre principal de sus cartas y menús. Tampoco faltarán las degustaciones, para disfrutar de su variedad de sabores, ni las iniciativas solidarias.