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Tradición e historia

Castañeros de Sevilla: Juan, Macarena, Javier, Pedro y Juan te sacan las castañas del fuego

Desde las Setas hasta el Rectorado, los puestos ambulantes perfuman las calles del centro de Sevilla con sus castañas asadas. Sus artífices tienen nombre propio y mucho oficio que contar

3 minutos

Castañeros de Sevilla. Videorreportaje de Amparo Vega para Hule y Mantel

A las seis de la tarde aún hay luz en Sevilla y en muchos más sitios de España, pero la de mi ciudad tiene algo ”especiá”. Salgo de Santa Justa camino a las Setas en busca de una postal que se repite cada otoño e invierno. Al salir de la calle Imagen, la estampa que me encuentro ya parece sonar a Mariah Carey. Un cielo que cambia de color en sentido descendiente, azul, naranja amarillo y unos tonos rosados. Si tienes vista y olfato, resulta fácil encontrar algún puesto ambulante de castañas. Una nube blanca que desprende aroma de brasa y sotobosque me indica la ubicación de Juan Gutiérrez, castañero cuando hace frío y aceitunero el resto del año.

Juan Gutiérrez

Juan Gutiérrez / Castañeros de Sevilla. Videorreportaje de Amparo Vega para Hule y Mantel

Juan y sus castañas, originarias del Valle del Jerte (Cáceres), reciben visitas locales y extranjeras a un ritmo constante desde hace 40 años. Me cuenta que a él también le gustan mucho las castañas y no duda entre castañas y churros. A través de sus palabras me entero de que el sector de los castañeros también sufre la inflación. Todos ellos han tenido que hacer frente a la subida del carbón, de la castaña, del papel e incluso de la sal y las esencias. Pese a todo, Juan intenta mantener los precios y el número de castañas.

Juan Andújar

Juan Andújar / Castañeros de Sevilla. Videorreportaje de Amparo Vega para Hule y Mantel

Continúo por la calle Laraña, camino a Campana mientras la luz aminora. Allí un músico callejero acompaña a Juan Andújar y a su familia mientras sirve cartuchos de castañas a dos, tres y cinco euros. Este Juan, que también es albañil, no solo comparte el nombre con el anterior, también confía en las castañas del Jerte. Lleva la mitad de tiempo que su tocayo y duda si prefiere castañas o churros. Para conocer la calidad de los alimentos siempre hay trucos. Juan tira la castaña contra la mesa y, según cómo suene, sabe si está maciza o hueca. En otros lugares de España se mencionan siempre castañeras, en femenino, pero aquí en Sevilla parece que el oficio lo capitanean ellos. “Siempre ha habido más hombres que mujeres”, dice Juan, aunque me señala que en Tetuán hay una mujer. Y allí que voy.

Macarena Parrilla

Macarena Parrilla / Castañeros de Sevilla. Videorreportaje de Amparo Vega para Hule y Mantel

Continúo por la calle Velázquez y, entrando en Tetuán, en una esquina perpendicular con la calle Rioja, encuentro a Macarena Parrilla. Buen nombre para una castañera sevillana. Ella es la única, por ahora, que heredó el puesto, hace ya más de 25 años. Fue su hermano quien le pasó el testigo y su tío quien le enseñó el oficio. Sus castañas también vienen del Jerte y ella no duda, prefiere un cartucho de castañas con un refresco a un plato de churros con chocolate. Macarena viene de una familia de castañeros y cada uno ha anclado el puesto en un lugar de Sevilla. Cuando no ejerce como castañera trabaja como ama de casa.

Pedro Barea

Pedro / Castañeros de Sevilla. Videorreportaje de Amparo Vega para Hule y Mantel

Recorro todo Tetuán, paso por Plaza Nueva, que en estas fechas está muy concurrida gracias a la Feria del Libro, y llego a la Avenida de la Constitución. Allí se encuentran la Giralda, la Catedral y Pedro Barea. Frente la basílica, Pedro ha estado siempre, desde que el ayuntamiento le dio la licencia. Sus castañas han recorrido un camino más largo que las de sus compañeros, vienen de Galicia y él opina que las castañas tienen un hora y las churros otra. Mientras hablamos cae la noche y llega el frío que cala, por lo que le pregunto a Pedro si los días anteriores, todavía con más de 30 grados en Sevilla, ya estaba ofreciendo castañas. “Desde el 15 de octubre hasta el 5 de enero, de nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, aunque venir por la mañana es una tontería porque la gente está con los desayunos”. Por ahora me he topado con 3 castañeros, pero Pedro me cuenta que “somos los mismos desde hace unos pocos de años”. Por lo que entiendo que no es un oficio que se haya quedado atrás. 

Javier Parra

Javier Parra, "el Parrita" / Castañeros de Sevilla. Videorreportaje de Amparo Vega para Hule y Mantel

Sigo las líneas del tranvía, pasando por Puerta Jerez y haciendo una parada en la esquina de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla. Allí se encuentra con un puesto personalizado Javier Parra, carpintero cuando no es castañero. Sus castañas, procedentes de Aracena (Huelva) son sometidas a un análisis minucioso en el que Javier se toma un tiempo para que no entre en ningún cartucho una castaña "picá", por ello en su puesto presume de un cartel que reza: ”Castañas el Parrita, ni una picaíta”. Lleva 11 años al lado de la Fábrica de Tabacos y me cuenta que él es muy feliz en su trabajo, le encantan las castañas, aunque también los churros con chocolate y desde las cinco de la tarde su puesto llena de calor y sabor toda la calle San Francisco. “Disfruto, conozco a gente de por ahí, de hecho vino el otro día un cliente de Inglaterra que había venido hace tres años”. Le pregunto a Javier por qué cree que este cliente se acordaba de él. Sonríe y dice: “ Porque se las llevaría buenas”.