El murmullo de los arroyos parece querer perturbar la tranquilidad de muchos pueblos de la montaña leonesa. El día a día se vuelve bucólico entre praderas saturadas de pequeñas florecillas donde el vacuno pasta libremente. De ahí, se obtiene una manteca que embriaga las principales confiterías y pastelerías rurales, de puertas con cortina de tela y flecos de madera, de azulejo blanco y suelo empolvado en harina. Porque la tradición repostera y pastelera en la montaña de Castilla y León se mantiene muy viva y estos siete dulces vienen a demostrarlo.
Los sequillos de Prioro
El valle de Priorio puede presumir de contar con su propio pastel tradicional. Los sequillos son unas pastas de elaboración artesanal que se pueden degustar —y comprar— en la panadería familiar Pedro Riaño. Una receta humilde y sencilla donde destaca el alto porcentaje de manteca de cerdo, que roza un cuarto de la cantidad de cada sequillo. // Panadería Pedro Riaño. 24885, Prioro (León).
Las babianas de Riolago
En el corazón de Babia, en la preciosa localidad de Riolago, nos encontramos con la panadería que Regino Alonso abrió en 1961 y que, pronto, se convirtió en un punto imprescindible de los productos panaderos tradicionales en toda la comarca. Aunque cuenta con varias especialidades, uno de sus productos estrella son las babianas. Y es que, lejos de las tradicionales pasta de manteca o mantequilla, las babianas se elaboran con polvo de setas, dando un toque salado a estas especialidades. // Panadería Regino Alonso. c/Portilla, 3, 24143 Riolago de Babia (León).
Los nicanores de Boñar
Elaborados con la receta original de 1880, la quinta generación de obradores artesanos mantiene el legado que Nicanor Rodríguez ideó a finales del siglo XIX. Es difícil no encontrar los nicanores en las maletas de los leoneses que regresan a la capital cada domingo por la tarde y es que, este pequeño dulce crujiente de finas capas de hojaldre recubiertas de azúcar glas, se ha convertido en todo un emblema de la localidad. Una receta secreta que Guillermo Alonso, bisnieto de Nicanor, prepara cada día. // Nicanores de Boñar. Av. Constitución, 70, 24850 Boñar (León).
La tarta de truchas de Boñar
A Nicanor Rodríguez también se le debe otra de las creaciones más características de la montaña leonesa: la tarta de truchas. Un postre que es sinónimo de la naturaleza exuberante de esta zona y que demuestra cómo, con ingenio, se podían aprovechar los recursos de la comarca. Así, esta especialidad combina el hojaldre característico de los nicanores con una masa formada por crema de mazapán y trucha. Una sinfonía de sabores, algo peculiares, pero que nos traslada al corazón de una de las regiones con mayor densidad de pesca fluvial de toda Europa. // Nicanores de Boñar. Av. Constitución, 70, 24850 Boñar (León).
Los palitos de almendra de Cistierna
El hojaldre era una elaboración más que manida en la pastelería leonesa. Esa tradición se observa en otro de los grandes clásicos: los palitos de almendra, un hojaldre elaborado con mantequilla y horneado con almendras. Son propios de la Confitería Montañés, en Cistierna, que lleva preparando estos dulces desde 1908. Ideales para la hora de la merienda, los palitos de almendra ocuparon —y ocupan— las sobremesas de muchas tardes de domingo en los pueblos y aldeas leonesas. // Confitería Montañés. c/Padre Isla, 6, 24800 Cistierna (León).
Las virutas de Sabero
Entre las localidades de Cistierna y Boñar, hacemos parada en Sabero. Un pueblo con gran tradición minera que cuenta con su propio pastel tradicional. Como si de las astillas del carbón se tratase, las virutas de Sabero son una delicia a base de mantequilla, huevos, azúcar y vino blanco. Una suerte de canutillos fritos con forma de tirabuzón que se toman vacíos y que se elaboran, con mimo, en la panadería Repostería Montesori. // Repostería Montesori. Tr.ª Sabero-Boñar, 61, 24812 Saelices de Sabero (León).
Las pastinas de la Virgen
Terminamos el listado volviendo a la preciosa aldea de Priorio, y a la pastelería de Pedro Riaño. Junto al Santuario de la Virgen de la Velilla encontramos un obrador que elabora, siguiendo la receta tradicional, las afamadas pastinas de la Virgen. Un dulce que combina almendras, manteca de cerdo, azúcar y orujo. De sabor suave y textura quebradiza, estas pastas parecen tener un origen británico aunque se han encontrado manuscritos con las delicias sacras que datan del siglo XII. // Panadería Pedro Riaño. 24885, Prioro (León).