La coliflor es una hortaliza muy versátil en la cocina, dado que puede comerse tanto cruda como cocida y puede incluirse en numerosos platos, ya sea como acompañante o ingrediente principal.
Como se compra fresca en la frutería, lo ideal es consumirla en pocos días ya que, de lo contrario, habrá que guardarla dentro del frigorífico. Lo ideal es colocarla en la parte baja o en el cajón de las verduras, en una bolsa de plástico abierta o perforada para que no se concentre la humedad, y así poder conservar su calidad.
Sin embargo, a veces la coliflor puede presentar mal aspecto, con unas manchas oscuras que pueden levantar sospechas sobre su estado real. ¿Debemos preocuparnos?
¿Cuándo es seguro su consumo?
Que la coliflor pase mucho tiempo en un espacio húmedo, favorece la entrada de bacterias, hongos y otros microorganismos que estropean el alimento. Las manchas también pueden aparecer si la dejamos en la nevera sin protección durante días o si la sobreexponemos a una temperatura elevada.
Además, puede presentar otras señales como una textura babosa, las cabezas ablandadas, un color marrón oscuro o negro y un fuerte olor desagradable. Cuando esto sucede, no debería comerse, pues podría ser dañina para la salud.
Sin embargo, otra situación más habitual de lo que parece es la oxidación del fruto, que se produce de manera natural a causa de la exposición prolongada a la luz y al aire. Estos agentes influyen en la decoloración del alimento.
Cuanto más tiempo se almacena una coliflor, es más probable que se oxide y que esto se manifieste en forma de manchas marrones de un tono claro. A pesar de su presencia, la coliflor sigue siendo segura para su consumo y cocinado.
Trucos para quitar las manchas
La opción más sencilla es cortar o raspar las partes sucias con un cuchillo afilado. Otra alternativa es utilizar un rallador y así eliminar los trozos manchados del resto de la coliflor que no está afectada.
En caso de que dichas manchas sean provocadas por el mal estado o la descomposición del alimento, se debe desechar la coliflor entera.
¿Cómo evitar la aparición de manchas?
Para evitar que las manchas aparezcan, hay que almacenar la coliflor en una bolsa de plástico agujereada o cubierta con papel absorbente para evitar la humedad. Antes de meterla en la nevera, se debe mojar la coliflor con agua fría y zumo de limón o, en su defecto, vinagre. Ambos actúan como blanqueantes y previenen la proliferación de estas manchas.
También se puede congelar, pero antes se debe hervir la coliflor durante unos 3 minutos. Es importante no excederse en el tiempo de cocción, ya que puede ablandarse más de la cuenta. Después se coloca en un bol con agua y cubitos de hielo para detener la cocción, se cuela, se seca para eliminar el exceso de humedad y se pone a congelar en bolsas de congelación o un envase hermético, intentando que sus flores no queden muy apelmazadas.
Otro factor a tener en cuenta son los utensilios usados para cocinarla. Si son de metal, pueden darse reacciones químicas que alteren su aspecto. En su lugar, es recomendable emplear utensilios de madera o plástico.
Beneficios y propiedades
La coliflor, igual que los distintos tipos de col como el brócoli o las coles de Bruselas, pertenece a la familia de las crucíferas, verduras muy saludables gracias a la proporción de agua y nutrientes que contienen.
Cada planta de coliflor produce una única flor, que es el fruto que se come. Según expertos de Quirónsalud, tiene un perfil nutricional muy variado, por lo que su uso inicial era medicinal en lugar de culinario.
Su contenido en grasas e hidratos es bajo; pero tiene mucha fibra y vitamina C y vitaminas del grupo B, como la B2, que intervienen en la producción de anticuerpos, la B3, que mejora el sistema digestivo y nervioso y la B6, para reforzar el sistema inmunitario.
Asimismo, tal como explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN), es un alimento de escaso aporte calórico. También supone una fuente rica de potasio y fósforo para nuestro organismo, los cuales sirven para recuperar energía tras un esfuerzo físico importante y facilitan la absorción de hierro ingerido, previniendo así la anemia.
A pesar de que es beneficiosa para la salud, las personas con hipotiroidismo deben evitar su ingesta porque contiene compuestos biógenos, responsables de su ligero sabor picante y de su aroma y que, además, frenan la actividad de la glándula tiroides.
Elaboraciones con coliflor
La coliflor puede comerse tanto cruda como cocida, siendo esta la forma más habitual de consumo. Existen múltiples platos y elaboraciones que tienen esta hortaliza como ingrediente principal. Algunos ejemplos para cocinarla son hervirla con patatas y guisantes, gratinada con bechamel, acompañada de verduras asadas, en puré, o frita en la sartén.
Muchas personas no la consumen, debido a que durante el cocinado desprende un olor característico por el sulfuro, uno de sus componentes. Con trucos como cocinarla sin tapar, añadir especias o patata a su cocción, este molesto olor queda neutralizado.