10 errores que cometemos con el agua al cocinar

¿Hay que cocer la pasta con mucha agua o poca? ¿Se tienen que lavar los huevos? En el Día Mundial del Agua, aclaramos las dudas sobre algunas prácticas recurrentes en las que el agua juega un papel esencial.

autor laia

Coordinadora de Hule y Mantel

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Mujer sujetando una olla con agua para cocinar. / Foto: Canva
Mujer sujetando una olla con agua para cocinar. / Foto: Canva

A menudo, muchos de los procesos que utilizamos en la cocina, responden simplemente a prácticas heredadas, de origen familiar o popular. Pero, ¿son las más adecuadas? Aprovechando que hoy se celebra el Día Mundial del Agua, repasamos 10 errores comunes que hacemos en la cocina y que implican el uso de este bien líquido: 

Cocer pasta en una olla pequeña y con poca agua

Para que no quede apelmazada, la pasta debe cocerse en agua abundante,  aproximadamente un litro de agua por cada 100 gramos de pasta. Es importante salar el agua una vez hierva ya que, de lo contrario, la pasta tendrá un punto insípido, incluso si la salamos después. Y mejor olvidarse de enjuagar la pasta con agua fría una vez cocinada, estaremos eliminando la capa de almidón que recubre la pasta tras la cocción, y que ayuda a que la salsa se adhiera mejor.

Olla de agua hirviendo con tallarines. / Foto: Canva
Olla de agua hirviendo con tallarines. / Foto: Canva

Desechar el agua del remojo de las legumbres

Antes de cocinar, las legumbres secas se deben lavar y poner en remojo para eliminar impurezas. Esto, además, ayuda a acortar su tiempo de cocción. Tradicionalmente, se ha recomendado tirar este agua, pero si la utilizamos para la cocción estaremos aprovechando parte de los minerales y vitaminas que se desprenden durante ese proceso de hidratación. En el caso de las legumbres en conserva, no hay que lavarlas con agua, simplemente escurrirlas.

Comenzar un caldo con agua hirviendo

Es recomendable empezar a cocinarlo con agua fría para que los ingredientes, sobre todo la carne y el pescado, se aprovechen más y vayan soltando su aroma. Además, conviene trocear los ingredientes en trozos pequeños, así conseguiremos que dejen más cantidad de sabor y nutrientes en menos tiempo. 

Lavar los huevos antes de guardarlos

No es aconsejable lavar los huevos antes de meterlos en el frigo porque la cáscara es una estructura porosa y la suciedad puede acceder al interior que se pueden lavar justo antes de cocinarlos, secándolos muy bien. Para cocerlos, es mejor ponerlos en un cazo pequeño y nunca se deben introducir los huevos acabados de salir de la nevera en el agua hirviendo, mejor hacerlo antes.

No lavar el arroz antes de cocinarlo

Aunque existen diversidad de opiniones, es recomendable lavar el arroz para reducir su contenido en arsénico natural, ya que es cancerígeno. Si nos fijamos en lo culinario, para que el arroz quede seco y suelto, se debe lavar, eliminando así el almidón. Si queremos unos granos más pegados y cremosos, mejor no pasarlo por agua.

Arroz lavado con agua antes de la cocción. / Foto: Canva
Arroz lavado con agua antes de la cocción. / Foto: Canva

Tirar el agua por el fregadero el agua de cocción de las verduras

Se puede conservar y utilizar para elaborar un caldo sencillo, para enriquecer guisos, risottos, salteados o incluso para cocer la pasta. También nos servirá para regar las plantas, ya que funciona como fertilizante natural

Utilizar agua caliente para descongelar

Se suele hacer para descongelar rápidamente, pero no se recomienda ya que se destruyen parte de las propiedades organolépticas del alimento. Lo más adecuado es dejarlo en el frigorífico y que descongele lentamente.

Hervir el agua para preparar el té

Si queremos mantener ciertos beneficios de esta bebida, como los antioxidantes, conviene respetar la temperatura del agua que nos indica el fabricante. "El té espera al agua", dicen los expertos. Así que primero hay que colocarlo en la taza, y después verter el agua.

Usar agua del grifo para hacer hielo

Para evitar esos cubitos de aspecto blanquecino, es mejor usar agua mineral o de ósmosis. Otro truco: hervir antes el agua y congelarla cuando esté todavía caliente. Así conseguiremos un hielo compacto, transparente y que no se deshaga rápidamente al echarlo en un líquido. Es el efecto Mpemba: el hielo se forma antes cuando la diferencia de temperatura entre el líquido y el congelador es muy alta. 

No secar los ingredientes antes de freír

Hay que reducir al máximo el contacto del agua con el aceite porque influye en la degradación de las grasas. Además, que los alimentos estén demasiado húmedos hace que la temperatura del aceite baje rápidamente y se pierda la consistencia de la fritura, por no hablar que se puede provocar una auténtica mascletá en tu cocina.