¿Te acuerdas de los libros de "Elige tu propia aventura"? Eran novelas donde podías saltar de un capítulo a otro según la decisión que tomabas para tus personajes. Pues si cambias a los protagonistas por ingredientes, la aventura se convierte en esta receta de hummus, dado que depende de cuánto quieras cocinar o qué tengas ya en la despensa.
Si dispones de garbanzos ya cocidos por ti o bien de bote, así como de tahini previo o comprado, podrás pasar a la mitad de la receta. Si no es así y te animas a preparar el hummus más sabroso posible, la receta comienza con los consejos, porque esta fórmula se inicia en tu tienda de legumbres.
Son dos las claves de esta receta. Por un lado, escoger el mejor garbanzo para este plato. En este caso, el rey de todos los garbanzos que hará que cambies la cara al probarlo es el lechoso. Se cosecha en León y en Andalucía. Su color es más pálido que el resto y tiene estrías en su relieve. Quedará muy cremoso porque tiene un hollejo muy suave y porque tiene el superpoder de absorber el líquido con el que se cocina. Créeme, marca un antes y un después en tu elaboración de hummus.
La otra clave es que hagas tú el tahini. Te saldrá más barato, más rico y encima te cuesta muchísimo menos hacerlo que encontrarlo. No necesitas ningún ingrediente extraño, solo sésamo y aceite. Lo mejor es que su elaboración perfuma la cocina de una manera extraordinaria.
Se ha escrito tanto sobre el hummus, que toda información complementaria parece un deja vú, pero lo intento: el hummus un plato cotidiano y popular en Oriente Medio, que ya aparece en recetarios del siglo XIV. Nació como desayuno, pero se extendió por medio mundo como entrante o acompañamiento. Especialistas árabes y judíos discuten sus raíces identitarias, pero lo cierto es que hoy día pertenece a los millenials, que lo hemos convertido en uno de los platos de nuestra generación.
En resumidas cuentas: el hummus es lo único que ha logrado que los menores de 40 sigan consumiendo legumbres semanalmente. Asumida la evidencia, lo mejor que puede suceder es que nos arrastre a otros platos de legumbres y nos demos por fin cuenta de lo fácil, nutritivo y barato que es cocinar cocidos, potajes o ensaladas con ellas. La única diferencia es que requieren del gran esfuerzo de masticar. Seguro que lo logramos.
Información
Tiempo TOTAL
1 hora 40 minutos
Tiempo de PREPARACIÓN
10 minutos
Tiempo de COCCIÓN
1 hora 30 minutos
DIFICULTAD
FACIL
COSTE
€ € €
TEMPORADA
Todo el año
TIPO DE DIETA
Vegana
TIPO DE COCINA
Mediterránea
TECNICA
Hervir
Ingredientes
Para cocer los garbanzos:
Para hacer el tahini
Si tienes los garbanzos ya cocidos, salta al paso 4.
Si tienes los garbanzos crudos, esta receta comienza un día antes, colocando los garbanzos en un recipiente hondo, cubiertos por el doble de agua. Déjalos en remojo 12h.
Si tienes listo el tahini, tuyo o comprado, salta al paso 4.
En una sartén pequeña sin aceite, con fuego bajo, tuesta el sésamo. Es decir, pon las semillas directamente, remueve para que se vayan tostando sin quemarse. Cuando comiencen a cambiar de color, más oscuro, incluso veas alguna ya negra, será el momento de sacarlas. Deja que se tibien un poco. Vuélcalas en un vaso batidor con las 5 cucharadas de aceite y tritura (alta intensidad o turbo). Ya tienes tu tahini.
Pasadas las 12 horas, vuelca en una olla el agua de los garbanzos y completa con más agua. Pon un par de hojas de laurel y un par de dientes de ajo pelados. Cuando hierva, agrega los garbanzos. Déjalos 1h 30 min aproximadamente. Cuando queden más o menos 30 minutos, sala. Estarán listos cuando puedas chafar con la cuchara y sentir que no queda duro su interior. Cuélalos, pero reserva un vaso de ese agua de la cocción (si queda en la olla). Aparta el laurel. Verás que el ajo se deshace fácilmente, remúevelo bien con los garbanzos, que se deshaga por completo e impregne la legumbre. Antes de triturar, reserva unos cuantos garbanzos para la presentación final.
Con un exprimidor extrae el zumo del limón. Reserva. Pela dos ajos, quita y rechaza su germen con ayuda de un cuchillo.
En un vaso batidor trituramos los garbanzos, una cucharada sopera de tahini, los ajos, el zumo, el aceite y el vasito de agua de la cocción.
Es importante que te lo hagas tuyo: de ti depende la sal y la textura final. Corrige el sabor y la cremosidad añadiendo un poco más de sal y/o agua a tu parecer.
Vuelca en un plato hondo con ayuda de una cuchara y repártelo en espiral. Espolvorea el pimentón y rocía con generosidad de aceite AOVE. Decora con los garbanzos que reservaste enteros. A mí me gusta darle un toque de color, que contraste, sobre todo en verde: si tengo cilantro o perejil fresco, incluyo unas hojitas, de lo contrario, rallo piel de lima. Disfruta.
- La sal la echamos en el tramo final de la cocción de garbanzos para que el hollejo no se desprenda.
Compra:
- El mejor garbanzo de España para el hummus es el lechoso. Puedes comprarlo a granel en la mayoría de tiendas de legumbres y de mercados. También se comercializa en supermercados.
- El sésamo puedes adquirirlo en tiendas de dietética y supermercados. Cómpralo crudo, sin tostar.
Elaboración:
- Lo ideal es que pongas los garbanzos a remojo a medianoche antes de ir a dormir, así podrás cocerlos a las 12 de la mañana y tener el hummus recién hecho a la hora de comer.
- Antes de poner en remojo los garbanzos (o cualquier otra legumbre), lávalos bajo el grifo en un colador, pero después no deseches el agua empleada en esas 12 horas, porque muchos minerales y vitaminas hidrosolubles se transfieren al líquido. Tal y como te indico en la receta, vuelca ese agua en la olla donde los vayas a cocer.
- Mucha gente emplea bicarbonato sódico para ablandar las legumbres, sobre todo en ciudades como Madrid, de aguas duras. Yo nunca lo he necesitado, con el remojo el resultado es el correcto.
- Cuece los garbanzos a fuego medio, nunca alto. Los garbanzos no son como las lentejas, no necesitan que los asustemos.
- Es común añadirle comino, una de las mejores especias para tus garbanzos y hortalizas. Si haces la receta entera, no lo necesitarás, porque el tahini es suficientemente aromático. Si es de bote, entonces el hummus te agradecerá ese toque.
- Haz tahini de más, no te cortes, porque es muy útil para todo tipo de hummus y cremas. Bien cerrado y refrigerado puede durar dos meses en la nevera. Remueve cada vez que lo emplees y listo.