Gambas al ajillo: una tapa deliciosa y muy socorrida
Las gambas al ajillo siguen siendo un clásico de nuestra cocina, ya sea para un tapeo o como aperitivo de una comida. Te contamos todos los secretos de la receta clásica
Servidas en la barra de un bar con una caña de cerveza o degustadas sobre un buen mantel junto a un espumoso, las gambas al ajillo son una de esas recetas que triunfan en todos los contextos, y cada establecimiento le aporta un sabor distinto y una pincelada personal.
En casa también las podemos preparar ya que se trata de un plato sencillísimo y que requiere poco tiempo de elaboración. Conviene servirlas al momento, para disfrutarlas bien calientes, preferiblemente en un plato o cazuela de barro, para mantener su temperatura.
Y no olvides tener a mano un buen pan, ya que el aceite en el que se cocinan es una auténtica delicia que invita a mojar sin parar.
Hemos buscado la receta más tradicional para que, cuando las prepares en tu casa, degustes ese sabor de siempre que tanto te gusta. A continuación, te explicamos la receta, con trucos y consejos, para sorprender a tus comensales.
Información
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Tiempo TOTAL
20 minutos
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Tiempo de PREPARACIÓN
15 minutos
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Tiempo de COCCIÓN
2 minutos
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DIFICULTAD
FACIL
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COSTE
€ € €
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TIPO DE PLATO
Entrantes
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TEMPORADA
Verano
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TIPO DE DIETA
Sin gluten
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TIPO DE COCINA
Mediterránea
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TÉCNICA
Freír
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INTOLERANCIAS
No apta para veganos
Ingredientes (para 4 personas)
- 500 gramos de gambas frescas grandes
- 3 dientes de ajo (aproximadamente)
- 1 cayena (si no te gusta el picante, no la añada)
- Perejil fresco
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra molida
Preparación
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Pela y limpia las gambas
Presiona ligeramente con los dedos para retirar la cabeza y piel de las gambas. Puedes reservarlas para hacer un fumet para otra preparación.
Retira el intestino, así evitarás que haya arenilla al comerlas. Lávalas, sécalas con un papel absorbente y añade sal y pimienta. Reserva.
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Prepara el ajo, el perejil y la cayena
Pela los ajos y córtalos en láminas fijas. Pica un puñado de perejil fresco. Y corta la cayena a trocitos pequeños. Reserva.
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Calienta el aceite
Pon a calentar una cantidad abundante de aceite en una cazuela de barro. Cuando esté bien caliente, añade el ajo y la cayena. Cocina unos minutos, evitando que el ajo se tueste demasiado.
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Cocina las gambas y emplata
Pon el fuego fuerte y añade las gambas cuando el aceite humee ligeramente. Sazona, baja el fuego y cocina un par de minutos o hasta que veas que las gambas cambian de color. Retíralas del fuego, como el aceite estará muy caliente seguirán cocinándose solas.
Emplata las gambas y decora con el perejil fresco por encima.
Truco
- Emplea una cazuela de barro por cada comensal para que te sea más fácil conseguir el punto de cocción perfecto para las gambas.
- Sirve de inmediato para que las gambas terminen de hacerse mientras se degustan.
- Las cayenas son prescindibles, pero aportan una pincelada de sabor muy interesante que enriquece el plato.
Consejos
- Compra solo gambas de calidad si quieres que el resultado sea el mejor posible. Si son frescas, mejor que mejor. Así, evitarás que suelten agua durante su cocción.
- Los ajos morados aportan más aroma e intensidad. En este caso, usa menos cantidad para equilibrar el sabor final y reducir su potencia sensiblemente.
- El uso de una cazuela de barro te garantiza una cocción uniforme y servir las gambas directamente. Cocinarás las gambas en su jugo y potenciarás su sabor.
- Sirve tus gambas al ajillo como aperitivo o como plato único. Su maridaje con vino blanco o espumosos es excepcional.