Ensalada caprese: una receta italiana, ligera y que se prepara en pocos minutos

La ensalada caprese es siempre sinónimo de sencillez, esencia y sabor. Repasamos la historia de este plato y su receta original para que saborees lo mejor de Italia en tu mesa

Plato de ensalada caprese / FREEPIK
Plato de ensalada caprese / FREEPIK
Plato de ensalada caprese / FREEPIK
Plato de ensalada caprese / FREEPIK

Como sucede con otras muchas recetas, existen diversas teorías sobre el origen de la ensalada caprese. Una de ellas lo sitúa en la década de 1920, en la cocina del Grand Hotel Quisisana de Capri, donde se elaboró este plato en honor a Filippo Tommaso Marinetti, autor del Manifiesto de la cocina futurista, que había expresado su odio hacia el excesivo consumo de pasta en Italia. 

La segunda versión se fija en los colores de la bandera del país transalpino y cuenta que un albañil de la isla, cansado de comer siempre el mismo bocadillo, los unió en forma de tomates, mozzarella y albahaca, confugurando así este plato.

Finalmente, se cuenta que fue el Rey Farouk I de Egipto (1920-1965), que veraneaba en la isla, quien pidió una ensalada ligera y con productos de temporada y le sirvieron este plato. Sea como sea, todas las teorías establecen su origen en Capri y no hay duda de que se ha convertido en una receta emblemática de la cocina italiana.  

Los italianos suelen comer esta ensalada a menudo, pero habitualmente antes de la pasta o como acompañamiento. Tú puedes tomarla cuando prefieras, pero, eso sí, ciñéndote a la receta original que ahora te explicamos. Ganarás en sabor y te será más fácil equilibrar las texturas. Seguro que la preparas durante todo el año como entrante para tus comidas.

Información

  • Tiempo TOTAL

    15 minutos

  • Tiempo de PREPARACIÓN

    5 minutos

  • Tiempo de COCCIÓN

    5 minutos

  • DIFICULTAD

    FACIL

  • COSTE

    € €

  • TIPO DE PLATO

    Plato principal

  • TEMPORADA

    Verano

  • TIPO DE DIETA

    Sin gluten

  • TIPO DE COCINA

    Mediterránea

  • TÉCNICA

    En frío

Ingredientes (para 2 personas)

  • 4 tomates
  • 8 hojas de albahaca fresca
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • 2 bolas de mozzarrella fiordilatte (de leche de vaca)

Preparación

  • Lava y corta los tomates

    Pon los tomates debajo del grifo y lávalos. Córtalos en rodajas de dos centímetros de grosor (como mucho). Ponlos en el plato en el que vayas a servir la ensalada.

    Tomates cortados a rodajas / Foto: Canva
  • Escurre la mozarella

    La mozzarella se suele vender en una bolsa cerrada y en su propio suero. Ponla en un escurridor durante un par de minutos.

    Cocinero sujetando una mozzarella / Foto: Canva
  • Corta la mozarella

    Corta la mozzarella en rodajas, con un grosor inferior al de las rodajas de tomate, ya que vas a ponerla encima. Coloca las rodajas de mozzarella sobre las de tomate para crear un efecto visual más agradable.

    Cortado de mozzarella en rodajas / Foto: Canva
  • Coloca la albahaca y aliña

    Enjuaga las hojas de albahaca bajo el agua del grifo. Ponlas encima de cada trozo de queso y vierte un chorrito de aceite de oliva por encima. Remata con un poco de sal.

    Lavado de hojas de albahaca / Foto: Canva

Truco

  • Puedes hacer el plato con mozzarella de leche de búfala. En este caso, espera a que esté a temperatura ambiente para montar la ensalada. El resultado será más cremoso y sabroso.
  • Aunque la receta italiana indica que hay que añadir aceite de oliva por encima de los tomates antes de poner el queso, basta con unas gotas en este caso y con mayor cantidad en el paso final. Evitarás el exceso de aceite.
  • Una adecuada cantidad de pimienta negra recién molida es ideal para darle un matiz distinto a tu ensalada.
  • Usa un espray para el aceite. Evitarás que se acumule en el fondo del plato y podrás cubrir los ingredientes en su totalidad.

Consejos

  • Elige bien el tipo de tomate que vas a utilizar. Debe ser de calidad y específico para ensaladas. Mejor si están ligeramente maduros, ya que aportan un matiz gustativo muy interesante.
  • Si te gusta la variedad de sabores, puedes aromatizar el aceite con romero y tomillo.
  • El aceite de oliva debería ser de variedades que aporten sabor. Nos quedamos con el procedente de aceitunas picual o arbequina. Conseguirás realzar el sabor y ganar en untuosidad.
  • Corta el tomate con un cuchillo jamonero para que te sea más fácil conseguir láminas de similar tamaño y, sobre todo, más finas.