Crepes verdes de espinacas. Receta sana y muy fácil

Crêpes, crepes, crepas o creps. Da igual cómo lo pronuncies o escribas, porque el acento recae en su textura firme pero elástica, y en su sabor, lácteo si son tradicionales o bien el que tú quieras aportar. Porque los crepes pueden ser un lienzo y una oportunidad para multiplicar y dar una segunda vida a las sobras.

En esta ocasión utilizaremos el típico puñado de hojas de espinacas restantes que ya no dan ni para ensalada ni para rehogar. En vez de ser testigos de cómo se marchitan en la bolsa o en el cajón de la nevera, podemos triturarlas con un poco de leche, un huevo y una taza de harina. El resultado es un platazo comodín en apenas 15 minutos, que sorprende por su color verde, pero que además engaña al comensal más reticente a las verduras.

La versión que aquí presentamos tiene como base una receta del televisivo Jamie Oliver, de un libro muy inspirador llamado VEG, con platos fáciles y flexiterianos. Sin embargo en nuestra receta añadimos el doble de leche de lo que él emplea porque el resultado nos parece más fino, pero tú puedes utilizar solo una taza de leche. Él solo cocina los crepes por un lado, nosotros preferimos por ambas caras.

Jamie Oliver propone un relleno que es sin duda infalible, con salmón ahumado, cebolleta, aguacate, cherries troceados, un poco de chile fresco y lima. Reiteramos: infalible. ¿Quieres otra propuesta para el recuerdo? Pollo desmenuzado con champiñones y un queso maduro fundente, pasados por la sartén, con un toquecito de tabasco. ¿Otra? A la catalana: mezcla en un bol unos piñones nacionales con unas pasas en un requesón, mató o burrata. También se pueden enrollar y mojarlos en una salsa o mole al gusto.

Si no sabes cómo elaborar los tradicionales, en esta receta te enseñamos cómo hacer crepes caseros de la manera más sencilla y aquí seleccionamos los mejores trucos de cinco expertos.