La localidad lucense de Villalba (Galicia) celebra cada 21 de diciembre su tradicional Feira do Capón —hay documentos que hablan de la celebración de esta feria en el año 1835—. En la útima edición, se vendieron todos los ejemplares que entraron en el recinto, con precios que superaron los cien euros por unidad, y participaron 35 criadores, que censaron un total de 1.100 ejemplares de este codiciado producto, muy demandado en estas fechas como parte de los menús de Navidad de familias y restaurantes.
120 euros y varios premios
Sin embargo, la edila de Ferias de Villalba, Antía Rama, confirmó que, finalmente, solo entraron en el recinto ferial unos 200 ejemplares, porque la mayoría fueron vendidos en los días previos por los criadores en sus propios domicilios. La edila precisó que el precio medio este año rondó los 120 euros por ejemplar, aunque llegaron a pagarse hasta 150 euros por las mejores unidades.
En cuanto a los premios, Francisco Castiñeira se llevó el reconocimiento a la Mellor Cesta —dos pares de capones—; Jesús Pérez, presentó el Mellor Par en la feria; mientras que Olivia Souto fue galardonada como Mellor Criador y, además, se llevó la asignación por presentar el mayor número de ejemplares en el recinto, un total de 32. Jesús Domínguez se llevó el premio especial.
¿Cómo se cría este capón?
La celebración de esta feria es el colofón a muchos meses de trabajo por parte de los criadores del Capón de Villalba, que cuidan con mimo a sus animales para acreditar la calidad que distingue a este producto como uno de los manjares más reconocidos y apreciados de la Navidad. Con una edad comprendida entre 45 y 60 días, y un peso superior a un kilo, los animales son castrados quirúrgicamente —de ahí viene su nombre—. Tras recuperarse de la intervención, comienza su crianza, al aire libre y con una alimentación natural.
Finalmente, por San Martiño —a mediados de noviembre—, los animales son guardados en las 'capoeiras' y comienza su proceso de engorde, con harina de maíz, patatas cocidas y castañas. Son sacrificados con una edad mínima de 150 días y un peso superior a 3,5 kilos, aunque la mayoría de los ejemplares presentados por los criadores se aproximan a los cinco kilos.
¿Dónde se vende?
Con el paso de los años, por la irrupción de las nuevas tecnologías y otros canales de comunicación entre compradores y criadores, ha cambiado también la forma de vender este producto, de modo que muchos de los ejemplares censados son adquiridos por los clientes directamente en las casas de los propios productores.
Esa circunstancia resta afluencia de ejemplares de Capón de Villalba —un producto cuya calidad está avalada por la Indicación Geográfica Protegida— a la propia feria, que mantiene en todo caso su esencia como vehículo de promoción y punto de encuentro entre compradores y criadores. De hecho, como recordó Antía Rama, la edición de este año fue muy concurrida y el recinto estuvo abarrotado por cientos de personas toda la mañana.
Después de la entrega de premios, a modo de fin de fiesta, hubo una degustación gratuita, en una foodtruck instalada en el exterior del recinto ferial, donde fueron servidas 300 tapas de Capón de Villalba, con tres preparaciones diferentes a cargo del chef Antonio Díaz.