Tras comprar panettones y turrones, y antes de que llegue el momento del roscón, toca hacerse con unas buenas uvas para acompañar las campanadas en Nochevieja y despedir este 2024. Una de las consumidas en nuestro país es la uva de mesa embolsada del Vinalopó (Alicante), que cuenta con Denominación de Origen Protegida.
Los productores de esta uva han avanzado que este año se consumirán casi dos millones de kilos de uva de la variedad Aledo, la más tardía cuya cosecha empieza en noviembre y dura hasta primeros de enero.
Para la directora de esta D.O.P., Beatriz Rocamora, el balance de este año es positivo, y no solo en la Aledo, sino también en las variedades tempranas, porque la demanda ha ido "con flexibilidad, con fluidez, que eso también es muy importante", y la climatología ha ayudado, "pese a la sequía estructural".
Por eso, este año se han cosechado unos 33 millones de kilos, la mitad de los cuales corresponde a la variedad Aledo, una producción similar a la del año pasado, pero "de mayor calidad y con menores mermas en el almacén", ha señalado. Más calidad que se ha traducido también en mejores precios para el agricultor.
¿Por qué tiene Denominación de Origen?
La Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó es una fruta única y cuenta con D.O.P. por su particular proceso de maduración. "A diferencia de otras uvas de mesa, la uva del Vinalopó crece protegida bajo un saco de papel, que la protege al menos durante 60 días, y cuida y guarda con mimo todos los granos del racimo hasta llegar a manos del consumidor", según explican desde la misma D.O.P.
Este sistema de cultivo, similar al del Melocotón de Calanda, protege a los granos de uva de las inclemencias meteorológicas o de agresiones de animales, con lo que estos desarrollan una piel mucho más fina. Esta misma protección tamiza la exposición al sol, lo que produce uniformidad de color en los granos que componen cada racimo.
Las siete variedades de uva amparadas por la D.O.P. son Aledo, Ideal, Dominga, Doña María, Rosetti y Victoria (con piel clara) y Red Globe (con piel negra), cubren toda la temporada de uva de mesa en el hemisferio norte. Así, desde finales del mes de agosto, con las variedades más tempranas y hasta mitad de enero, con la variedad más tardía.
Las uvas, embolsadas, llegan a los almacenes donde se seleccionan y se limpian a mano para eliminar las dañadas o las que no tienen el tamaño adecuado. Asimismo, llevan un etiquetado que garantiza que los racimos han pasado un control de calidad y cumplen unas determinadas exigencias de uniformidad, color, tamaño y sabor, establecidos por la D.O.P.
En estos días, los almacenes apuran las horas para que la uva de Nochevieja esté disponible en los mercados de toda España y del extranjero. Las personas empleadas en esa tarea, mayoritariamente mujeres, limpian los racimos para eliminar los granos que no cumplen el estándar de calidad, tras lo cual se envasan y se preparan para su distribución.
Desde el Consejo Regulador de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó insisten en la importancia de elegir el producto debidamente etiquetado con los distintivos oficiales de la Denominación de Origen para disfrutar de una fruta protegida con todas las garantías.
