La Universidad Meiji y la cervecera Kirin Holdings, ambas de Japón, han trabajado en desarrollar unos palillos equipados con una batería que aplica ondas eléctricas que provocan modificaciones a nivel atómico de los alimentos y que son capaces de cambiar la percepción del sabor salado.
El laboratorio del Dr. Homei Miyashita y la empresa alimentaria investigan juntos desde 2019 cómo aplicar esta nueva tecnología. Es ahora cuando han logrado su objetivo: conseguir alterar la sensación en el comensal. Es el fin de la comida sosa.
Los responsables defienden que es una tecnología nueva a nivel mundial. Toda una revolución que consigue hacer más sabrosa la comida baja en sodio y para ayuda a llevar a adoptar hábitos más saludables.
El logro se enmarca en una preocupación gubernamental y social respecto al problema de salud pública existente en Japón vinculado con el exceso de sodio en la alimentación y las enfermedades que este conlleva.
Cómo funcionan los palillos
Los palillos funcionan según el siguiente mecanismo: las ondas eléctricas emiten unos ligeros estímulos eléctricos, indetectables por la boca, la mano y el cuerpo. Estas modifican los iones de compuestos como el cloruro sódico y el glutamato sódico (el umami).
Los estudios fueron llevados a cabo con 36 hombres y mujeres de 40 a 65 años de edad, que actualmente están reduciendo la ingesta de sodio o lo han hecho en el pasado. A través de ellos, se ha llegado a la conclusión de que los nuevos palillos aumentan el sabor 1,5 veces más que lo que aporta su propio compuesto en sodio.
El comunicado de la Universidad revela que "cuando se consumen alimentos con un 30% menos de sal, un dispositivo equipado con esta tecnología puede proporcionar un sabor salado equivalente al de una comida normal".
Asimismo, "en un experimento con sopa de miso reducida en sodio, se confirmó el efecto de mejora del sabor salado y los participantes comentaron que sintieron una mejora en la riqueza, la dulzura y el sabor en general."
Japón, país adicto a la sal
En la Universidad de Meiji recogieron en su argumentario el grave problema que sufre el país respecto a la ingesta diaria de sal entre los adultos. El consumo de sal excesivo suele conllevar enfermedades como la hipertensión y patologías renales crónicas.
Los hombres japoneses tienen una media en su ingesta de sal de 10,9 gramos mientras en las mujeres es de 9,3 g, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda superar los 5 g diarios. El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar se ha propuesto en su agenda disminuir la cifra actual en la dieta japonesa en más de un 20%, con un primer propósito de rebajar a 8 g entre los hombre y los 7 g entre las mujeres.
Una tecnología aplicable al tenedor
Los investigadores han avanzado que la tecnología desarrollada puede adoptarse también en cucharas, tenedores, cuencos y todo tipo de cubertería y vajilla.
Esta afirmación nos sugiere estos palillos eléctricos no son un gadget o miscelánea más, sino que podrían llegar a paliar problemas derivados de tratamientos como la quimioterapia. De esta manera, se abre una puerta a mejorar las condiciones de los enfermos con restricciones alimentarias o problemas en la ingesta, no solo en los hospitales o asilos, también en sus domicilios.