Barcelona es uno de los grandes escaparates gastronómicos de Cataluña, España y el resto de Europa y el mundo. Referencia para muchos, la capital catalana reúne una diversidad de lugares y ofertas para deleitar a los barceloneses: hablamos de una combinación emocionante de sabores mediterráneos, influencias regionales y creatividad culinaria.
La ciudad alberga muchos locales que, por lo menos, se deben visitar una vez en la vida. Y, en algunos casos, repetir y repetir y repetir. Todo fan gastronómico tiene una gran o pequeña lista con aquellos restaurantes o bares que quiere consumir en un futuro no muy lejano. Es habitual hacer caso de las recomendaciones de conocidos, amigos o familiares y adentrarse a conocer nuevos sitios que deleiten nuestro paladar con experiencias únicas.
Pues bien, uno de esos nombres que se deben visitar una vez en la vida y repetir una y mil veces y deben estar en tu lista si todavía no lo has visitado es el de bar Marsella. Se trata de la taberna más antigua de Barcelona y está gestionada por la familia Laimiel desde 1890, aunque en la actualidad es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, que se vio obligado a comprarlo hace una década ante la posibilidad de que su anterior propietario, un fondo de inversión extranjero, acabara cerrándolo.
¿Por qué tienes que ir al bar Marsella?
El bar Marsella es la taberna más antigua de la ciudad Condal, con fecha de 1820. Uno de los puntos más importantes del local es que su interior ha aparecido en películas como Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, o vídeos musicales de Rosalía, de aire más reciente. Destaca su bella barra de mármol, que se mantiene impasible al paso de los años, y una decoración que tampoco ha cambiado en más de un siglo. Han pasado casi doscientos años y el bar Marsella puede presumir de no haber cambiado un ápice.
El histórico local se sitúa en el corazón del Raval, en el número 65 de la calle Sant Pau, y guarda historias con aire romántico, ya que artistas como Pablo Picasso o Ernest Hemingway solían frecuentar el bar en el pasado. Pese a que en la actualidad está en una zona algo complicada de Ciutat Vella, su visita es obligada para cualquier barcelonés.
Recomendaciones: vermut y absenta de 68 grados
Entre las recomendaciones de su carta, en el bar Marsella tenemos que probar, sin lugar a dudas, el vermut Perucchi o, si se busca una experiencia más eléctrica, la absenta de 68 grados, elaborada por el licorista Manuel Lladó. Sea como fuere, la oferta del lugar es todavía más amplia: desde entrantes a primeros platos, pasando por pescados, carnes y postres.