La almendra valenciana vive una campaña "absolutamente ruinosa", ya que los precios se han desplomado, mientras los costes de producción "siguen disparados" y las comercializadoras están dando prioridad a la que llega de California, según han alertado las organizaciones agrarias.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) asegura que esta campaña amenaza "con dejar frutos sin recoger y provocar el abandono de cientos de explotaciones", y alerta: "no queremos trabajar para perder dinero y que sean otros los que ganen a nuestra costa".
En plena fase de recolección, la organización agraria advierte de que las cotizaciones en origen están "muy por debajo de los costes de producción": la almendra Comuna se vende a 2,6 euros por kilo en pepita, un 25% menos que hace un año, y la almendra ecológica a 4,8 euros el kilo, un 35% menos y su precio más bajo de la última década.
Los agricultores valencianos también destacan que la disminución de los precios se produce a pesar de la merma generalizada del 50 % de la producción, respecto a la media de los últimos ejercicios, tanto en España como en la Comunitat Valenciana a causa de las adversidades climáticas.
Medidas para frenar el auge de la competencia americana
El sector culpa de este desequilibrio entre la oferta y la demanda a las "masivas importaciones" de almendras procedentes de California, que "entran a bajo precio por su peor calidad", y pide al Gobierno que haga cumplir la Ley de la Cadena alimentaria, fijando los costes de producción de la almendra en cada eslabón, aportando transparencia a la formación de los precios y frenando los abusos comerciales.
AVA-Asaja también urge a las administraciones a destinar más ayudas directas que permitan aliviar las pérdidas sufridas por los agricultores, redefinir las ayudas acopladas de la PAC, flexibilizar los ecorregímenes y adoptar mejoras en el seguro de la almendra para adecuarse a las necesidades reales del cultivo.
Por su parte, La Unió Llauradora alerta de que la importación de almendra procedente de Estados Unidos "está ganando cada vez más terreno de manera injustificada, perjudicando las producciones de la Comunitat Valenciana de proximidad", y critica que los comercializadores den prioridad a la almendra californiana sobre la valenciana.
La organización agraria exige que el Ministerio de Agricultura estudie el posible dumping en las importaciones de almendra de Estados Unidos (EEUU), para evitar una competencia desleal a la almendra valenciana y que los grandes industriales se beneficien de este tipo de operaciones comerciales en perjuicio de los productores de la Comunitat.
Según explica La Unió, en el último semestre de este año las importaciones de almendra desde EEUU han alcanzado las 47.000 toneladas de almendra en grano por un valor de más de 173 millones de euros, lo que supone precios de importación medios de 3,68 euros por kilogramo, pese a que España es el segundo país productor de almendra.
Lamenta que los comercializadores de almendra importen "ingentes cantidades" procedentes de EEUU y "dejan de apostar por el producto de aquí, de proximidad y con una calidad evidente", y afirma que esta campaña la cosecha se verá afectada por la sequía de los últimos meses y los daños causados por las borrascas.
Las cotizaciones medias marcan una tendencia de precios por debajo de los 3 euros el kilo, insuficientes en opinión de La Unió para cubrir los costes de producción "en continuo ascenso", en especial en las zonas de cultivo tradicional.
¿Valenciana o californiana? Las diferencias
El tipo de almendra más cultivado en la Comunitat Valenciana, especialmente en Alicante, es la almendra marcona que se caracteriza por su gran tamaño, su textura rugosa y su forma redondeada y plana. Es considerada una joya de la gastronomía alicantina y valorada como una de las mejores variedades del mundo gracias a su calidad. Por su ligera humedad y su dulce sabor, se emplea en la elaboración de dulces artesanos y turrones de Jijona.
La almendra californiana, en cambio, tiene un tamaño más reducido, además de una cáscara más oscura que la marcona y una textura más seca y dura. A pesar de ser el principal importador de este fruto seco, no es la clase más adecuada para las elaboraciones dulces, aunque a veces se use para ello abaratando los costes de producción.