Dar más valor a la cocina casera. Esto es lo que se propone Olivia Grégoire, ministra de Pequeñas y Medianas Empresas, Comercio, Artesanía y Turismo de Francia, con la medida que acaba de anunciar: los restaurantes franceses tendrán que detallar en sus cartas los platos que no sean "caseros" y que, por lo tanto, no elaboran en sus cocinas con ingredientes crudos.
Lo explicaba en una entrevista a La Tribune Dimanche, este pasado domingo 22 de octubre, y detallaba que el objetivo de la medida es triple: proteger mejor a los consumidores, realzar el trabajo de los establecimientos que realmente cocinan su oferta y defender la gastronomía francesa, declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010.
La etiqueta 'fait a maison'
Desde julio de 2014, la etiqueta fait maison (hecho en la casa o casero) permite identificar los platos elaborados in situ a partir de productos crudos en todos los establecimientos comerciales, tradicionales, de cadena y de comida rápida. El sistema se amplió a los restaurantes colectivos voluntarios en 2018.
La creación de esta etiqueta, acompañada de un logotipo compuesto por una cacerola sobre la que se coloca el techo de una casa, había sido objeto de largos debates, especialmente en el sector, sobre la definición exacta de “producto bruto”. Finalmente se incluyeron los productos congelados, a excepción de las patatas fritas congeladas.
A día de hoy, este sistema de identificación es opcional y se considera muy vago, ya que no informa de los platos que son cocinados fuera del restaurante, a menudo de forma industrial y que se recalientan luego en microondas antes de servirse a los clientes.
“Llevamos varios meses trabajando en esto. Tuvimos que actuar. Porque la mención –opcional– de "casero", la etiqueta creada en 2014, es complicada y, por tanto, sigue siendo poco utilizada”, declaraba la ministra en La Tribune Dimanche.
Su objetivo es que la etiqueta pase de ser de facultativa a obligatoria. Aunque el dominical francés recuerda que quedan semanas de consultas antes de abrir el debate parlamentario y de definir las condiciones de la futura etiqueta y de sus futuros mecanismos de control. Según Gregoire, la medida debería entrar en vigor para finales de año —y totalmente instaurada, a más tardar en 2025— en los 175.000 restaurantes que hay en Francia.
Contra el plástico
Otra medida que el Gobierno francés toma en relación a la restauración ya que, desde el 1 de enero de 2023, ha prohibido que los restaurantes utilicen vajillas desechables. Esto incluye vasos, cubiertos o platos de un solo uso, aunque sean de material biodegradable, potenciando así el uso exclusivo de vajilla lavable y reutilizable.
La norma pone el foco en los restaurantes de comida rápida y afecta a todos los establecimientos de más de 20 comensales, como comedores de empresa, comedores escolares y cafeterías de museos, entre otros. De momento, no afecta a la comida que se lleva a casa en bolsas desde los restaurantes.