Platos, cubiertos y otros utensilios de plástico de un solo uso tienen los días contados en el Reino Unido, ya que a partir de octubre su venta estará prohibida. Así lo ha anunciado el Ministerio de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales británico, con el objetivo de reducir la contaminación en entornos naturales. Comercios minoristas, restaurantes, bares y empresas de reparto a domicilio, entre otros negocios, tienen diez meses para adaptarse a la nueva normativa, que afectará también a algunos vasos de poliestireno y recipientes para alimentos.
Reino Unido sigue así la estela de Francia que, desde el 1 de enero de 2023, ha prohibido que los restaurantes utilicen vajillas desechables. Así lo anunció el ministro francés de Transición Ecológica y Cohesión de los Territorios, Christophe Béchu, en su cuenta de Twitter: “Francia es el primer país europeo que prohíbe el uso de vajilla no reutilizable en los establecimientos de comida rápida. Una cifra: esta medida evita 180.000 toneladas de residuos al año”.
Por tanto, la normativa también incluye vasos, cubiertos o platos de un solo uso, aunque sean de material biodegradable, potenciando así el uso exclusivo de vajilla lavable y reutilizable. La norma francesa pone el foco en los restaurantes de comida rápida y afecta a todos los establecimientos de más de 20 comensales, como comedores de empresa, comedores escolares y cafeterías de museos, entre otros. De momento, no afecta a la comida que se lleva a casa en bolsas desde los restaurantes.
Los argumentos del Gobierno británico
Por lo que respecta a Reino Unido, se calcula que cada año se utilizan 2.700 millones de cubiertos de un solo uso, la mayoría de ellos de plástico, y 721 millones de platos, de los que solo el 10% se recicla, según las cifras del ministerio. El Gobierno británico ha recalcado que los desechos plásticos tardan cientos de años en descomponerse y provocan graves daños al ecosistema. Su producción, además, es una de las principales fuentes de emisiones de efecto invernadero.
"Todos conocemos los efectos absolutamente devastadores que el plástico puede ocasionar en el medioambiente y la vida salvaje. Hemos escuchado a los ciudadanos y este nuevo veto a los plásticos de un solo uso será la continuación de nuestro trabajo vital para proteger el entorno de cara a futuras generaciones", afirmó la ministra de Medioambiente, Thérèse Coffey. El Ejecutivo subrayó que el 95% de los encuestados que participaron en una consulta sobre la medida se mostraron a favor del veto.
Una estrategia más amplia
La organización ambientalista Greenpeace exigió por su parte una estrategia más ambiciosa: "Ir prohibiendo artículos uno por uno genera buenos titulares para el Gobierno, pero no eliminará la asombrosa cantidad de plástico que el Reino Unido produce cada año", afirmó en un comunicado Nina Schrank, responsable de campañas sobre el plástico en Greenpeace UK.
La organización demanda una ley que obligue a los supermercados a ofrecer a sus clientes la posibilidad de utilizar envases reutilizables, un sistema de devolución de botellas ya utilizadas y que el Reino Unido deje de exportar desechos al extranjero. El Gobierno británico ya prohibió en 2018 la utilización de microperlas de plástico en la fabricación de cosméticos, mientras que en 2020 vetó las pajitas de un solo uso y los bastoncillos de plástico.
