Sabemos que la Semana Santa se acerca porque las monas y las figuras de chocolate ya empiezan a ocupar los escaparates de las pastelerías de Barcelona y de otras ciudades españolas. La celebración de la Pascua es una de la fechas, junto con la Navidad, más potentes para el sector. Por eso, el Gremio de Pastelería de Barcelona ya ha avanzado sus previsiones y estima que este año se venderán más de 700.000 monas artesanas en toda Cataluña, una cifra muy similar a la de 2022, cuando ya se recuperaron los datos prepandémicos.
Además, como han avanzado en un comunicado, desde el Gremio no se prevé ningún incremento de precios, todo y el evidente encarecimiento de costes que sufre el sector, principalmente el de la energía. El presidente del Gremio, el pastelero Antoni Bellart (Pastisseria Triomf), apunta las razones: “La mona de Pascua es una pieza artística, fruto de creatividad del pastelero, que dedica horas de trabajo artesano y esto ya se refleja en el precio. Aunque el chocolate de calidad que utilizamos se haya encarecido alrededor de un 17%, no podemos mover precios”.
La mona del Gremio
Bellart se muestra confiado que la campaña de Pascua será un éxito: “Regalar la mona es una tradición muy arraigada y prácticamente no varía. La cuestión es elegir entre regalar una mona artesana, creada una a una por el pastelero y elaborada con chocolate de calidad y sin conservantes ni colorantes artificiales, o bien regalar una figura industrial.”
Como novedad, este año el Gremio ha lanzado la mona Mia, una iniciativa que surge en colaboración con la Universitat de Barcelona y que busca promover la ciencia y despertar las vocaciones científicas entre los niños. Esta figura de chocolate, que represanta a una geóloga, se puede comprar en más de 30 pastelerías de la demarcación de Barcelona y también en la tienda del Museo del Chocolate. La intención es repetir la iniciativa cada año, dedicando la figura a una disciplina científica diferente.
Las tendencias 2023
Entre las tendencias detectadas este año, no faltan las monas dedicadas a los jugadores del primer equipo del Barça, con figuras como Lewandowski, Pedri o Gabi, que comparten protagonismo con jugadoras como Alexia Putellas o Aitana Bonmatí. La Patrulla Canina, Star Wars, Harry Potter, Super Mario, superhéroes como Spiderman y Batman o videojuegos como Fortnite siguen triunfando este año, y a ellos se suma Miércoles, la hija de la Familia Adams, que ha tenido su propia serie en Netflix cosechando grandes cifras de audiencia.
Más allá de los personajes mediáticos, los pasteleros amplían cada año sus creaciones originales y únicas con todo tipo de animales elaborados con huevos de todas medidas y colores: leones, elefantes, cochinillos, pingüinos, jirafas o los más tradicionales conejitos de Pascua. Un trabajo artístico donde sacan a relucir toda su maestría y creatividad.
El origen de la mona
Tal y como recuerda el Gremio, la existencia de la mona como pastel tradicional del día de Pascua está documentada desde el siglo XV y su nombre provendría de munna, término árabe que significa "provisión de la boca". Parece que, en un inicio, se hacía con pasta de pan como base, tenía forma de roscón y simbolizaba que la Cuaresma y sus abstinencias habían acabado. Más adelante se empezaron a poner huevos duros pintados.
En el siglo XIX, se empieza a hacer la mona actual, con una base de bizcocho, mantequilla y chocolate, y adornada con figuras de chocolate, fruta confitada y penachos. En los años 30, de la mano del pastelero Lluís Santapau, se extiende la tradición de modelar grandes figuras de chocolate y pastelerías de todo el país exponen sus creaciones en los escaparates. Con los años, las ventas de figuras de chocolate han superado las de monas tradicionales con bizcocho. Más allá de Cataluña, la mona es una tradición viva en el Levante valenciano, Aragón, Baleares y Murcia.
