David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (WFP) de las Naciones Unidas, ha hecho un llamamiento para que se asegure que las comunidades afectadas por la guerra de Ucrania "sigan teniendo acceso a la ayuda humanitaria que puedan necesitar y se garantice la seguridad del personal humanitario en el terreno".
"Estamos profundamente preocupados por la evolución del conflicto en Ucrania y su posible impacto en el acceso a los alimentos de los civiles en las zonas afectadas", declaró Beasley en un comunicado. El director recordó que la cuenca del Mar Negro, que Ucrania toca en su frontera sur, "es una de las zonas más importantes del mundo para la producción agrícola y de cereales", por lo que la guerra afectaría a la seguridad alimentaria "más allá de la frontera".
"La interrupción del flujo de grano de la región del Mar Negro aumentará los precios y empeorará la inflación de los alimentos en un momento en que su asequibilidad es una preocupación en todo el mundo", explicó.
Asimismo, Beasley recordó que, a partir de 2014, cuando Rusia reclamó la península de Crimea y se inició un conflicto con los independentistas filorrusos de la región ucrania del Donbás (este) y hasta 2018, el WFP estuvo en Ucrania para asegurar el acceso a comida a millones de personas, después y aseguró que siguen "comprometidos a apoyar a todas las poblaciones afectadas en Ucrania y en los países vecinos".