Daniel Jordà Jordà (1927-2023), panadero y figura reconocida en el barrio de la Trinitat Vella (Barcelona) por su activismo, falleció la madrugada del pasado 25 de marzo. Durante décadas, Jordà estuvo al mando del Forn Trinitat, situado en el número 14 de la plaza de la Trinitat, un horno emblemático de la ciudad, que fue inaugurado en 1927 por sus padres y que, en 2008, fue reconocido por el Ayuntamiento como "la mejor tienda de Barcelona".
Experto en la elaboración de pan artesano, fue hijo de panadero y su legado continúa con su hijo, llamado también Daniel Jordà, responsable del proyecto Panes Creativos, situado en la plaza de Garrigó, en Nou Barris. Allí, Jordà hijo ha creado panes de sabores y colores destinados a la alta cocina —que lo hicieron famoso, aunque se ahora se haya alejado de ella—, el mejor panettone clásico de España y otras muchas especialidades de panes gastronómicos, panes clásicos reinventados y panes del mundo.
De hecho, Jordà hijo afirmaba en una reciente entrevista con Hule y Mantel que no es posible explicar su historia de éxito profesional y reconocimiento sin tener en cuenta a su barrio y a sus padres. "No, no se puede. Sería injusto y de mala persona, de mis padres aprendí muchísimo, ellos también son panaderos. Más tradicionales, pero con ellos aprendí las bases", afirmaba.
Al mando de una panadería tradicional
El Forn Trinitat, del que Jordà padre llegó a abrir un segundo local, ubicado todavía hoy en la calle Batrina número 52, es conocido por sus panes tradicionales de alta gama, como el pan multicereales, el de coca, el pan de Andalucía y el pan de máquina, tal y como subrayan en su propia página web.
Pero también por su sección de pastelería artesanal, ya que en su obrador elaboran dulces típicos de las grandes festividades como las monas de Pascua, los buñuelos de Cuaresma, el pan de Sant Jordi, las cocas de San Juan, los panellets de la Castañada o los turrones de Navidad y los roscones de Reyes, siempre trabajando con ingredientes de primera calidad.
Durante estos años, Jordà ha vendido sus productos a los vecinos del barrio, pero también a restaurantes, pastelerías y tiendas de víveres. De hecho, su vínculo con la Trinitat Vella, ubicado en el distrito de Sant Andreu, es intenso, ya que fue uno de los grandes conocedores de las historias, secretos y transformaciones de este barrio obrero por antonomasia, siendo uno de los activistas más reconocidos del distrito.