Las pastelerías y panaderías valencianas se visten de fiesta cada 9 de octubre, coincidiendo con la celebración de Sant Donís, día nacional de la Comunidad Valenciana y también su día de los enamorados. Es el momento de la mocaorà o mocadorà, de la que nos habló extensamente nuestra colaboradora, Rosa Llopis, en el artículo La mocadorà: el día de los enamorados de los valencianos y del amor al mazapán.
"De la noche a la mañana, los escaparates y los mostradores se llenan de pañuelos y unas figuritas de mazapán con forma de frutas variadas y otras no tan fáciles de identificar. Una tradición en apariencia sencilla y simpática, pero con mucha simbología", explicaba.
Coincidiendo con esta fecha, y como es habitual desde hace décadas, el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, en colaboración con la Generalitat Valenciana y la Diputación de Valencia, organiza un concurso —celebra este año su 43a edición— para buscar la mejor mocadorà y el mejor escaparate.
Las mejores 'mocadoràs' de 2024
En esta ocasión, la elegida ha sido la mocadorà que elaboran en la Pastelería Galán, "por la calidad, sabor y variedad de estos dulces de mazapán artesanales". Esta pastelería familiar, que cuenta con más de 40 años de trayectoria, está ubicada en el municipio de Albal (Av. Corts Valencianes, 92) y es una gran defensora de esta tradición pastelera, también de las monas de Pascua.
Además, es una habitual ganadora de este concurso: en 2023 obtuvo el segundo premio en las dos categorías, en 2022 se alzó como ganadora en ambas categorías, y también obtuvo premios en 2018, 2019 y 2020. La calidad de sus mazapanes en forma de frutas y verduras, elaborados a base de almendra, azúcar y huevo, está más que contrastada.
Las otras mocadoràs galardonadas este 2024 han sido las de Horno San Antonio en San Antonio de Benagéber (c/Túria,4), que ha conseguido la medalla de plata; y la del Horno La Estrella de Valencia (c/ Matías Perelló, 2), que se he hecho con el bronce.
Mejor ornamentación comercial
La segunda categoría del concurso, la que busca la mejor Ornamentación Comercial, ha tenido como ganador el Horno Pastelería Cuenca, situada en el distrito de Benimaclet de la ciudad de Valencia (c/ Puzol, 5), que ha destacado "por su originalidad y creatividad en el diseño composición y presentación artística de su escaparate".
La Pastelería Galán y el Horno San Antonio, que han sido premiados en la categoría de mocadorà, también lo han hecho en esta modalidad, llevándose el segundo y el tercer premio, respectivamente.
Un jurado formado por maestros pasteleros, representantes de las asociaciones de consumidores, AVACU, Tyrius y Unión de Consumidores; representantes de la Escuela de Bellas Artes y prensa especializada ha sido el encargado de elegir los ganadores, entre las pastelerías agremiadas que se han presentado al concurso.
Como explica Laura de Juan, secretaria general del Gremio, “en cada edición, el jurado tiene más complicado tomar una decisión dada la gran calidad de las elaboraciones. Cada una de ellas representa una muestra de la calidad y del extraordinario talento y profesionalidad de los pasteleros artesanos”.
“Es gracias a su pasión por este oficio y al esfuerzo diario que esta tradición se mantiene viva, celebrando no solo nuestras raíces, sino también el arte y la gastronomía que define a nuestra región", subraya en un comunicado.
La tradición de Sant Donís y la 'mocadorà'
Tal y como explican desde el Gremio, cada 9 de octubre, Valencia celebra Sant Donís, su particular San Valentín, una fecha que, además, coincide con el Día de la Comunitat Valenciana. Es tradición que los enamorados demuestren su amor a sus parejas con la mocadorà, una bandeja de dulces de mazapán, elaborados a mano, reflejo de la creatividad de los artesanos locales y una obra de arte gastronómica.
Esta tradición, que se remonta al siglo XIII, tiene sus raíces en la prohibición impuesta por los Decretos de Nueva Planta tras la Guerra de Sucesión. Estos decretos prohibían a los valencianos celebrar la entrada de Jaume I en la ciudad de València el 9 de octubre, que hasta entonces se conmemoraba con el lanzamiento de petardos.
En respuesta, los confiteros de la época idearon dulces en forma de petardos, conocidos como piulets y tronadors, que han perdurado como símbolos de la festividad. La creatividad de los confiteros no se detuvo ahí y comenzaron a elaborar mazapanes con forma de frutas y hortalizas, en homenaje a la fertilidad de la huerta valenciana y como referencia a la costumbre de los moros de regalar hortalizas a doña Violante de Hungría, esposa de Jaume I.
Desde entonces, los hombres regalan estos dulces envueltos en un pañuelo, manteniendo viva una tradición que, siglo tras siglo, sigue emocionando a los valencianos.