El ramen se ha ganado un hueco de forma imparable entre los amantes de las sopas y la comida japonesa. Se trata de un plato de fideos japonés, heredado de la cocina china, que ha ganado mucha popularidad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes que apuestan por toda la cocina oriental como, por ejemplo, el sushi.
Pero hay vida más allá del ramen, o también el conocido hot pot, y por eso te traemos algunas de las mejores sopas que tenemos en nuestro país para combatir estos días de frío de invierno. Al final, disponemos de una gran variedad de sopas y caldos que pueden incluso gustarte más que el propio ramen.
1. Suquet de pescado
Suquet tiene un origen catalán y se podría traducir como ‘suquillo’: se trata de un guiso tradicional marinero. Hablamos de un plato sencillo y humilde, algo así como una receta de aprovechamiento elaborada con los productos marinos que los pescadores no podían vender por su escaso valor o porque habían quedado dañados tras la captura. Puede hacerse con cualquier tipo de pescado, molusco o marisco… La parte más importante es el jugo gustoso, que se enriquece además con otros ingredientes: desde la picada, que es una mezcla de ingredientes que se añade para dar sabor y espesar salsas, hasta la patata, que aporta los carbohidratos al plato.
2. Sopa de ajo
En sus orígenes, la sopa de ajo es uno de los platos más humildes posibles: Utiliza pan duro y ajos, productos típicos de los más pobres. Esta sopa nació como un recurso para aprovechar los humildes ingredientes que había a mano en épocas pasadas, especialmente entre campesinos y pastores de Castilla y León. En estas regiones el frío suele ser muy intenso, por lo que la sopa de ajo alimentaba y calentaba.
La sopa de ajo contiene agua o caldo, pan (duro), pimentón, laurel, ajo, aceite de oliva y huevo escalfado y es muy útil como medicamento natural, ya que ayuda a reducir la fiebre y aliviar la tos, el dolor de cabeza y los problemas estomacales.
3. Escudella
La ‘escudella i carn d'olla’, más conocida como la sopa de Nadal (Navidad), es una sopa típica de invierno que es tradicional de Cataluña. Se caracteriza, sobre todo, por usar en el cocido una pilota, que es una gran albóndiga alargada que una vez cocida se corta a rodajas para repartirla entre los comensales. Está hecha con carne picada, tocino, huevo batido, miga de pan o pan rallado, ajo y perejil, y que se pasa por harina y se dora antes de ser cocida. A todo ello se le añaden también verduras como puerro, apio, zanahoria o col, además de garbanzos, patatas o butifarras.
4. Caldo gallego
El caldo gallego es una sopa o caldo típico de Galicia y se trata de un potaje resultado de cocer grelos o nabizas, alubias y patatas en una olla, con algo de carne. Se trata de un plato típico en los meses de inviernos y suele presentarse muy caliente en un tazón o plato hondo. Es un alimento típico en aldea y ciudades repartidas por todo el territorio gallego.
5. Porrusalda de bacalao
La porrusalda es un guiso tradicional del País Vasco. Es más: su nombre viene de la unión de los términos euskeras porru (puerro) y salda (caldo). Se trata de un plato muy humilde que contaba con dos ingredientes básicos y baratos que siempre tenían en la despensa: puerros y patatas. También en Navarra y La Rioja tienen cierta parte de la tradición. La porrusalda, además de puerros y patatas, puede incorporar zanahorias, calabaza o cebolla. Se utiliza bacalao desalado, o al punto de sal, habitualmente.
6. Sopes de matances
Las sopas mallorquinas son uno de los platos más populares de la gastronomía balear, que en su versión más humilde se preparan con caldo de verdura y rebanadas finas de pan moreno seco. También puede incorporar la carne del cerdo de las tradicionales matanzas de la isla, que se celebran en invierno.
7. Sopa de tomillo
La sopa de tomillo es un tesoro de beneficios para nuestro organismo, y además se trata de una de las sopas más fáciles que puedas preparar: es digestiva, saludable y económica… La sopa de tomillo es una receta tradicional muy popular en Cataluña.