El cocinero Martín Berasategui, que suma 12 estrellas Michelín y 12 soles Repsol en sus restaurantes, ha ensalzado el valor y el papel de las bodegas dentro del "rico mundo gastronómico español" y, en este sentido, ha recordado que nació en una bodega y morirá en otra. Lo ha hecho durante la inauguración oficial del proyecto que ha puesto en marcha en la localidad de Rueda (Valladolid), bajo el nombre Gastrobodega Martín Berasategui, ubicada en El hilo de Ariadna del grupo Yllera y que, tras un mes desde su preapertura silenciosa "ha superado todas las expectativas".
Se trata de la primera gastrobodega del mundo que ha puesto en marcha Berasategui, quien se ha definido como un "transportista de felicidad" a través de la gastronomía, donde ha obtenido una relevancia especial, desde que inaugurara su primer proyecto en Lasarte-Oria, hace casi 30 años. En el caso de esta novedosa iniciativa, se pergeñó una vez reunidos los responsables del grupo Yllera que querían revitalizar su bodega con el conocido chef vasco, entre los que se estableció una "química especial" ya que la familia vallisoletana era una "enamorada" de la cocina de Berasategui y de su personalidad.
En opinión de Martín Berasategui "las bodegas tienen una gran importancia en el desarrollo de la gastronomía española" y, puesto que él comenzó sus pasos en el bodegón Alejandro, consideró que era una gran oportunidad para implementar una nueva idea en Rueda, cuna del verdejo. "Me siento muy ilusionado con este proyecto, que se añade a los que he ido abordando a lo largo de una vida dedicada a la cocina, a una profesión que amo profundamente y que conocí de la mano de maestros como Arzak, Arguiñano o Subijana", ha comentado.
"Los clientes que vengan a la gastrobodega podrán degustar setas, caza en temporada, legumbres o verduras de esta tierra"
Su origen es "modesto y humilde", tal y como ha indicado, y a pesar de todos los éxitos cosechados durante su trayectoria profesional, considera que estos se han conseguido "porque hay detrás un gran equipo humano". En este sentido, ha precisado que, sin todos los integrantes del grupo que le ha acompañado en sus diferentes propósitos, "no habría llegado a nada" y que, en su vida, ha hecho lo que él quisiera que hubieran hecho con él, que es "de pata negra y de hierba corta". Ha transmitido la emoción del que ve nacer a un nuevo hijo, porque cree que es importante "contagiar" esa ilusión, que además le permite seguir añadiendo "nuevos conceptos" a la gastronomía, para llegar a todo tipo de público.
"Este es un país alegre, en el que tenemos la suerte de contar con un importante acervo gastronómico, gracias al esfuerzo, sacrificio y humildad de muchos cocineros, y ahora contamos con la generación más preparada, ya que ahora hay escuelas e importantes centros de formación, lo que amplía el potencial de esta profesión", ha dicho. Ha asegurado que, cuando inicia un proyecto, el agradecimiento a los que abren sus puertas hacia su persona pasan por contar con los productos y con los profesionales de la zona y por eso "los clientes que vengan a la gastrobodega podrán degustar setas, caza en temporada, legumbres o verduras de esta tierra". "Yo siempre he dado todo por esta bonita profesión, y creo que nací para hacer felices a los clientes. Soy un chiflado de cocinero que sigue abordando proyectos, y estoy feliz de estar en Rueda, donde espero dar un poco de lo mucho que merece este municipio", ha concluido.