Irene González, y su marido Javier, son los impulsores desde 2019 de la Ganadería Prado Alegre, situada en Salmoral, en la provincia de Salamanca, que se caracteriza por su innovadora forma de criar bueyes y vacas, priorizando el bienestar animal, su alimentación y la sostenibilidad para ofrecer carnes de máxima calidad.
Por su parte, el carnicero de San Fernando de Henares (Madrid), Alberto Salto, más conocido por su marca El As de las Carnes, es un ejemplo de cómo el mundo de las carnes también puede tener un fuerte tirón en las redes sociales. Desde hace unos meses, estos tres profesionales se han aliado para afianzar un proyecto que impulsa el producto cárnico de calidad, desde el campo hasta la mesa.
Una relación afianzada
Su historia y sus primeros contactos comenzaron a través de Instagram y la conexión entre ambas partes fue casi instantánea. Cuando Salto visitó el entorno en el que se criaban los animales y conoció a quienes lo gestionan, apostó por establecer una primera colaboración. Ahora, y tras el éxito de esta experiencia, han consolidado la alianza de forma permanente.
En la actualidad, la ganadería cuenta con casi un centenar de cabezas de ganado y prioriza el bienestar animal en cuanto a alimentación, salubridad, entorno, espacio, limpieza y un largo etcétera de condicionantes que, aseguran, impactan de lleno en el resultado final de la calidad de producto. Y es que tanto Ganadería Prado Alegre como El As de las Carnes comparten el convencimiento de que cuanto más y mejor cuidemos a nuestros animales mejor será su carne.
De hecho, Salto señala que con esta alianza “tenemos el control del inicio al final, con ganadería propia”. Sus productos estrella son las hamburguesas y los chuletones que se agotan de forma casi inmediata. Es un proyecto basado también "en la transparencia", comentan desde Ganadería Prado Alegre ya que los clientes pueden conocer de primera mano de dónde viene el producto, cómo viven esos animales, cómo se les trata y todo esto aporta un importante valor añadido. Una información que es compartida a través de sus redes sociales junto con otras muchas anécdotas que permiten conocer muy de cerca este proyecto a todos sus seguidores.
El origen de un proyecto familiar
Irene González decidió dejar su puesto como responsable de márketing en una gran empresa y dedicarse de lleno al mundo de la ganadería adquiriendo un pequeño terreno en Salmoral (Salamanca). Era 2019 y nacía el proyecto familiar Ganadería Prado Alegre. Ahora, en 2023, y con muchas más cabezas de ganado a su cargo y una carne con una alta calidad avalada por profesionales y clientes, el secreto de su éxito radica en “muchísima ilusión, muchísimo trabajo y esfuerzo y ganas de hacerlo bien”, dicen.
González, reflexiona: “No sé muy bien lo que pasó, pero lo que iba a ser un pequeño campo con cuatro animales para disfrutar con nuestros hijos, se convirtió en una ganadería”.