La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido de que, dentro de treinta años, será necesario un 35% más de agua dulce para producir suficientes alimentos para la población mundial. "En 2050, la producción global de alimentos, fibras y piensos deberá aumentar un 50% en comparación con los niveles de 2012 para satisfacer la creciente demanda. En condiciones normales, esto significaría al menos un 35% de recursos adicionales de agua dulce", ha indicado el director general de la FAO, Qu Dongyu.
Para realizar este cálculo, la FAO tuvo en cuenta que el sector agrícola consume un 72% de los recursos hídricos en el planeta. Según sus últimos datos, más de 2.000 millones de personas viven en países con "estrés hídrico", es decir, cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible. Entre ellos, unos 700 millones —aproximadamente el 10% de la población mundial—, lo hacen en territorios con un estrés "crítico".
El efecto del cambio climático
Así, la agencia de la ONU recordó, en el Diálogo sobre el Agua celebrado en Roma, el 29 de noviembre de 2022, que este año los efectos del cambio climático se han hecho notar con especial incidencia, mediante inundaciones con niveles de récord, ciclones, marejadas, deslizamientos de tierra y sequías en regiones de todo el mundo.
Además, la crisis actual de fertilizantes y distribución de alimentos, propiciada por la guerra de Ucrania, está afectando a la población que ya era más vulnerable a la escasez de recursos acuáticos, como los pequeños agricultores. "Este año se han dado numerosos impactos que han supuesto más riesgos e inestabilidad al ciclo del agua, y esto afecta a todos los países. Necesitamos una nueva forma de gestionar el agua", indicó Dongyu.