Si bien los orígenes de la Familia Torres como viticultores están documentados desde 1559, no fue hasta 1870 que los hermanos Miguel y Jaime Torres Vendrell fundaron ‘Casa Torres y Compañía, cosechero y exportadora de vino’ en Vilafranca del Penedès. A lo largo de estos 150 años, cinco generaciones de la misma familia han sabido afrontar las vicisitudes de cada época y contribuir al desarrollo del negocio con una visión innovadora para hacer de Familia Torres un referente del vino español en el mundo.La quinta generación, representada por Miguel y Mireia Torres Maczassek, continúa hoy transmitiendo el legado familiar, desde el respeto por la tierra y la tradición y apostando también por la innovación, pero bajo el constante desafío que para la viticultura actual supone la emergencia climática.Para Miguel Torres, director general de Familia Torres, “nuestro principal hito ha sido mantener la bodega en manos de la familia durante todos estos años, con cada generación innovando a su manera y aportando su particular visión al desarrollo del negocio. Me parece extraordinario que hayamos llegado hasta aquí y es una suerte poder seguir haciendo lo que nos apasiona: elaborar vino y cuidar las viñas. Ahora, el reto más importante al que nos enfrentamos es el cambio climático”.La bodega del Penedès habrá reducido este 2020, si se cumplen las previsiones, un 30% sus emisiones de CO2 por botella en todo su alcance, desde la viña hasta el consumidor, en relación con el 2008, cuando estableció la lucha contra el cambio climático como uno de sus principales ejes de actuación mediante la implementación de medidas de adaptación y mitigación. Para 2030, se ha fijado como nueva meta alcanzar el 55% de reducción de su huella de carbono gracias, principalmente, al uso de energías renovables, eficiencia energética, movilidad sostenible y reforestación, mientras que la adaptación pasa sobre todo por buscar nuevos escenarios en zonas más frías y variedades más resistentes.Además de practicar una viticultura ecológica en la mayoría de sus viñedos y preservar paisajes con viñas históricas, la quinta generación de la Familia Torres se está focalizando en la elaboración de vinos de pequeñas producciones procedentes de fincas singulares y apuesta por variedades ancestrales recuperadas como solución al nuevo escenario climático. Un proyecto iniciado hace más de 30 años que le ha permitido identificar, de entre las más de 50 recuperadas, al menos 6 variedades con gran potencial enológico y aptitudes para adaptarse a las altas temperaturas y a la sequía al tratarse de variedades de maduración tardía y marcada acidez.Cinco generaciones dedicadas al vino y a la viñaHace 150 años, los Torres pasaron de ser pequeños viticultores del Penedès a convertirse en comerciantes de vino gracias al espíritu emprendedor de Jaime, que había hecho fortuna en Cuba antes de regresar al Penedès y asociarse con Miguel, su hermano viticultor. El negocio nació con vocación exportadora y pronto inició su expansión. Juan Torres Casals, hijo de Miguel Torres Vendrell, empezó a destilar vinos para elaborar brandis, mientras que el hijo de éste, Miguel Torres Carbó, debió afrontar uno de los periodos más difíciles de la historia de la familia: el bombardeo de la bodega durante la Guerra Civil. Una vez reconstruida, tuvo la certera decisión de empezar a embotellar vinos, lo que le permitió consolidar la marca Torres y expandirse por todo el mundo.La cuarta generación, con Miguel A. Torres, modernizó las técnicas enológicas e introdujo variedades francesas, con las que elaboró vinos como Mas La Plana o Milmanda, capaces de competir con grandes vinos del mundo. También fue responsable de la expansión de la bodega desde un punto de vista productivo, con la implantación en Chile en 1979, con Miguel Torres Chile, y en California unos años más tarde, con Marimar Estate.Con la incorporación de la quinta generación al negocio, Familia Torres inició su incursión en las principales zonas vinícolas españolas - Ribera del Duero, Rioja, Rueda y Rías Baixas -, un patrimonio de bodegas y pequeños viñedos que se sumaría al que ya tenía en Catalunya, concretamente en el Penedès, Priorat, Conca de Barberà y Costers del Segre.Con cerca de 2.000 hectáreas de viñedos, nueve bodegas en España y presencia en 150 países, Familia Torres controla minuciosamente todo el proceso desde la cepa hasta la copa. Sus vinos conforman hoy un mosaico de viñas asentadas, en muchos casos, en propiedades históricas y parajes singulares, vinos que buscan recoger la esencia de cada una de estas viñas y que hablan de manera honesta de esos paisajes, con sus terruños y variedades. Mas de la Rosa (DOQ Priorat), Purgatori (DO Costers del Segre) o Vinyarets (DO Penedès), son algunos de sus últimos lanzamientos.En el presente de Familia Torres, conviven el valor de un legado vinícola ancestral, la identidad de una empresa familiar que mira a largo plazo, el carácter innovador que ha caracterizado a la bodega en su extensa trayectoria y el compromiso ambiental. Unos valores que han contribuido a proyectar y fortalecer su imagen en los mercados internacionales y hacerla merecedora de reconocimientos como el de la marca de vinos más admirada del mundo (World’s Most Admired Wine Brand), que le ha otorgado la revista británica Drinks International en cuatro ocasiones. Además, Familia Torres forma parte de las Primum Familiae Vini, una asociación que integra 12 de las familias centenarias elaboradoras de vino más prestigiosas del mundo, y ha fundado recientemente el grupo International Wineries for Climate Action para impulsar la descarbonización del sector.Celebración del 150 aniversarioPara celebrar sus 150 años de historia, Familia Torres está trabajando en la edición de un libro conmemorativo que recogerá los principales hitos de su larga trayectoria y las aportaciones de cada una de las cinco generaciones al frente del negocio, ilustradas con anécdotas y fotografías inéditas. También organizará varios eventos para colaboradores, clientes y profesionales del sector en distintos países a lo largo del año, siendo el acto central una cena de gala que tendrá lugar en mayo en la antigua bodega de Vilafranca del Penedès, donde empezó a escribir su historia.