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Así está el Balcó Gastronòmic de Barcelona: el restaurante de los hermanos Torres ultima detalles

Agosto era el mes previsto para la apertura de los once restaurantes y tres tiendas que conforman este espacio del Port Olímpic y, por el momento, solo cinco han cumplido fechas

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Los hermanos Torres en el Balcó Gastronòmic del Port Olímpic (Barcelona) / Foto cedida

La primera vez que se remodeló el Port Olímpic de Barcelona fue para la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, cuando se creó un espacio para acoger las pruebas de vela. La revitalización estuvo a cargo de los arquitectos Oriol Bohigas, Josep Martorell, David Mackay y Albert Puigdomènech. Tras la cita deportiva, el lugar se convirtió en un reclamo turístico y de ocio que fue perdiendo fuelle y maneras con los años. 

Casi tres décadas después, otro evento deportivo, la Copa América de vela —que se celebra hasta octubre—, ha impulsado la remodelación de los 20.000 metros cuadrados que ahora ocupa esta misma zona. La transformación, que ha necesitado cuatro años de obras, se inauguró oficialmente el pasado 21 de julio, aunque todavía quedan espacios vacíos. ¿Cuáles han sido los cambios principales?

La restauración como eje central

Restaurante Superlocal en el Balcó Gastronòmic de Barcelona / Foto cedida

Entre los cambios más significativos se encuentra el diseño de un balcón gastronómico en el Moll de Gregal, con once restaurantes y tres tiendas. “Es uno de los ejes centrales del proceso de reconexión del Port Olímpic con la ciudadanía. El objetivo es convertirlo en un centro de referencia de la restauración de Barcelona y de la gastronomía al lado del mar”, afirmaban hace unas semanas desde el Port. 

Los restaurantes que forman parte de este Balcó Gastronòmic son: Sagardi, El Tributo, Eldelmar de Hermanos Torres, El Cangrejo Loco, Superlocal, Vraba, Familia Nuri, Platillos y Casa Carmen. Y las tiendas, Faborit, de cocina saludable; la heladería Esfèric y las empanadillas Las Muns.

Port Olímpic Barcelona ha definido el proyecto arquitectónico como un espacio “innovador y sin obstáculos, en diálogo constante con el mar y el puerto”. Y asegura que el éxito de este espacio pivota sobre un modelo de negocio “de calidad, diverso y complementario”. 

Las obras, que comenzaron en marzo de 2023, debían finalizar en agosto, pero por el momento, solo dos restaurantes y las tres tiendas han cumplido fechas: Superlocal —del que nos habló Iker Morán en esta crónica hace pocos días— y Casa Carmen

Eldelmar de Hermanos Torres: próxima apertura

Los hermanos Torres en el Balcó Gastronòmic del Port Olímpic (Barcelona) / Foto cedida

En la planta superior de la zona de restauración abrirán Vraba, Tributo, Eldelmar de Hermanos Torres y El Cangrejo Loco. Todos ellos con vistas a la playa de la Nova Icària que, tras las obras dispone de un nuevo acceso, y al puerto. 

Hasta el momento, el más avanzado es Eldelmar de Hermanos Torres cuya apertura está prevista para el 10 de octubre. “Nos hemos unido con Pantea Group para convertir este local en un lugar de referencia en Barcelona. Como todos nuestros proyectos, nuestra propuesta será un culto al productor, a la relación entre producto y productor y estará marcada por la temporalidad. Será una cocina de fondos, como nos gusta, con platos que nos gustaría comer cuando salimos fuera. Será sencilla, pero bien hecha, lo que no quiere decir fácil", afirman los cocineros.

Y prosiguen: "El recetario también mirará al mar, con producto fresco de las lonjas de aquí y que expondremos en una vitrina, además de un vivero donde habrá langosta, bogavante... Combinaremos la brasa, los arroces —que podrán ser individuales—, los pescados, los mariscos... Recuperaremos todas esas recetas que nos gustan, pero con nuestro toque para hacerlas más visuales, con más sabor, más divertidas". 

"Será una oferta viva porque nos dejaremos llevar por la naturaleza, el entorno, las temporadas y seguiremos esa tradición de los platos típicos estacionales, pero con sorpresa... Por ejemplo, en invierno habrá platos de cuchara, guisos, arroces caldosos... cocina de confort”, explican los Torres. Y añaden, “la idea es crear una oferta popular, accesible, para el público barcelonés, con un precio para la mayoría de los bolsillos, que dependerá de lo que se quiera gastar el comensal”. 

Tartar de lubina del Mediterráneo, uno de los platos de Eldelmar / Foto cedida

El establecimiento, dividido en dos por la cocina —que es abierta—, disfruta de vistas tanto delante —al mar—, como al puerto en la zona de atrás. “El atardecer se ve espectacular desde el área que da al puerto, así que estará abierta para el tardeo. Se podrá tanto tomar una copa o un cóctel como picar algo”, apuntan los chefs. El espacio cuenta, además, con una chimenea para crear un ambiente muy especial en invierno. “Habrá oferta de cócteles, para grupos e incluso para eventos”, especifican. 

No habrá menús, será a la carta. Y Carmine Memoli, jefe de cocina del restaurante Cocina Hermanos Torres***, junto a un equipo ayudará a los chefs a supervisar la propuesta culinaria y a hacer el seguimiento. A la oferta gastronómica se le une la vinícola con más de 400 referencias. La carta líquida ha sido diseñada por el sumiller Xavi Nolla

El local, que abrirá todos los días para comidas y cenas, tiene una capacidad máxima de 250 comensales, aunque la idea es comenzar poco a poco “para que los equipos se vayan adaptando”, especifican los chefs. 

Para el interiorismo han confiado en Trenchs Estudio. “Dado que la carta está basada en la cocina mediterránea, nos hemos inspirado en elementos procedentes de varias culturas del Mediterráneo, en su arquitectura. El agua estará presente en unas láminas decorativas, el aire en unos molinos instalados en el techo, el fuego en la brasa —en la cocina— y la tierra en todos los materiales que homenajean la orografía. En la zona del tardeo, no queríamos dar la espalda a la ciudad, así que hemos abierto las vistas al puerto. La bodega y la cocina a la vista son dos componentes que también hemos tenido muy en cuenta en el interiorismo”, explican desde el estudio. 

A destacar que en esta planta se han instalado cuatro pérgolas fotovoltaicas, con un total de 1.576 placas, que servirán de fuente de energía para los equipamientos del puerto, el zoo y los aparcamientos. La idea es que el Port Olímpic sea “una de las primeras iniciativas de consumo compartido y km 0 cerca de Barcelona”. 

Adiós al ocio nocturno

Render del Balcón Gastronómico del Port Olímpic de Barcelona / Foto cedida

Otro de los cambios importantes en el nuevo Port Olímpic está relacionado con los antiguos locales de ocio que han sido sustituidos por espacios propios del puerto, un auditorio para 150 personas y empresas de investigación e innovación vinculadas al litoral y relacionadas con las actividades náuticas.

Uno de los pilares fundamentales de la transformación de esta área es su compatibilidad con “el desarrollo económico y el social con la conservación de ecosistemas marinos”, con lo que el perfil de empresas que ocupan esta zona está vinculado a la economía azul.  

El espigón, habilitado como el mirador de la Copa América de vela, ya existía y ha sido reforzado con 188 bloques de hormigón de veinticinco toneladas y dos metros de altura para aumentar su seguridad. Algunos de ellos se han naturalizado para fomentar la diversidad biológica marina, lo que se ha sumado a la instalación de arrecifes de bioregeneración que favorecerán la creación de hábitats submarinos.

Gracias al diseño de estos sistemas, se espera la aparición de especies marinas como gorgonias, meros, congrios, morenas, esponjas, pulpos o langostas.

La remodelación de este enclave forma parte del Plan Estratégico del Port Olímpic que cuenta con la gestión pública de Barcelona Serveis Municipals desde abril de 2020. Un encargo del Ayuntamiento de Barcelona. La iniciativa ha conseguido recuperar la zona y aspira a convertirla en un puerto de divulgación náutica, promoción deportiva, innovación y generación de actividad económica.

Los primeros pasos de esta estrategia se centraron en mejorar los accesos, disminuir los coches y cerrar los locales de ocio nocturno. También en habilitar zonas verdes, de paseo, de descanso y una pérgola para crear sombra en el Moll de Mestral. Esperemos que mantenga su espíritu largo tiempo.

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