Cualquiera que se pasee por el lineal del supermercado y comprueba la creciente oferta de productos vegetales que se plantean como alternativa a la carne, la leche y, últimamente, al pescado daría por hecho que el denominado movimiento veggie es imparable.
Incluso en la alta cocina cada vez son más los menús en los que lo vegetal gana protagonismo frente a la carne. Y, al menos en voz alta, pocos se atreven a cuestionar los datos sobre el impacto medioambiental del consumo de carne proveniente de la ganadería intensiva.
Pese a esta incuestionable moda de lo vegetal —que llena titulares y congresos—, la cuarta edición del estudio The Green Revolution que analiza el comportamiento de los consumidores españoles en cuanto a alimentación llega con una sorpresa: cae el número de veggies en España.
Pero, ¿qué es un veggie? Gran pregunta. En este caso, la suma de quienes siguen una dieta vegana, vegetariana y flexitariana, ese siempre polémico concepto —no suele gustar mucho a veganos y vegetarianos— en los que hay consumo de proteína animal, pero de forma ocasional, como como parte habitual del menú.
Menos veganos, más vegetarianos
Según los datos publicados por este estudio que cada dos años relaliza la agencia Lastern, frente al 13% que en 2021 se identificaban en una de estas tres categorías, ahora el número cae hasta el 11,4%. No es una gran descenso, pero sí frena lo que parecía una tendencia al alza desde hace tiempo.
En concreto, se habla de unos 600.000 veggies menos respecto a otros años. En total, 4,5 millones de personas apuestan por una alimentación eminentemente vegetal, aunque es verdad que la mayoría de ellos (3,5 millones) corresponderían a ese perfil flexitariano en el que sí se come carne de vez en cuando.
Revisando los datos, sólo el número de vegetarianos aumenta ligeramente este 2023 (1,7% frente al 1,4% de 2021), pero el veganismo cae ligeramente y sigue dentro de unos datos muy discretos (0,7% frente a 0,8%). Es cierto que con una perspectiva más amplia y valorando la evolución desde 2017, el número de vegetarianos y veganos ha crecido considerablemente y representa el 2,5% de la población.
Motivos para seguir comiendo carne
Este cambio de tendencia implica, claro, el aumento de personas omnívoras. Siempre ha sido la dieta mayoritaria y por mucho, pero es que este 2023 crece 1,5 puntos hasta el 88,5% de la población. Es decir, ciudadanos que antes se definían como flexitarianos, ahora se apuntan a lo de comer de todo.
Es complicado saber si se trata más de una cuestión de cómo define cada uno la propia dieta o, en efecto, el boom vegetal ha tocado techo. De todos modos, el 44% de los españoles que se define como omnívoros asegura que quiere reducir el consumo de carne roja.
La salud es el principal argumento, por delante de motivos como el bienestar animal y el medioambiente. Más interesante seguramente resulta conocer los motivos de quienes aseguran no tener ninguna intención de comer menos carne.
¿Por qué lo hacen? Este año el estudio —realizado mediante entrevista telefónica a más de mil personas en todo el país— también ha planteado esta cuestión, y entre los argumentos triunfa el más sencillo: les gusta la carne (62%). Por detrás, también se defiende que consumir carne es compatible con la salud y con el respeto del medioambiente.
Mercado 'plant based' en retroceso
¿Y qué ocurre con los productos a base de proteína vegetal cuyo mercado parecía uno de los más pujantes y con más futuro? El aparente cambio de tendencia también se refleja en este punto y, de hecho, pone sobre el papel algo de lo que ya se lleva tiempo hablando en mercados más consolidados como el estadounidense: la denominada carne vegetal ha perdido impulso.
Según datos de Nielsen reflejados en este estudio, sólo el sector de las bebidas vegetales y yogures aguanta el tipo en 2023, frente a la evidente caída de la carne, el pescado e incluso los helados —curioso, teniendo en cuenta la creciente oferta y protagonismo de las opciones veganas— y los quesos.