Dos escuelas de cocina entran por primera vez en el colectivo Slow Food Catalunya

Estos son los nuevos restaurantes, el comedor escolar y las dos escuelas de cocina que a partir de este 2024 lucirán el distintivo Slow Food Catalunya

Logo de Slow Food Catalunya en la camiseta de un cocinero / Foto: Instagram
Logo de Slow Food Catalunya en la camiseta de un cocinero / Foto: Instagram

Cinco nuevos restaurantes, un comedor escolar, y como novedad, los restaurantes de dos escuelas de cocina se incorporan este año al colectivo Slow Food Catalunya. Todos ellos se han dado a conocer en un acto, celebrado hoy en Sant Sadurní d'Anoia, en el que se han entregado las nuevas placas y los distintivos a los 53 miembros que integran este colectivo

Slow Food es una asociación eco-gastronómica sin ánimo de lucro, fundada en Italia en 1989, con el objetivo de fomentar una cultura gastronómica basada en los "alimentos buenos, limpios y justos". Actualmente se encuentra representada en 122 países diferentes. En Cataluña, los cocineros Slow Food, además, impulsan desde 2008 el proyecto Km0, que comprueba el logro de ciertos compromisos que asume el chef en relación a esta filosofía.

Nuevos miembros Slow Food

Encuentro anual de los cocineros Slow Food Catalunya 2024 / Foto cedida
Encuentro anual de los cocineros Slow Food Catalunya 2024 / Foto cedida

Así, en este encuentro anual de los cocineros y cocineras que forman parte del colectivo, que en esta ocasión ha estado apadrinado por la chef Carme Ruscalleda, se ha entregado el distintivo, por primera vez, a los restaurantes de dos escuelas de hostelería catalanas: la Escuela de Hostelería de Osona (Tona) y la Escuela de Hostelería del Pallars (Sort).

Tal y como han anunciado en un comunicado, este hecho "representa un gran paso puesto que reconoce el trabajo bien hecho de estas cocinas donde se forman a los jóvenes que en el futuro pueden marcar la cocina profesional catalana".

Por otra parte, se han anunciado los nuevos restaurantes que lucirán este distintivo: la pizzería gourmet napolitana Marghe 1889 (Terrassa y Girona), el restaurante Deltaic (La Cava-Deltebre), Cúmul Restaurant (Montblanc), Les Nenes Bar (Canet de Mar) y Yumyum (Sant Esteve del Monestir-Rosselló). 

También se incorpora a esta comunidad un nuevo comedor escolar, la Escola Tiziana (Tiana, Barcelona) que se suma a los 24 comedores que ya formaban parte del colectivo. Y se ha anunciado otra novedad: la edición de la primera Guía Slow Food Catalunya, que se lanzará el próximo mes de noviembre. 

El encuentro también ha querido reconocer a los productores locales, que son la pieza clave del movimiento Slow Food y "gracias a los cuales los restaurantes km0 podemos ofrecer una cocina centrada en un producto comprometido con el territorio, el medio ambiente y las personas que viven”, según los organizadores.

Los requisitos para ser Slow Food

Logo de Slow Food Catalunya en el delantal de un cocinero / Foto: Instagram
Logo de Slow Food Catalunya en el delantal de un cocinero / Foto: Instagram

“Ser un restaurante Slow Food Catalunya quiere decir cocinar platos de Km0 en los cuales priorizar el campesinado próximo y ecológico, emplear alimentos de temporada, evitar el uso de transgénicos, recuperar variedades en vías de extinción, poner en valor especies autóctonas, y cocinar pescado capturado de forma sostenible”, tal y como recoge el colectivo en su vademécum.

Para formar parte del colectivo, se tiene que contar con un aval o propuesta por parte de alguno de los miembros. En caso de no tener el aval, durante los primeros meses, el nuevo miembro tendrá un “padrino” para recibir asesoramiento y acompañamiento. 

Asimismo, la carta del restaurante debe incorporar un mínimo de seis o más platos Km0 (elaborados con productos ecológicos comprados directamente a productores de un radio inferior a 100 Km). Y se tiene que comprar de forma directa a un mínimo de ocho productores locales que se encuentren en un radio inferior a 100 Km.

Además, deben usar en las cocinas productos que están en riesgo de extinción o de olvido, que están protegidos por el Arca del Gusto de Slow Food, como la lechuga escaroler, la patata del bufet, el brócoli de Santa Teresa o la cebolla coll de nargó.

La carta de vinos también tiene que contar con una gran representación de vinos locales. Y se tiene que reducir al máximo la generación de residuos y fomentar el reciclaje, así como apostar por el uso de energías renovables.

Desde que un establecimiento pide entrar en el colectivo” pueden pasar entre 6 y 12 meses, puesto que se tiene que certificar y comprobar que se cumplen los requisitos. El grupo de Sàpiens, los más veteranos de cada zona o región, son los encargados de hacer el seguimiento y de coordinar los adheridos de la zona. Porque, con el tiempo, los restaurantes tienen que tender a ser Km0 al 100%.

En el caso de las escuelas de cocina y los comedores escolares los requisitos varían, pero siempre en el marco de la filosofía y el vademécum Slow Food. Puedes conocer todos los restaurantes que forman parte del sello Slow Food Catalunya aquí

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