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El consumo de ultraprocesados se asocia con el deterioro cognitivo

Los alimentos ultraprocesados ​​se vinculan con la enfermedad cardiovascular y la obesidad, y, según un nuevo estudio de la Universidad de São Paulo (Brasil), también con la demencia

EFEAGRO / Redacción

3 minutos

Alimentos potencialmente ultraprocesados / Foto: Canva

Los alimentos ultraprocesados se han relacionado habitualmente con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculales o con la obesidad, pero su consumo también podría estar vinculado al deterioro cognitivo. Así lo publica el Journal of the American Medical Association (JAMA), una revista especializada publicada por la Asociación Médica Estadounidense, basándose en un nuevo estudio realizado sobre un grupo de 10.775 adultos en Brasil. La conclusión: un mayor consumo diario de alimentos ultraprocesados se puede asociar a una tasa de deterioro cognitivo global de un 28% más que la de aquellos que los consumen en menor cantidad.

El contexto

Mujer consultando los ingredientes de una bolsa de snacks ultraprocesados / Foto: Canva

La demencia es la causa más importante de discapacidad en los países de ingresos altos y se encuentra entre las diez causas más importantes en los países de ingresos bajos y medios, según recoge este estudio realizado por un equipo liderado por la Doctora Natalia Gomes Gonçalves, de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo. Las modificaciones del estilo de vida, como la actividad física, los hábitos alimentarios saludables y el abandono del hábito de fumar, se han relacionado con su prevención.

Entre estos hábitos alimenticios saludables se incluye el hecho de potendiar el consumo de cereales integrales, verduras, frutas, frutos secos y pescado, que se asocian a un mayor volumen cerebral y un menor riesgo de deterioro cognitivo. Por el contrario, los alimentos ultraprocesados ​​se vinculan con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico y obesidad. 

¿Qué son los alimentos ultraprocesados?

Bebidas azucaradas / Foto: Canva

Los ultraprocesados son productos a base de ingredientes extraídos o derivados de otros alimentos, pero que han sido sustancialmente modificados y que generalmente incluyen saborizantes, colorantes, emulsionantes y otros aditivos cosméticos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de alimentos muy desequilibrados nutricionalmente, y es que las modificaciones que han sufrido sus ingredientes hacen que les falten vitaminas y minerales, mientras que les sobran calorías.

Tal y como recoge el estudio, algunos ejemplos de estos productos son los dulces industriales, los cereales, los helados, las bebidas azucaradas, las carnes procesadas y las comidas congeladas listas para comer. En Brasil, donde se ha realizado el estudio, este grupo de alimentos contribuye con el 30% de la ingesta calórica total. Mientras que las cifras cambian en países como Estados Unidos (58%), Reino Unido (57%) o Canadá (48%), siempre según cifras de este estudio. 

Los datos del estudio

Los participantes estaban entre los 35 y los 74 años, con una edad media de 51,6 años, el 54,6% eran mujeres y el grupo fue seguido durante una medida de ocho años. Aquellas personas que declararon un consumo de alimentos ultraprocesados superior al 19,9% de las calorías diarias presentaron una tasa de deterioro cognitivo global un 28% más rápida que los que dijeron tener un consumo menor. 

Además, presentaron una tasa de deterioro de la función ejecutiva un 25% más rápida en comparación con los que informaron de un consumo de es tipo de alimentos inferior al o igual al 19,9% de las calorías diarias, indica el estudio. Los cambios en el rendimiento cognitivo a lo largo del tiempo se evaluaron con pruebas de recuerdo inmediato y diferido de palabras, reconocimiento de palabras y fluidez verbal fonémica y semántica. 

Las conclusiones

El equipo consideró que estos hallazgos apoyan las actuales recomendaciones de salud pública sobre limitar el consumo de alimentos ultraprocesados debido a su potencial perjuicio para la función cognitiva. “Una función cognitiva intacta es clave para envejecer con éxito, escriben los autores. Y agregan que “limitar el consumo de ultraprocesados, especialmente en adultos de mediana edad, puede ser una forma eficaz de prevenir el deterioro cognitivo”.