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Los calçots del Prat ya tienen un sello de calidad que los identifica

La Cooperativa Agrícola del Prat crea este sello para diferenciar este producto de KM0 que se cultiva en el Parc Agrari del Baix Llobregat y que destaca por su dulzura y ternura

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Sello de calidad de los calçots de El Prat / Foto cedida

Es temporada de calçots, eso lo sabemos y, por eso, ya os hemos recomendado algunos restaurantes en Tarragona ciudad y alrededores donde degustar una buena calçotada. Allí, el que manda es el calçot con I.G.P. Calçot de Valls, pero, cerca de Barcelona, son muchos los restaurantes que optan por el calçot del Prat, por aquello de cumplir lo del Km0 a rajatabla. 

Estos calçots se cultivan en el Parc Agrari del Baix Llobregat, al lado alcachofas, melones, espárragostomates, y, tal y como ya contamos en este artículo, gozan de un sabor singular muy dulce, además de ser muy tiernos. 

Coincidiendo con el Març Gastronòmic de El Prat de Llobregat, y con la celebración de eventos como las Jornadas del Pota Blava y la Alcachofa Prat y el San Miguel GastroFest Km0, la Cooperativa Agrícola del Prat ha anunciado que acaba de estrenar un sello de calidad para comercializar sus calçots.

Qué representa el sello de calidad

Calçots del Prat con su sello y la crema de calçots de la Cooperativa del Prat / Foto cedida

Se trata de una estrategia, dicen, "para posicionar e identificar este excelente producto de kilómetro cero entre el resto de calçots que llegan al mercado". Desde la Cooperativa consideran además que "se tiene que facilitar al consumidor la diferenciación de este producto de circuito corto de venta por el que apuestan nuestros payeses".

Este sello es, pues, la mejor manera de que "nuestros clientes se aseguren que el producto es fresco, sostenible, ha sido cosechado en las últimas 24 horas y no ha permanecido dentro de una cámara frigorífica", añaden.

Como decíamos, los calçots del Parc Agrari del Baix Llobregat son de una excelente calidad gracias al terreno en que se cultivan. La tierra de esta zona es rica en minerales, puesto que como todos los deltas es un suelo de aluvión, que ha ido acumulando material sedimentario durante muchos años y ha generado unas tierras ricas en minerales y de gran fertilidad.

Esto favorece la gran calidad de las hortalizas que se cultivan, que se caracterizan por su dulzura y ternura. Los calçot se cultivan entre noviembre y abril, y el mejor momento para su recolección llega entre enero, febrero y marzo. Por eso, la temporada de calçots y calçotadas está ahora en su punto álgido. 

Una crema de calçot con carácter social

Calçots con el certificado del Parque Agrario del Baix Llobregat (Barcelona) / Cedida

La Cooperativa Agrícola del Prat también recuerda que los calçots se pueden comer de muchas formas, y una de ellas es la crema que elaboran con los excedentes de calçot de la temporada anterior. Se trata de un proyecto de carácter social, que llevan a cabo en colaboración con la entidad Espigoladors, a través de su marca Es-Imperfect. 

Una marca que tiene en su catálogo conservas vegetales comprometidas con la sostenibilidad: patés vegetales, mermeladas y cremas con verduras de proximidad descartadas del circuito comercial para ser imperfectos, por caídas de precio o por excedentes de producción.

Con este producto, quieren luchar así contra el derroche alimentario y darle una segunda vida a estos calçots. La crema es de elaboración artesana y se suma otras que ya ofrecía la cooperativa, de alcachofa, puerros, calabaza y calabacín.

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