El Ayuntamiento prohíbe macrococinas y 'súpers fantasma' en Barcelona

La nueva norma del Ayuntamiento de Barcelona, que se aprobará este mes, impide las macrococinas en las zonas residenciales y elimina los supermercados fantasma

EFEAGRO

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Repartidor a domicilio entregando un paquete / Foto: Canva
Repartidor a domicilio entregando un paquete / Foto: Canva

Barcelona solo permitirá que se instalen macrococinas en la Zona Franca y obligará a los 21 almacenes alimentarios que ofrecen reparto a domicilio, los conocidos como "supermercados fantasma", a dejar de hacerlo o reconvertirse en supermercados abiertos al público a partir de finales de enero.

Además, en el plazo de 24 meses, los restaurantes y bares que hagan reparto a domicilio deberán comunicarlo al ayuntamiento y demostrar que tienen abierto al público el 40% de su espacio y permitir a los repartidores el acceso al local y sus servicios, y ofrecerles un lugar donde descansar. Si superan los 200 metros deberán poner a su disposición espacio para sus vehículos. 

Macrococinas, a la Zona Franca

Cocinero trabajando en una cocina industrial / Foto: Canva
Cocinero trabajando en una cocina industrial / Foto: Canva

Las tenientes de alcalde Janet Sanz y Laia Bonet han presentado el plan de usos para restringir y poner orden a las actividades basadas en el reparto a domicilio de alimentos que llevará a aprobación definitiva en el próximo plenario y que tiene el objetivo de evitar molestias y preservar la vida cotidiana de los barrios.

Sanz ha explicado que en Barcelona no hay macrococinas, pero sí dos proyectos que tienen permiso de obras y que ha asegurado "nunca tendrán licencia de actividad" porque no están en la Zona Franca, la única zona de la ciudad donde se permitirá que en un futuro se instalen, aunque la distancia entre ellas deberá ser de como mínimo 400 metros.

Los supermercados fantasma desaparecen

También que se han detectado en la ciudad 21 supermercados fantasma que operan en la alegalidad ya que no existe una licencia para esta tipología de establecimientos y que deberán pedir inmediatamente licencia para abrir al público como supermercados ordinarios si quieren seguir distribuyendo a domicilio.

Para garantizar que no son cocinas fantasma encubiertas, sino restaurantes abiertos al público, la nueva normativa municipal exigirá a los restaurantes que demuestren que destinan el 40% del local a uso de pública concurrencia y pidan un permiso para poder hacer reparto a domicilio, como ya hacen las tiendas de comidas preparadas.

Repartidor de comida a domicilio / Foto: Canva
Repartidor de comida a domicilio / Foto: Canva

Una norma pionera

Laia Bonet ha explicado que los bares y restaurantes con dimensiones que superen los 200 metros deberán pedir una licencia adicional si quieren hacer reparto a domicilio y acreditar que destinan el 5% de su espacio de espera en condiciones en el mismo local o en uno contiguo, para lo que dispondrán de un plazo de adaptación de dos años.

Además, ha destacado que la que aprobará este mes Barcelona es "una norma pionera" que por un lado impide las cocinas fantasma de la zonas residenciales y elimina los súpers fantasma y, por el otro, mejora las condiciones de trabajo de los repartidores a domicilio y cuida el uso del espacio público.