Foto @arobayna
En este sentido, Ascensión afirma que “la agroecología se muestra como una extraordinaria herramienta para establecer un modelo alimentario saludable, respetuoso con la naturaleza y la cultura, así como económico y socialmente justo”.
Ascensión Robayna: “La agroecología se muestra como una extraordinaria herramienta para establecer un modelo alimentario saludable”
La agricultora forma parte, junto con varios socios, de Ecoagro San Bartolomé, una pequeña empresa, con once años de historia, dedicada fundamentalmente a la recuperación de fincas de parras viejas y a su cultivo de forma ecológica, contando con el sello de calidad de Agricultura Ecológica Certificada.El mentidero en tiempo de poda | Foto @arobayna
Ecoagro San Bartolomé nace por la necesidad de ordenar los medios necesarios para llevar a cabo la actividad agraria en un territorio tan frágil y singular como es el de la isla de Lanzarote. “Se decidió optar por una empresa que desde su nacimiento llevara escrito en su ADN la responsabilidad de ser viable económicamente y, al mismo tiempo, también lo fuera en la esfera social y medioambiental”, aclara.“Iniciamos la actividad agraria recuperando parras viejas, plantadas en hoyos”, explica Ascensión y añade que muchas de estas parcelas fueron rescatadas de su estado de abandono, “devolviendo así la vida al viñedo”.Malvasía volcánica | Foto: @arobayna
Por tanto, entendemos por Agricultura Ecológica, un sistema de producción y elaboración de productos agrarios cuyo objetivo es la obtención de alimentos de máxima calidad nutritiva y organoléptica, respetando el medio ambiente y sin utilizar productos químicos de síntesis ni organismos modificados genéticamente.Ascensión Robayna: “La crisis climática es el mayor reto al que nos enfrentamos”
Ascensión también colabora con la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) ‘El Jable’, un proyecto colectivo, en forma de cooperativa, que busca cultivar y conservar los ecosistemas agrarios de secano, siguiendo una organización pautada por presupuestos agroecológicos. “La crisis climática es el mayor reto al que nos enfrentamos, más si cabe cuando hablamos de un territorio insular, por lo que se hacía necesario agruparnos para producir alimentos a la vez que se ofrecieran servicios sociales y medioambientales valiosos a la sociedad”, explica.Batatas de SAT El Jable en Gofio Madrid | Foto: @arobayna y @gofiomadrid
En este sentido, la agricultora afirma que en la creación tanto de la SAT El Jable como de Ecoagro se tuvo en cuenta, por un lado, el contexto socioeconómico de la isla de Lanzarote y, por otro, la crisis secular en la que está sumida la agricultura. Además, Ascensión entiende como una necesidad aumentar la independencia alimentaria del exterior y conservar el patrimonio agrario canario.El jable labrado | Foto: @arobayna
Ascensión Robayna atiende a la biodiversidad y al suelo, buscando mantener un equilibrio entre la tierra y los cultivos: “Hay que tener en cuenta que cultivamos en ecosistemas frágiles, compartiendo el hábitat con otras especies que debemos cuidar. Además, tenemos la obligación de mantener la fertilidad de los suelos porque unos suelos equilibrados alivian los efectos perversos del cambio global”.Ascensión Robayna: “La escasa pluviometría y los vientos alisios fueron los factores que tuvieron que sortear los agricultores que nos precedieron”
Lanzarote es una isla donde los ecosistemas agrarios son de secano. En sus inicios, los agricultores se adaptaron a las condiciones que impuso la naturaleza. Las erupciones volcánicas de 1730 a 1736 dieron origen a La Geria y pronto el agricultor se dio cuenta de que los suelos fértiles cubiertos por el rofe eran capaces de mantener la humedad, así como de impedir la erosión e incrementar la productividad de la tierra. “La escasa pluviometría, el clima semidesértico y los vientos alisios fueron los factores que tuvieron que sortear los agricultores que nos precedieron”, narra Ascensión Robayna, “ellos abrazaron los límites y los convirtieron en virtud, nosotros intentamos seguir su estela”.