Unos 120.000 kilos de tomates están listos para descargar en las calles de la localidad valenciana de Buñol, pero no para preparar gazpachos y salmorejos veraniegos si no como munición para la 76a edición de la Tomatina, la batalla de tomates más famosa del mundo, que se celebra cada último miércoles de agosto.
Los tomates, repartidos en seis camiones, proceden de La Llosa (Castellón) y de su cooperativa Citrimed, que ha vuelto a ser la elegida —lleva veinte años siéndolo— como proveedora oficial de esta fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, y que reunirá a miles de personas —el 40% de los asistentes son españoles y el resto extranjeros, según datos recogidos por el Ayuntamiento de Buñol en las últimas ediciones— que quedarán quedar completamente manchadas de rojo.
Tomates pera, los más adecuados
Los tomates escogidos son de la variedad pera, porque dejan un intenso color rojo en las calles "al ser estrujados", han indicado responsables de la cooperativa en declaraciones a agencias.
Antes de lanzar los tomates, recomiendan aplastarlos para no hacer daño a los participantes, aunque hay algunos que ya están muy blandos porque llevan más de un mes guardados en cámaras. Los tomates demasiado verdes, han sido retirados. En total, se lanzarán unos 10.000 kilos menos que en la Tomatina de 2022.
¿Cuál es el origen de la fiesta?
Un altercado entre dos jóvenes en la Plaza del Pueblo de Buñol, el último miércoles de agosto del año 1945, terminó con una multitud de personas arrojándose los tomates de un puesto de verduras cercano. Los jóvenes, tal y como se explica en la página web oficial de La Tomatina, decidieron hacerse un hueco para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos que se estaba celebrando, aunque su ímpetu provocó que cayera un participante.
Éste, preso de la ira, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. La multitud se sumó a su enfurecimiento y, para soltar adrenalina, empezaron a arrojarse tomates hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a esta particular batalla. Un mero hecho anecdótico que supuso el origen de esta celebración, declarada desde 2022 como Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
¿Cómo se accede a La Tomatina?
La Tomatina se celebra este miércoles, 30 de agosto, entre las 12 y las 13 horas, hasta el momento en que una traca marque el final de la contienda. Desde el año 2013, el acceso al escenario de la batalla es limitado y de pago, para garantizar así el aforo y la seguridad de los asistentes.
El Consistorio ha puesto 15.000 entradas a la venta, que se pueden adquirir a través de la página web oficial de La Tomatina a un precio de 15 euros o en agencias de viajes. La venta online ya ha finalizado, por lo que para conseguir la entrada hay que acudir a los puntos de venta físicos situados en la ciudad. Los vecinos empadronados en Buñol no pagan por la entrada.
Para acceder al recinto, al que se recomienda llegar unas horas antes, hay que acudir a las casetas habilitadas y cambiar la entrada (impresa previamente en casa) por una pulsera que da acceso al recorrido. Este año, se mantiene la ruta habitual que pasará por las calles San Luis y del Cid, y las plazas Layana y del Pueblo.
La fiesta continúa
Antes y después de la batalla de tomates, se celebrará la tradicional cucaña del palo jabón (11 horas) y habrá varias fiestas gratuitas, con DJs y mucha música, en la plaza 5 de marzo: preparty (de 8 a 12 horas); paella popular (de 13.30 a 17 horas) y afterparty (de 13 a 17 horas). De hecho, La Tomatina se enmarca en la programación realizada por el Ayuntamiento de la localidad para celebrar sus fiestas, entre los días 18 de agosto y 4 de septiembre.
Asimismo, el Museo de La Tomatina, ubicado en el edificio Molino Galán de Buñol, permite ahondar en la experiencia con una sala inmersiva de 270 grados donde los visitantes pueden sentir el ambiente de esta fiesta, recorrer su evolución a través de paneles fotográficos y conocer algunas de sus anécdotas de la mano de Tico, la mascota de La Tomatina, y gracias a la realidad virtual.