Tiene una primera capa morada, otra naranja con vetas y un corazón rojizo, así es la zanahoria 'morá'. Una hortaliza menos conocida que su hermana naranja, que se cultiva de manera ecológica y tras una rigurosa selección de semillas, y que solo se encuentra en municipios de Málaga de la ribera del río Genil, en Cuevas Bajas y Cuevas de San Marcos.
Por sus propiedades nutricionales y los beneficios que puede aportar a nuestra salud, además de por su sabor, su demanda crece cada vez más y se calcula que cada campaña se superan los 300.000 kilos recolectados, que son vendidos dentro y fuera de la provincia para consumir directamente o para elaborar productos derivados, según la marca Sabor a Málaga, que busca dar a conocer los productos de mayor calidad de la provincia e impulsar su sector agroalimentario.
Su historia y sus propiedades
Según los relatos históricos, la zanahoria "morá" llegó a Al-Andalus hace trece siglos en una caravana árabe y los habitantes de esta región malagueña comenzaron a cultivarla. A diferencia de la zanahoria naranja, esta tiene un tamaño mayor y destaca, no solo por su color violáceo, si no también por la riqueza de sus cualidades, ya que como contiene antocianinas se le atribuyen propiedades anticancerígenas y diuréticas, además de ciertos poderes afrodisíacos.
Desde la marca Sabor a Málaga, explican que además contiene vitaminas A, B, B3 y E y minerales como potasio, magnesio, yodo, fósforo y calcio, y es una buena fuente de carbohidratos. Asimismo, a diferencia de la zanahoria convencional, cuenta con una mayor cantidad de antioxidantes: hasta seis veces más.
¿Cómo hay que comerla?
En la pasada edición de la XVIII Fiesta de la Zanahoria Morá, un evento gastronómico que le rinde homenaje y que se celebra tradicionalmente el primer domingo de diciembre en Cuevas Bajas, recordaban que hay que probarla en crudo, especialmente en ensaladas o los actuales pokés, porque "es un manjar"; aunque también frita, como guarnición en lugar de unas patatas, e incluso acompañando a unas migas. Pero nunca, cocida.
No hay que confundirla con una remolacha, aunque su aspecto nos engañe. Es una zanahoria, y a eso sabe, aunque con otros matices. De hecho, tiene un sabor suave al paladar y, al mismo tiempo, dulce. Además, combina igual de bien con platos salados y dulces, por lo que es habitual que se utilice para elaborar mermeladas, snacks, pastelería, licores, ginebra, cerveza artesana o vinagres.
Un busca de la zanahoria morada
Tratando de buscar estas propiedades, son muchos los municipios españoles que han intentado producir esta peculiar zanahoria, aunque su cultivo no haya prosperado por el clima y las particularidades de la tierra. La más reciente excepción la encontramos en Valencia y con otra variedad. Un equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV), perteneciente al Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV), ha recuperado, mejorado y tipificado la zanahoria morada de Villena (safanòria morá), un cultivo histórico del sur de Valencia y norte de Alicante que estaba en vías de desaparición.