Esa frase 'épica' de "yo sólo sé si me gusta o no el vino o no" es antagónica a cada realidad, a cada detalle de cómo se comportan las elaboraciones de la vid cuando entran en nuestra boca. Por de pronto, podemos hacernos esta pregunta: ¿porqué nos gusta o nos digusta el contenido de esa copa?A medida de que vamos comprendiendo mejor los elementos y claves del porqué estamos capacidades para discernir manejaremos mejor los términos que se usan para describir las particularidades del vino (retrogusto, persistencia, estructura, taninos, etc) son los que suelen resultar más áridos para muchas personas que, “erróneamente”, se conforman en afirmar los dicho, que “un vino me gusta o no”.