La plomiza lluvia parece no dar tregua a las piedras de granito del hórreo. El viento azota el sotobosque que parece competir en protagonismo con los viñedos de albariño de este rincón del valle del Salnés, en plena Ruta do Viño Rías Baixas. Lo que muchos no saben es que, dentro de esta finca en la que estamos, la del pazo Quinteiro da Cruz (Lois, Pontevedra), se encuentra una de las colecciones botánicas más exuberantes de España.
Tras la recuperación de este jardín en los años 70, el cultivo de la camelia japónica, que con sus vivos colores contrasta en el gris invierno gallego, ha llevado a este pazo privado a convertirse en toda una referencia dentro del sector botánico. No es para menos, en 2018 fue reconocido por la International Camellia Society, un organismo encargado de preservar el legado y cultura de las camelias en todo el mundo, como espacio singular para su explotación y estudio.
Gracias a este logro, Quinteiro da Cruz es un polo de investigación botánica que no se aprecia, quizás, a simple vista. Proyectos que buscan la mejora de la diversidad y se enmarcan dentro del cuidado sostenible se desarrollan en el que fuese el pazo donde se firmó el Estatuto de Autonomía de Galicia en 1981. Textiles de algodón con tintados de camelia que hacen que aumente su protección solar, desarrollo de tesis doctorales con el uso de feromonas para evitar la problemática de mariposas que atacan las vides e investigaciones, con cámaras espía, para controlar la actividad de las abejas frente a la avispa son algunos de los proyectos que se cuecen entre cipreses y abetos.
¿Hay té en Galicia?
Unos botines de goma aparecen tras uno de sus hórreos que, con sus quince metros de longitud, se considera uno de los más largos de Galicia. Beatriz Piñeiro, médico, nos recibe para explicarnos más sobre el cultivo de camelia en Galicia y de cómo en este rincón pontevedrés se celebra una auténtica ceremonia del té al más puro estilo japonés.
Mujer de carácter, la viveza de sus ojos se transmite en hechos y el empoderamiento femenino a través de todo su conocimiento. Las dificultades administrativas y vecinales no impidieron que Piñeiro desarrollase un proyecto totalmente virgen hace más de 15 años. Sin taxonomía ni protocolos establecidos, consiguió obtener las licencias oportunas para desarrollar la gratificante labor de plantación, cuidado y recolección de camelia sinensis, la que habitualmente se utiliza para elaborar té verde, negro, blanco, etc.
Tés por la diversidad
Cuenta Piñeiro que las lluviosas jornadas en el interior de Galicia complican, a veces, su recolección, y que, para el secado, suelen utilizar utilizar dos métodos, atendiendo a las propiedades organolépticas que se quieran lograr. El método tradicional chino se basa en el calor seco, mientras que la metodología japonesa permite conseguir un té con un sabor más astringente gracias al vapor de agua.
“Es importante tomar té de brote aunque no sea de mucha calidad. Los de bolsitas suelen ser restos y cuentan con sustancias como blanqueantes o pegamento con el fin de preparar dichos paquetes”, argumenta Piñeiro, con el claro fin de defender aquellos productos conscientes medioambientalmente. Su selecciones de té lo cumplen y combinan además su afán por demostrar la diversidad entre personas, razas y naturaleza. Por ejemplo, el de Nélida —en homenaje a la escritora brasileña fallecida en 2022— es un tipo de té de poda con pétalos de camelias de todos los colores.
Una ceremonia del té
La diversidad que promulga Piñeiro también se aprecia en su propia colección botánica, una de las más bonitas del norte de España: más de dos mil ejemplares de setenta especies diferentes con un centenar de híbridos. Se entremezclan con cenadores, estatuas, relojes de sol o una pequeña capilla y nos regalan unos románticos rincones, que parecen esconderse del mundanal ruido exterior.
En este entorno, la experta nos abre las puertas de las antiguas caballerizas del pazo, de estilo neoclásico y que data del siglo XVIII, donde se realizará la ceremonia del té gallego. Una cata abierta al público que permite saborear la esencia de la camelia sinensis en toda su magnificencia y que se acompaña de dulces veganos, como chocolates y pastas.
El té blanco, que recibe su nombre por no tintar y proceder del brote de la camelia, abre la ceremonia. Un primer lavado que se descarta y una primera ronda entre los asistentes para que, como si fuera una cata de los vinos de la Denominación de Origen Rías Baixas, podamos apreciar el umami que desprenden estas hojas de camelia. Los tonos salinos, quizás por la cercanía del Atlántico, destacan después en su té verde.
Más allá de ofrecer catas con té, vino y quesos y un sinfín de actividades culturales, literarias, de terapias alternativas y bioconscientes, en Quinteiro da Cruz organizan experiencias gastronómicas con restaurantes cercanos. Es el caso del pontevedrés O Eirado, primera estrella Michelin en la ciudad. Su chef, Iñaki Bretal, funde la camelia a través de un menú donde esta planta aparece como protagonista o en guarnición. Junto a los petits fours, se celebra la galáctica cocina gallega con un té del propio pazo. Un pazo que se postula como garante del conocimiento gastronómico, natural y patrimonial de la zona.