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Despensa

Postres sencillos y asequibles: así disfrutan del dulce los intolerantes a la fructosa

Aunque se debe adaptar la dieta, sufrir esta patología no es sinónimo de dejar de disfrutar de golosos y ricos postres. Cuatro ideas para saborear en desayunos y meriendas

3 minutos

Tarros de puding de chía con frambuesa / Foto: Canva

Las alergias e intolerancias alimentarias son cada vez más frecuentes, patologías que obligan a adaptar la dieta según las necesidades de cada paciente. Las más frecuentes en España son las intolerancias a la lactosa y a la fructosa y el sorbitol, tal y como explica la doctora Nadia Chahri Vizcarro, especialista en patologías del aparato digestivo en la Clínica Planas de Barcelona.

Respecto a esta última, la dietista-nutricionista y farmacéutica Laura Isabel Arranz habla de ella, en declaraciones para Hule y Mantel, como “un problema que no tiene por qué ser para toda la vida”. “Hay situaciones, como alteraciones de la microbiota intestinal, que pueden provocar una intolerancia temporal a la fructosa, por lo que es importante evaluarlo bien, para saber si será permanente o no”, explica la experta.

¿Qué es la fructosa?

Bote con miel / Foto: Canva

La fructosa es un azúcar simple (monosacárido) que está presente de manera natural en la miel y en un gran número de frutas (dátiles, uvas pasas, higos, manzanas... y también en zumos de frutas recién exprimidos) y, en pequeñas cantidades, en algunas verduras y hortalizas, tal y como indica el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC).

Con gran poder edulcorante —su dulzor supera hasta 1,7 veces el del azúcar— es tambén uno de los endulzantes más habituales en la industria alimentaria, ya sea como azúcar sencillo, o bien como componente de la sacarosa, el tradicional azúcar de mesa (un disacárido formado por glucosa y fructosa), o del jarabe de maíz (enriquecido con fructosa).

¿Hay que olvidarse de los dulces?

Todo ello nos podría llevar a pensar que, siendo intolerantes, seguramente debamos abandonar los postres y dejar de disfrutar de numerosas elaboraciones dulces. Lejos de la realidad.  Arranz indica que sólo hay que dejar atrás el consumo de postres con miel o sirope de agave, y de aquellos que lleven frutas con mayor contenido en fructosa: cerezas, higos, mango, manzana, pera y sandía, entre otras.

Para ir sobre seguro, recogemos cuatro sugerencias frescas y veraniegas que pueden hacer las delicias de los intolerantes a la fructosa, sin renunciar a disfrutar de un buen postre.

Pudin de chía con mermelada de frambuesa

Puding de chía con mermelada de frambuesa / Foto: Canva

Frambuesa, fresa, plátano y arándano azul son algunas de las frutas que, al ser bajas en fructosa, no provocan problemas intestinales a los que sufren de esta intolerancia. Así, al preparar el pudin de chía con mermelada, esta última puede ser de la fruta que se prefiera.

De fácil elaboración, tan solo hay que añadir en un vaso una cucharada de la mermelada escogida, unas cucharadas de chía y, posteriormente, leche de arroz u otra variedad sin azúcares añadidos. Tras dejarlo enfriar unas dos horas en la nevera para un resultado lo más fresco posible, solo queda añadir unas frambuesas como topping

Helado bombón Ferrero Rocher

Helado de bombón Ferrero Rocher / Foto: web

Ser intolerante a la fructosa tampoco implica dejar de disfrutar del chocolate, aunque sí es preferible optar por el cacao más puro posible, ya que el chocolate con leche o el chocolate blanco pueden contener edulcorantes. Así, las preparaciones caseras son la mejor opción.

El helado bombón Ferrero Rocher bajo en fructosa contiene chocolate negro 85%, crema de avellanas —también es posible hacerla a mano tritulando avellanas tostadas—, nata para montar y, como endulzante, dextrosa, clave para evitar la cristalización y conseguir una textura suave y cremosa.

Bizcocho tradicional sin fructosa

Bizcocho de canela y plátano / Foto: Canva

Para la nutricionista Laura Isabel Arranz, una de las apuestas ganadoras es el clásico bizcocho de plátano o de canela, y habla del azúcar moreno y el dátil maduro como posibles edulcorantes.

Si a esto se añade harina de arroz, cacao en polvo, aceite y una cuchara de polvo para hornear, es posible disfrutar en pocos minutos de un rico bizcocho sin siquiera utilizar el horno, tan sólo el microondas. La receta es ganadora para cuando se disponga de poco tiempo. Y para los que no les guste la canela, cuentan con otras opciones: media vaina de vainilla, ralladura de naranja o crema de cacahuete sin azúcar, entre muchas otras.

Galletas de avena y limón

Galletas de avena / Foto: Canva

Cítricos como la lima o el limón son otros de los grandes aliados de los intolerantes a la fructosa, y una opción rica y refrescante durante los meses más calurosos del año.

Similares al sabor de la galleta de mantequilla pero con un toque cítrico, unas galletas caseras con zumo y ralladura de limón, avena molida, mantequilla, huevo y azúcar —o el edulcorante que se prefiera— son una opción fácil y sencilla, no solo para los intolerantes a la fructosa, sino también para los intolerantes a la lactosa y celíacos.