La Palma: la ceniza y la fortaleza de la vid, factores clave en la primera vendimia tras el volcán

Una vendimia más escasa, debido a la superficie que la lava arrasó; pero más productiva, gracias, en parte, a la resistencia de la vid y la ceniza, que ha brindado agua y nutrientes

Luis G. Morera / EFE

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Vendimiador de La Palma / Luis G Morera (EFE)
Vendimiador de La Palma / Luis G Morera (EFE)

La primera vendimia en la isla de La Palma tras la erupción volcánica ha comenzado con mejores expectativas en productividad que años anteriores, pese a las 20 hectáreas perdidas bajo la lava y la afección de las cenizas en las parcelas más cercanas al nuevo cono del Tajogaite. Esta vendimia, que comenzó el 2 de agosto, lleva recogida más de 130.000 kilos de uva entre las bodegas acogidas a la Denominación de Origen, organismo que calcula una producción total aproximada de 900.000 kilos, un fuerte aumento con respecto a los años anteriores de pertinaz sequía.

La gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen, Eva Hernández, ha explicado que, aunque los datos finales de producción dependen de las condiciones climatológicas, este será “definitivamente” un año en el que superen los kilos de uva de los últimos cuatro años. “La parra viene de años en los que la falta de agua la ha debilitado mucho”, ha comentado Hernández, que considera que el aumento en la cosecha de esta vendimia se debe a un invierno más lluvioso, y a que la vid es una planta “resiliente, casi como una mala hierba que es de agradecer, porque si no estaríamos sin cultivos en la parte oeste de la isla”.

Vendimia más escasa, pero más productiva

Viñedos de La Palma / Luis G Morera (EFE)
Viñedos de La Palma / Luis G Morera (EFE)

Además, una de las comarcas con mayor cultura vinícola de la isla es la zona de Las Manchas, uno de los barrios más afectados por el volcán, donde se perdieron 20 hectáreas bajo la lava y otras 25 han tenido que ser desenterradas entre las cenizas, un trabajo que la gerente considera “casi de arqueología” por la delicadeza con la que se realiza.

Precisamente, una de las principales y más tradicionales bodegas de la zona, Bodegas Tamanca, ha estado recibiendo los frutos de la vendimia de la comarca estos días, y entre racimos de variedades de uva listán blanco y negramoll, su responsable, Federico Simón, ha respondido algunas cuestiones sobre la repercusión del volcán en la vid.

Viñedos de La Palma / Luis G Morera (EFE)
Viñedos de La Palma / Luis G Morera (EFE)

Según Simón, aunque la presente vendimia será escasa en la zona de Las Manchas por los efectos del volcán y la ceniza, ha incidido en que la producción será superior a la del pasado año, y sus expectativas a medio plazo son más esperanzadoras. Federico Simón apunta que los viticultores se han dado cuenta de que una capa moderada de ceniza, “de entre diez y veinte centímetros”, puede ser beneficiosa para la viña, tanto a nivel nutritivo como por la retención de humedad que ofrece. “La ceniza es como una esponja, va liberando el agua poco a poco”, explica.

Nueva generación de suelo y parras

En ese sentido, los paisajes al sur del cono del volcán Tajogaite han pasado de ser de picón (lapilli) y malpaís a un terreno suavizado y arenoso de negra ceniza, sobre la que está creciendo con fuerza pero con escasos frutos una nueva generación de parras de color verde intenso.

La vendimia se espera que culmine en La Palma a finales de octubre, ya que la recogida de la uva depende de la variedad, siendo la uva malvasía la última en cosecharse, y la cota sobre el nivel del mar a la que se encuentre el cultivo, que va desde los 200 metros hasta los 1.500. El sector del vino palmero espera que, tras varios años de declive, este sea el comienzo de la recuperación para una actividad muy arraigada en La Palma, y que la “vendimia del volcán” sea un atractivo más para consumir productos de la isla. //

Cajas de uva durante la primera vendimia tras el volcán en La Palma / Luis G Morera (EFE)
Cajas de uva durante la primera vendimia tras el volcán en La Palma / Luis G Morera (EFE)