Canelones y escudella para los meses de invierno; escalivada y esqueixada cuando queremos algo más fresco; butifarra con mongetes y calçots con romesco para una comida popular al aire libre... Estos son solo algunos de los platos y recetas que nos vienen a la cabeza cuando hablamos de gastronomía catalana.
No olvidamos el pa amb tomàquet, indispensable para acompañar quesos y embutidos locales; ni algunas salsas como el xató, la olivada o el ya mencionado romesco. Todos ellos son consideradas alimentos estrella entre los catalanes, aunque la realidad es que a ojos de España existe un producto que destaca por encima de ellos: el alioli.
Sí, esa famosa salsa emulsionada a base de ajo y aceite de oliva, que se ha convertido en un auténtico emblema culinario. Con su textura cremosa y sabor intenso, el alioli añade un toque de distinción a muchos platos tradicionales de la región. Su presencia es imprescindible en celebraciones festivas y reuniones familiares, donde se disfruta acompañado de diferentes platos.
Cómo se prepara el alioli
Te presentamos una sencilla receta para que te salga un alioli de primera. Sólo necesitas dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra (unos 500 ml), sal gruesa y unos 20 minutos para prepararlo.
Comencemos cortando los ajos en pedacitos pequeños para agilizar el proceso. Si el ajo tiene el germen verde, lo retiraremos para evitar que el alioli repita.
Una vez cortados, ponemos los trozos en el mortero y agregamos unos granitos de sal gruesa para evitar que salten mientras los machacamos. Comenzamos golpeando de arriba hacia abajo, machacando hasta obtener una pasta de ajo bien molida.
El líquido que suelta el ajo humedecerá el mortero. Con ese líquido y el aceite, empezaremos a emulsionar hasta lograr una salsa con la consistencia de la mayonesa. Para esto, añadiremos el aceite gota a gota, no es recomendable verterlo en un hilo continuo, ya que podría ser demasiado y cortar la salsa.
Es mejor hacerlo poco a poco, gota a gota, mientras cambiamos el movimiento del mazo, ahora girando y envolviendo la salsa para que se mezcle bien con el aceite y se integren los sabores.
Conforme vayamos añadiendo el aceite gota a gota, la salsa irá creciendo y cada vez tendremos más cantidad. Terminaremos la salsa, cuando tenga una consistencia bien espesa y firme y hayamos terminado con el medio litro de aceite.
Si pese a todo se nos cortase, podemos arreglar el alioli añadiendo unas gotas de agua y removiendo en círculos de forma enérgica, pero si habéis seguido las instrucciones y añadís el aceite gota a gota, seguro que os saldrá bien a la primera.
¿Conoces estas curiosidades del alioli?
- Fue una salsa muy popular tanto en el Antiguo Egipto como en el Imperio Griego y Romano. En cada época se elaboraba de una forma diferente, añadiendo ingredientes variados como especias, hierbas y frutos secos.
- La receta tradicional en realidad solo incluye ajo y aceite, sin embargo, para obtener una textura cremosa es, prácticamente, imposible hacer alioli sin añadir otros ingredientes como el huevo.
- Además de en España, esta salsa se toma mucho en el sur de Francia, dónde se conoce como ‘aïoli’.
- En algunas zonas es común añadir ingredientes como patata, membrillo, pera, anchoas picadas, trozos de aceitunas o alcaparras, no solo para darle sabor, si no también para facilitar el ligado del aceite.