Ya no hace falta desplazarse hasta Girona para hacerse con los chocolates, bombones y dulces de Navidad de Casa Cacao. Jordi Roca ha inaugurado una tienda efímera en el hotel Mandarin Oriental del paseo de Gràcia (Barcelona), que estará abierta hasta el 5 de enero, y hasta allí nos hemos desplazado para descubrir de primera mano estas creaciones de chocolate bean to bar que ya hace días que están conquistando a muchos barceloneses.
La tienda no se ve desde la calle, así que, sin miedo, hay que subir la rampa que da acceso al lobby y, a mano izquierda, localizamos enseguida este pequeño pop up. El ambiente de fiestas se respira en la decoración del Mandarin Oriental, que también tiene en marcha, en su Jardín Mimosa, su habitual mercadillo de Navidad, con artesanía y otras propuestas gastronómicas propias de estas fechas: galletas de jengibre, vino especiado, chocolate con churros, etc.
Los bombones joya
Tras el mostrador de este Casa Cacao barcelonés, hoy encontramos a Marc Torrano, apasionado del mundo del chocolate —se le nota—, que nos presenta con todo lujo de detalles las distintas especialidades. Expuestos prácticamente como piezas de una joyería, detectamos bombones de pulpa de cacao, de manzana y tomillo, de miel y flor de azahar, entre otros, que se presentan en cajas variadas.
También hay ediciones especiales, como los bombones en forma de corazón, de rosa y pistachos, de fruta de la pasión y café y de violeta y casís; o los que elaboran con chocolate negro del 70% y whisky Macallan de 12 años. "Se infusionan los nibs de cacao tostados con el whisky durante seis meses —una bendita casualidad surgida en el confinamiento—, el sabor es muy sutil", cuenta Torrano. Y otra verdadera joya: el Gran Bombón, que se vende individualmente, y que, tras una apariencia roja y aterciopelada, esconde los sabores del lichi, la frambuesa y los pistachos. Es precioso.
Chocolates con personalidad
En frente, nos espera el mostrador de las tabletas de chocolate, "de diferentes orígenes y porcentajes, del 66 hasta el 100% de cacao", cuenta. Chocolates negros elaborados con cacao de Perú, Venezuela, Ecuador, México o República Dominicana; chocolates con leche de vaca, cabra u oveja; y otras tabletas de sabores, que mezclan cacao con té verde y jazmín, mandarina con regalíz o café de Etiopía. También la hay de whisky Macallan, y sus precios oscilan entre los 9 y los 12€.
Todos los chocolates de Casa Cacao se elaboran de manera artesana en su obrador de Girona, preservando las propiedades únicas de cada grano de cacao y dejando que este muestre su carácter y personalidad. Adiós a la uniformidad. Es una de las bondades del bean to bar, ellos reciben las habas (beans) de cacao del productor, las seleccionan, las tuestan, las descascarillan, las refinan,... y así hasta conseguir cada tableta.
El sabor de la Navidad
Pero lo que realmente llama la atención en estas fechas es el surtido de productos navideños, de los que ya hablamos hace unas semanas. Sus dos calendarios de adviento permiten degustar elaboraciones de El Celler de Can Roca, Casa Cacao y Rocambolesc en pequeño formato. Son ediciones limitadas, así que se pueden encargar y en unos días lo tienes en Barcelona. Lo mismo sucede con su bonito árbol de chocolate, relleno de gelatina de pulpa de cacao. "Es curioso porque no sabe a chocolate o a cacao, sabe a frutas tropicales. Este vuela, conviene reservarlo", avisa el dependiente.
También han creado otro árbol navideño de frutos secos; tres turrones distintos, el de tamaño más grande "se elabora con cacao de Kerala (India) y lleva habas de cacao sustituyendo a los frutos secos para darle este toque crujiente típico del turrón"; y dos panettones, el clásico con naranja y limón confitados, y el de chocolate, que utiliza chocolate de Casa Cacao 68% de la Hacienda Victoria (Ecuador), gianduja y orejones.
Todo el universo Roca
Las estanterías de esta pequeña tienda nos muestran otras creaciones de la casa como su chocolate a la taza; sus nibs de cacao, es decir, las habas de cacao tostadas, peladas y troceadas, que van bien para poner en el yogur, los cereales o el porridge; y su Rocacao, una crema de untar de avellanas y chocolate. Además del cava Brut Clásico del Penedès, que firman junto con la bodega Albet y Noya; la cerveza Duet, que han elaborado junto a Estrella Damm, y algunos de los libros de El Celler de Can Roca. Todo a la venta, hay que aprovechar.
Antes de irnos, nos cuentan un último detalle: la cascarilla del cacao, que se convierte en un residuo en el proceso de producción del chocolate, lo mandan al Museu Molí Paperer de Capellades y allí la transforman en papel con el que se hacen el packaging de los bombones y las tabletas. Más circular imposible. ¿Para cuando una tienda permanente en Barcelona? Pues, según declaró el mismo Jordi en la presentación del pop up, cuando puedan trasladar su obrador de Girona a Roca Sant Julià, el complejo conocido hasta ahora como La Fortalesa de Sant Julià de Ramis que los hermanos Roca han comprado.