El pumpkin spice latte llegó antes de que las redes sociales existieran, aunque es tendencia en los feeds del mundo entero. Es la bebida otoñal de moda y la responsable de generar billones de ganancias a sus inventores, la famosa cadena de Starbucks. Cubierta en nata y bajo el calor de un shot de café, descubrimos todo sobre su origen y sobre cómo preparar nuestro propio mix de especias, y pumpkin spice latte, en casa.
Qué es el 'pumpkin spice latte'
El pumpkin spice latte es una bebida, una tendencia, una invención más antigua de lo que pensamos y la transformación de un bocado otoñal en una inusual bebida.
Inspirada en el sabor del pumpkin pie, la jugosa y compacta torta de calabaza, esta bebida juega con los sentidos. Encadena el aromático picante de la nuez moscada y el jengibre, con el penetrante del café, mientras se deja envolver por la carnosidad de la calabaza y la dulzura de la canela.
En todas las ciudades capitales existen cientos de establecimientos que la adoptan como bebida estrella al caer octubre. Añaden la dimensión estética, realzan el naranja y coronan la nata montada con un toque de especias, espolvoreadas como nieve de diciembre. Aseguran de esta forma ser parte del próximo trend y que fotografiarlos valga la pena.
El pumpkin spice latte dulce, llamativo y grato al paladar, ha superado con creces las expectativas de querencia, aunque todavía tiene una cita pendiente con la salud, lo orgánico y el sabor honesto, que queda, casi siempre, oculto tras cantidades ingentes de azúcar.
Ello, el puesto que se ha ganado a pulso y la posibilidad de hacer uso de la calabaza como nunca habíamos hecho antes, la convierten en una bebida ideal para la exploración culinaria casera.
Cómo nació el 'pumpkin spice latte'
La creación del Pumpkin Spice Latte se atribuye a Peter Dukes, quién era el director del departamento de innovación de productos de Starbucks hace 20 años. Tras el éxito de la compañía con su bebida festiva Peppermint Mocha, que reunía entorno al shot de espresso, la menta, el chocolate y la nata montada, decidieron emprender el mismo camino hacia otra bebida festiva y otoñal. Intuyeron, y descubrieron, que la singularidad de la calabaza en una bebida cafetera resultaba muy seductora.
Si bien no inventaron el sabor de calabaza especiada, que sería parte clave del pumpkin spice latte, el proceso creativo incluyó la transformación de otro alimento tan emblemático como el Pumpkin Pie de Acción de Gracias en un trago dulce y cafeínado.
En el laboratorio líquido de Starbucks, combinaban pizcas de pastel con tragos de café, hasta entender que el propio café resultaba enfatizado con la canela, el jengibre, el clavo y la nuez moscada que protagonizan cada trozo de tarta de calabaza.
Así, antes incluso de que Twitter existiera, en 2003, Starbucks lanzó el Pumpkin Spice Latte con sabor a calabaza, especias, café y azúcar. Veinte años más tarde la bebida no ha dejado de crecer en popularidad, no han parado de nacer nuevas combinaciones de Pumpkin Spice, ha protagonizado todo tipo de reels y recetas, e incluso animó a la compañía a utilizar puré de calabaza real en lugar de aditivos, a tenor de las nuevas tendencias gastronómicas.
Valor nutricional y beneficios antiinflamatorios
Una de las ventajas de preparar pumpkin spice latte casero es poder adaptar el dulce, gramos de azúcar y crema batida, a nuestro propio gusto (y a unas cantidades mucho más amables con nuestro cuerpo que las de la famosa cadena).
Mientras un Pumpkin Spice Latte grande de Starbucks, de unos 400 ml, contiene 390 kcal, 9 gramos de grasa saturada, 50 miligramos de colesterol y 50 gramos de azúcar libre, nuestra versión casera puede reducir estos valores a la mitad e incluso a una quinta parte.
Empezando por consumir una taza de 250 ml, la mitad del tamaño, y por reducir drásticamente el azúcar teniendo en cuenta que, al día, el máximo recomendado es de 25 gramos, conseguimos disfrutar de una bebida especiada otoñal con unas 150 –160 kcal, y mucho más saludable.
Además, hacer nuestro propio pumpkin spice mix, o mezcla de especias de calabaza, denominadas así porque ligan a las mil maravillas con la calabaza, puede ser un recurso excelente a tener a mano por sus beneficios.
El pumpkin spice mix o mezcla de especias de calabaza es una combinación de jengibre, clavo, nuez moscada y canela. El jengibre es uno de los alimentos antiinflamatorios más maravillosos que la naturaleza nos ha otorgado. Sea masticando un pequeño trozo para aliviar el dolor de garganta o en forma de infusión, es un aliado extraordinario para evitar resfriados y para disminuir dolor inflamatorio, incluyendo el síndrome pre-menstrual.
A disminuir inflamación le ayuda el clavo que también es digestivo, mientras que la canela asegura que nuestros niveles de azúcar en sangre (siempre y cuando no la estemos utilizando en recetas con mucho azúcar, claro está) se mantengan estables. De hecho, el consumo diario de canela a largo plazo en el marco de una dieta saludable se relaciona con un peso más estable y la prevención de la diabetes.
Así, aprender a hacer esta mezcla de especias nos puede ayudar a disfrutar de riquísimo pumpkin spice latte casero, sin azúcar, antiinflamatorio y en caso de añadir café, capaz de ayudarnos a mantener la concentración durante el resto de la tarde.
Cómo preparar un 'pumpkin spice latte'
La receta de esta bebida, al igual que su nombre, cuenta con tres partes fundamentales. La de la calabaza, la de las especias y la del café con leche que incluye el término latte.
Preparar un puré de calabaza suculento, pero no acuoso es esencial para conseguir una versión casera deliciosa y en la que las especias, que deben estar armónicamente balanceadas, queden bien integradas. Si el café, es recién hecho tipo espresso, qué decir del resultado final. Aunque, un grano de Costa Rica en moka, con su característico carácter achocolatado y de matices a canela pueden dar una combinación igualmente, o incluso más, gloriosa.
Ingredientes (para 2 tacitas)
- 500 ml de leche entera
- 2 shots de café o 6 cucharadas de café
- ¼ cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de canela
- 1/4 cucharadita de jengibre en polvo
- 4 o 6 clavos frescos
- 3 cucharadas de puré de calabaza
- Nata montada
- 1 cucharada de azúcar o sirope de arce (opcional)
- Gotitas de esencia de vainilla (opcional)
Elaboración
Idealmente, prepara el puré de calabaza en casa horneando la calabaza unos 30-40 minutos, triturando y escurriendo en un colador con la ayuda de un paño durante varias horas hasta conseguir un puré bien espeso.
En una cazuelita, agrega el puré de calabaza y las especias y remueve a fuego bajo para ayudar a integrar. En la misma cazuela, añade la leche y continua removiendo.
Cuela la mezcla para asegurar que no quedan restos de clavo ni calabaza, sirve en taza, añade el café recién hecho y decora con nata montada y una cucharadita de canela.