Una de las búsquedas más recurrentes de estas fechas es cómo bajar la hinchazón abdominal. Esta consecuencia común de comidas copiosas, y admitámoslo, más descontroladas, las podemos solventar con unos cuantos consejos.
Tener más precaución en lo que comemos los días siguientes, ciertos auto masajes, relajación, movimiento o recetas de desayunos que nos harán empezar el día con energía a la vez que acariciarán suavemente nuestro sistema digestivo. A continuación, os damos algunas recomendaciones para que tengáis el mejor de los finales de estas fechas navideñas.
Qué es la hinchazón abdominal
El término de hinchazón abdominal incluye una amplia gama de posibles causas. En mujeres está mucho más relacionada con el ciclo hormonal mientras que en personas con patologías digestivas como Síndrome del Intestino Irritable o SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado) la hinchazón responde a respuestas de un sobresfuerzo de una microbiota ya alterada.
Por supuesto, y es el tema que nos ocupa hoy, la hinchazón o distensión abdominal también puede desarrollarse tras una comida copiosa, llena de paradas para hablar, brindis, refrescos y dulces por doquier.
5 estrategias para aliviar la hinchazón abdominal
En Navidades y fin de año esta es la imagen que se repite, una gran y abundante mesa que inicia la función a media mañana con todo tipo de entrantes, salsas, carnes y continúa con los turrones, los polvorones y el café cuando el cielo ya ha oscurecido.
El espectáculo vale la pena y el disfrute es inolvidable, lo que no quiere decir que debamos pagar el precio de un vientre hinchado por días por la mala digestión o los gases. Para evitar que eso ocurra aquí van algunos consejos y estrategias.
Toma fruta fresca
No solo cuando terminen las fiestas, también durante la misma cena o comida, es ideal que invada nuestro paladar algún que otro pedazo de fruta fresca como la piña natural, los arándanos o las mandarinas. Estas frutas además de aligerarnos la digestión y darnos un tiempo de descanso entre alimentos más pesados, son bajas en FODMAPS un tipo de azúcares que están muy relacionados con la aparición de distensión abdominal.
En cambio, tanto durante la celebración como en los días posteriores lo ideal es reducir el consumo de lácteos, melocotones, uvas, higos, miel, que son alimentos ricos en FODMAPS y centrarnos en consumir las frutas ligeras, mandarinas, fresas, arándanos, y verduras como calabacín, pimiento, berenjenas y cereales como los copos de avena.
De hecho, una fantástica idea es desayunar los días siguientes a las Navidades porridge de avena elaborado con agua y acompañado de moras, fresas, arándanos o plátano para ayudar a reestablecer el orden natural digestivo de forma afable.
Evita las crucíferas y legumbres (por unos días)
En la misma línea son 3 oligosacáridos (del grupo FODMAPS) presentes en la mayor parte de legumbres lo que provocan que consumir cocidos de garbanzos, platos con lentejas o frijoles nos ocasione hinchazón abdominal.
En el caso de las crucíferas, brócoli, col, repollo, coles de Bruselas, etc, también pueden producir gases por la misma razón. Este contenido de azúcares difíciles de digerir para nuestra microbiota se traduce en una descomposición en el colon que deriva en flatulencias, por lo que es mejor evitar este tipo de alimentos durante unos días.
Bebe infusiones digestivas (y mucha agua)
Las bebidas con gas, incluso cuando no contienen azúcar ni calorías, son una de las causas de nuestra hinchazón en las fiestas. Esta hinchazón, seguida de unas cuantas tazas de café, crece. Todo ello sin contar los chupitos, ponches y brindis ricos en azúcares no digeribles que hemos tomado entre lo uno y lo otro.
Por esa razón, lo mejor que podemos hacer después de las fiestas es basar nuestra ingesta líquida en aromáticas infusiones con romero y manzanilla o jengibre y limón que cuidan de nuestro sistema digestivo, y en el caso de jengibre también nos tonifica. Por supuesto, debe abundar el agua natural que permitirá a nuestro metabolismo limpiar toxinas y restablecer sus funciones fisiológicas.
Meditación y valerianas
El estrés es una de las principales causas de desórdenes en microbiota, alteraciones digestivas y consecuentemente, también de la distensión abdominal. Sea por el mismo hecho de organizar la comida para toda la familia o la logística del encuentro, puede ser que lleguemos a la noche con el resultado de esas tensiones pasándonos factura.
Una infusión de valeriana antes de dormir, y algo de meditación acompañada de unas gotas de aceite de lavanda pueden ser una estupenda idea para relajar todo nuestro sistema nervioso central y aligerar la carga del considerado como el segundo cerebro, nuestros intestinos.
Muévete (o masajéate)
Uno de los regalos de nuestro cuerpo es que tiene mucho de mecánico. Si hemos acumulado gases por las comidas copiosas y largas sobremesas, el movimiento físico nos puede ayudar a aliviarnos casi instantáneamente.
Bien, estimulando la motilidad intestinal con un paseo en bici, una excursión en un área de desnivel o bien, haciéndonos un automasaje en el bajo vientre, siempre siguiendo el movimiento de derecha a izquierda. Esto ayudará físicamente a nuestro cuerpo a remover lo que ya no necesitamos, y nos dejará con un relajado alivio, para empezar como nuevos, el próximo año.