Sergio Ramos y Pilar Rubio han acaparado titulares y espacios televisivos después sentarse en el restaurante más famoso de Instagram, el Nusr-Et Steakhouse, en su sede de Dubai, donde compartieron un chuletón cubierto de oro. El establecimiento debe su fama al personaje que interpreta una y otra vez su responsable, Nusret Gökçe, más conocido como Salt Bae, que además de lanzar la sal a un metro, sirve ostentosas elaboraciones donde predominan el oro y la carne. Rubio y Ramos se suman a una larga lista de famosos comensales, sobre todo jugadores de fútbol como Benzemà, Mbappé, Messi, Courtois, Modric, Neymar, Beckham o el fallecido Maradona, así como a otros personajes públicos, desde Leonardo di Caprio a Nicolás Maduro.
La visita del futbolista y la presentadora ha llamado la atención porque escogieron la joya de la corona de la carta, el golden tomahawk steak, que cuesta unos 1250$. Desde la publicación del story, se ha abierto el debate: ¿es sano comer oro? ¿cuánto vale? ¿a qué sabe? Intentamos resolver las mayores dudas que genera esta tendencia en alza, aunque en realidad no es nueva. La historia de la gastronomía brinda ejemplos similares en el pasado, pues gente poderosa que ha llevado al límite la excentricidad por tal de mostrar sus riquezas siempre hubo y habrá.
¿Comer oro es perjudicial para la salud?
Sí, el oro es perjudicial para la salud, pero no lo es el oro comestible, que es un sucedáneo sin cobre, catalogado como aditivo, en concreto como colorante alimentario. Su nombre técnico es E-175. Así lo decreta la Administración Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Sus efectos fueron evaluados por primera vez en 1975 y, recientemente, en 2016. Este colorante no aporta nada al organismo y no llega siquiera a descomponerse. Tal cual se come, se excreta. Que es como decir que cuando te sientes en el trono, te sentirás como el rey Midas.
¿A qué sabe el oro?
A nada. El oro comestible no tiene sabor, es inocuo e insípido. La textura se funde en el paladar y para este es imperceptible. Por tanto, su aportación a un chuletón es puramente estética. Puro "bling-bling", como los collares de BA Baracus o la dentadura de Rosalía.
¿Cuál es su uso en la cocina?
Olvídate de lingotes y pepitas, que no estamos en el Viejo Oeste ni necesitamos atracar el Banco de España. El oro comestible se comercializa y emplea mediante texturas muy ligeras, como láminas (pan de oro se denomina también, como en el arte), copos, polvo y spray. Su uso más común es en la repostería, donde se considera un ingrediente habitual para embellecer y ensalzar creaciones dulces, sobre todo de chocolate. También es cada vez más frecuente encontrarlo en cócteles, licores y destilados, que apelan a su uso en momentos festivos o de postureo, y que suele servir como argumento para encarecer el precio.
En la alta cocina se popularizó gracias al chef Gualtiero Marchesi (1930-2017), "Il Maestro", considerado padre de la nueva cocina italiana, quien en 1981 hizo célebre su risotto oro y azafrán. Como dato curioso, fue el primer cocinero italiano cuyo restaurante recibió tres estrellas Michelin en Italia y también el primero en rechazarlas. Eso también es oro.
¿Cómo se logra rebozar la carne con oro?
Los chuletones que parecen bañados en oro no son solo patrimonio del Salt Bae, sino un plato cada vez más común en restaurantes de cartas pretenciosas. En realidad es sencillo, tan solo se requieren láminas de oro comestible con el que empapelar la carne una vez cocinada. Estas láminas son muy frágiles, así que un buen truco es el que revelaron tiempo atrás en la revista Vice: ayudarte de un pincel para cubrir la carne. La misma técnica sirve para las alitas de pollo o las hamburguesas.
¿Dónde se compra y cuánto cuesta el oro comestible?
El oro comestible es desde hace tiempo un ingrediente de muy fácil acceso. Tanto en supermercados como en Amazon u otras plataformas de venta online es asequible. Lo más importante es comprobar que cuente con una certificación que avale su composición. Debe contener un mínimo de 90% de oro, es decir 21 quilates, a partir de aquí, según la marca, puede subir hasta los 24 quilates.
Las láminas que se necesitan para forrar de oro un chuletón suelen venderse en tamaños que oscilan los 4,33cm x 4,33cm y los 8cm x 8cm. Según lo mucho que se requiera cubrir, dependerá el número de hojas de pan de oro. Una marca consolidada, por ejemplo, que asistió al último Salón Gourmets de Madrid es Gold Chef, con sede en la Toscana de Italia. Esta casa, que renueva todos sus permisos año tras años y ofrece una garantía de 10 años, pone a disposición de los cocineros y cocinillas un paquete de 5 láminas de 5 cm x 5 cm por 15,90€, es decir, a unos 3€ la hoja de oro. ///