All Saints, el día de Todos los Santos, está a la vuelta de la esquina y tú, sí tú, seguro que querrás la tradicional lista de vinos dulces para la fiesta. Pues habrá que esperar un poco porque, aunque desprecio ese fervor tontuno de celebrar Halloween disfrazados, sí que hay algo que me chifla de estas fechas: las pelis de terror.
Por eso, me he reconvertido por un día en critico de cine y os he preparado una selección de películas del género, cada una maridada con su vino. Para darle una vuelta de tuerca, me voy a fijar solo en las pelis de bichos. Los bichos nos encantan, así que las pelis de bichos son doblemente molonas. Así pues, empezamos con la lista Vinos y terro(i)r. No sufráis, la lista de los vinos dulces también llegará.
'The Howling' y Coll del Sabater
Los licántropos nos gustan y está claro que muchos dirán que Un Hombre Lobo Americano en Londres (1981) es la mejor película. Es muy buena y esa transformación lo peta mucho, pero The Howling (Aullidos) (1981) sí que es la mejor. La dirección está a cargo de Joe Dante, con eso ya os debería bastar.
Aunque para mí lo bueno de esta película son tres cosas: survival mode, que ya suele pasar si escapas de un hombre lobo; licántropos bípedos, nada nuevo hasta que te fijas que guardan forma canina; y una transformación frontal que nada tiene que envidiar al hombre lobo americano en Londres.
Cosas peludas y muy animales, me lleva a vinos intensamente animales, y para animales los vinos de Escoda Sanahuja. Coll del Sabater es un vino de cabernet franc y merlot, con diez meses en barrica usada. Estilo inevitablemente marcado por la frescura en los vinos de Sanahuja, pero este tiene un corazón profundo y terroso produciendo en mi mente una inevitable asociación a lo animal. Vamos que me sirve para el cambio lunar. Precio: 24,85€ aprox.
'Critters' y Roig Boig
Me acojonó en la infancia, y ahora ha quedado como una película de culto trash de videoclub. Critters (1986) es una locura muy de los años ochenta, en la cual a unos cazarrecompensas espaciales se les escapan unos bichos potencialmente peligrosos. Estos llegan a un apartado pueblo campechano de la campiña norteamericana, donde un joven Leonardo DiCaprio sufrirá la voracidad de estos entrañables bichetes.
El vino que se me hace indispensable para esta divertida película de terror, dirigida por Stephen Herek, es el Roig Boig de La Salada. Un vino que Toni Carbó nos ofrece desde el interior rural del Penedès. Para beber a cholón o en porrón si te apetece. Glu glu de manual, fresco, ágil, baja graduación y de muy poca extracción, vamos que si lo hacen a litros mejor. Precio: 13€ aprox.
'Feast' y Valdisole Arkè
Y si hablamos de bichos, no pueden faltar esas survival movies con bichos hechos en laboratorios o aparecidos de no sé dónde. Siempre, siempre, tienen un único cometido: joder la vida a quien pillan por delante. Feast (Atrapados) (2005), de John Gulager, cumple con todos los requisitos de este tipo de películas y lo borda. Bichos con mala leche, astucia y apetito de sangre, la tuya. Aquí todo se mueve a ritmo desenfrenado y no te da tiempo a reponerte de nada, lo cual hace que empatices con los protas y sientas su ansiedad haciéndola tuya.
Para ello necesitamos un vino salvaje pero adictivo, capaz de engancharte al primer trago y crear la necesidad de seguir bebiendo. Arkè de Valdisole Wines es tu vino. Un orange del Piamonte que se bebe en formato de litro, a base de uva arneis muy típica de la zona. Orange sin estridencias oxidativas, pero con chicha, acidez y la electricidad suficientes como para engancharte a la silla y no dejarte salir de la vorágine. Precio: consultar
'Alien, el octavo pasajero' y Els Escurçons
Hablando de bichos que no sabes de dónde vienen, el pasajero que se coló en la Nostromo es uno de ellos. Alien y su octavo pasajero son una pesadilla para cualquiera. Ya de por sí, ese facehuggher sin consentimiento provocará el rechazo de cualquier joven actual. Pero ver como eclosionan de tu interior, es la mala leche en persona. Gracias Ridley Scott. Para colmo, que luego se dediquen a perseguirte, lejos de adoptarte como progenitor o familiar, se hace harto pesadillesco. Suerte de mujeres como la Teniente Ripley.
Els Escurçons de Sara Pérez en Mas Martinet tiene los mismos ovarios y la misma energía que Ripley. Todo es debido a Sara, que seguro podría encarnar a nuestra teniente favorita y bordarlo. Garnacha tinta power para un vino parcelario del Priorat con la imprenta telúrica del lugar. Ya lo veis, todo rebosa energía y fuerza. Os sentiréis empoderados viendo a Ripley dando matanza a los bichos, a la vez que descorcháis y bebéis una copa de este vino. Precio: 75€ aprox.
'The Host' y Beberás de la copa de tu hermana
El cine asiático nos ha ofrecido joyas de terror para dar y vender, y con los monstruitos también son buenos. Un ejemplo es la coreana The Host (2006) de Bong Joon-ho. Reivindicación de un cine que, a través del terror y de un bicho, hace crítica social. Chapeau. Esta peli se sale, con un pez mutante digno del mejor río de Springfield.
Y si de vinos raros se trata, no hay mejor bodega que Filoxera & Cía. Beberás de la copa de tu hermana es el vino adecuado. Opulento, fragante y sedoso. De esos vinos para beber con quietud e inquietud. Un coupage curioso de verdill, monastrell, subirat parent (malvasía) y viura, nos hacen un vino mutante en fragancias y aroma a medida que se abre. Vamos, que es ideal para ese deshoje de cebolla que tiene la película del señor Joon-ho. Precio: 12,90€ aprox.
'Deep Star Six' y Sekt
Cerramos sesión con otra peli ochentera, que en los ochenta cualquier cosa valía para hacer una de terror. Con otra pemisa muy loquer os presento Deep Star Six aka Profundidad Seis (1989). Peliculón con monstruo marítimo, similar a una galera gigante prehistórica vengando tanta muerte en paellas levantinas a sus congéneres. No, es bromica, pero bien podría serlo, ya que la premisa se basa en que unos investigadores marítimos perturban su paz. Es super entretenida, aunque aguanta por los pelos el paso del tiempo. Agua, mar y burbujas con un malo subacuático peor que Úrsula.
Como no, también cerramos con burbujitas. Porque tanta efervescencia en lo profundo del océano bien merece un espumoso. ¿No es eso, al fin y al cabo, el final que merecen las olas al tocar tierra? Me dejo de poesía y vamos al tema. El Sekt de la bodega Braunewell en Rheinhessen es un riesling de método champenoise imbatible. Me chifla esa combinación que producen los vinos de este varietal en doble fermentación. Más cuando los pillas con unos añitos, la acidez y esa parte cortante del varietal se estabilizan dando por resultado vinos top. Precio: 15€ aprox.