Cuando se acerca el mes de mayo, y con la llegada del calor, la alcachofa pierde algunas cualidades organolépticas, sus hojas se endurecen y generan los mal llamados “pelos”, que no dejan de ser los pistilos de esta flor. En ese momento, los consumidores nos olvidamos de ella y la dejamos de querer hasta la nueva temporada. Así, la alcachofa languidece, con su corona morada, en los campos del Prat de Llobregat (Barcelona), dando refugio a jilgueros y pardillos que aprovechan las plantas como posaderos para sus cantos primaverales.
Al fin y al cabo, se trata de un excedente de alimento al que se le puede dar una nueva vida. Mejor dicho, una segunda oportunidad. Con ese objetivo, la Cooperativa Agrícola del Prat y la Fundación Espigoladors, que ofrece oportunidades laborales a personas en riesgo de exclusión social, unieron sus esfuerzos, para que esas alcachofas no pasaran sin pena ni gloria y pudieran ser aprovechadas para la alimentación. Los agricultores de la cooperativa entregaron a Espigoladors casi 700 kilos netos de alcachofa del Prat y estos las han transformado en deliciosas cremas y patés de alcachofa.
Segundas oportunidades
“Ya hace tiempo que tenemos una relación estrecha con la cooperativa. Llevamos dos cosechas en las que hemos elaborado en nuestro obrador cremas de puerros, calabaza y calabacín y sofrito de tomate con excedentes que nos aportaban los agricultores. El paso natural ha sido aprovechar también los excedentes de alcalchofa del Prat para crear esta nueva crema y el paté picante de alcachofa”, explica Mireia Barba, directora de la Fundación Espigoladors, a Hule y Mantel.
Hace pocos días, en el marco del Fòrum Gastronòmic Barcelona, la cooperativa y Espigoladors presentaban estos productos al público. La crema contiene únicamente alcachofa del Prat (variedad blanca de Tudela) y patata. Y el paté picante de alcachofa ofrece otra manera de comer este vegetal, untada o como aderezo. “Para nosotros supone que la alcachofa esté presente durante todo el año en la mesa gracias a estos productos elaborados, más allá de la temporada estricta de producto fresco”, explica Agustí Garcia, presidente de la Cooperativa Agrícola del Prat, que aglutina a veinte familias de agricultores en el Parc Agrari del Baix Llobregat y cuyo principal producto es la alcachofa del Prat.
Esta segunda oportunidad que tienen las alcachofas también son segundas oportunidades para las personas ya que Espigoladors, que tiene su obrador en el barrio de Sant Cosme del Prat de Llobregat, se encarga de elaborar estos productos con personas vulnerables y en riesgo de exclusión. "Este proceso de elaboración también supone un reto para las personas que trabajan con nosotros en la Fundación”, apunta Barba.
Comerse lo imperfecto
Bajo el lema “Es imperfect”, desde la Fundación Espigoladors ya hace años que recuperan frutas y verduras “imperfectas” por su aspecto y que quedan excluidas del circuito comercial, pero siendo igual de buenas y sabrosas. Las transforman en conservas 100% naturales y vegetales como las citadas cremas o sus ya famosas mermeladas de manzana, cebollas, mandarinas, naranjas... todas ellas imperfectas.
También elaboran patés de sabores atrevidos como el de calabacín con dátiles, el de manzana y cebolla o el de berenjena con alcaparras. Espigoladors organiza “espigoladas” de forma frecuente para poder recolectar los excedentes de frutas y verduras que no son cosechados en los campos por su aspecto. Incluso ofrecen a empresas la posibilidad de participar en esta actividad y así sensibilizar sobre el reaprovechamiento de los alimentos. La crema y el paté picante de alcachofa se pueden comprar a través de la Cooperativa Agrícola del Prat, en tiendas especializadas en productos gourmet, como la Charcuteria Mallent del Mercat de Les Corts, y a través de la página web de Espigoladors.