Vermú, vermut, vermouth... Puedes llamarlo como quieras, pero lo cierto es que en España esta bebida alcohólica vive una época dorada y es protagonista en barras, mesas y en el terraceo veraniego. De hecho, tal y como contábamos en este artículo, territorios clásicos como Tarragona, Reus o La Rioja ya no son los únicos productores de vermut.
En este contexto, era fácil juntar las palabras clave, vermut y verano, para hacer un artículo del tipo Los mejores vermuts para pasar el veranito. Pero como nos gusta ir un poco a contracorriente, la que os propongo a continuación es la lista de vermuts que más gustan a mí, sin más, sin verano de por medio, una simple guía para que lo gocéis tanto como yo con este líquido.
La historia del vermut
La historia, según la cuenten unos u otros, te hablará de fenicios, griegos, romanos... y hay algunos que incluso meten a Hipócrates, como creadores/bebedores del dichoso vermut. Pero más allá de toda fantasía, el vermut es una bebida de reciente invención. El culpable es don Antonio Benedetto Carpano, y no, señores de Yzaguirre, no son dos personas, es una sola. Si llegan a hablar de poesía en su web, quizás tendríamos a tres poetas en Cataluña: a Miquel, a Martí y a Pol.
Coñas aparte, Don Carpano es quien inventó tan embriagador aperitivo en 1786. Nativo de Turín, quiso hacer para sus amigos los austríacos una bebida para el aperitivo sofisticada y elegante. Debo suponer que disponía del mismo desprecio que tengo hacia todo vino infusionado con hierbas, especias y yo que sé que mierdas les ponen algunos de más. Cosas como el glühwein ese que, por llevar, lleva toda mi aversión impresa.
Vamos, que el señor Carpano dispuso para ellos una elegante conjugación de vino blanco como base, hierbas botánicas maceradas en aguardiente, azúcar y, como no, la hierba que daba nombre a tan elegante aperitivo, la artemisa absenta o ajenjo. Dicha planta es la que proporciona el nombre ya que en alemán se pronuncia wermut. ¿Pilláis el naming?
De ahí que, si Hipócrates o quien fuera, trabajó-utilizó ajenjo en sus mezclas es una cosa que me parece fetén. Pero pasar a restarle importancia o decir que Carpano es quien hace la receta moderna, pues no, por ahí no paso. La intencionalidad, el nombre y racionalidad se la da Antonio Benedetto Carpano. Punto. Como con estas cositas yo me enervo, vamos a darle a la lista y ya:
Siset
Empezamos con este vermut de la familia Mascaró en el Penedès. Es una de mis debilidades. Un vermut que parte ya con una base tremenda, las reservas de “holandas” de la uva ugni blanc utilizadas para sus brandys. Esta reserva pertenecía al abuelo Narciso Mascaró “Siset”, con ellas se llevan a cabo las infusiones de hierbas y tenemos un conjunto redondisimo, fino y elegante con un recuerdo a barrica muy elegante. Precio: 10,95€ aprox.
Fot-li
Y del Penedès a Reus y tiro porqué me toca. Reus es el epicentro de la malignidad vermutera, lo amas y odias a partes iguales. Porque su estilo azucarado (que tanto odio) es inconfundible y único. Sus vermuts me transportan a la niñez, donde la gente se reunía en las bodegas a la hora del vermut. Más tejido social que en este momento en los barrios, no ha existido jamás en este país. Fot-li, que se elabora principalmente a partir de garnacha blanca, es el heredero de esos mediodías, donde la rayuela marcaba el suelo de las calles y el vermut el ritmo de las horas. Precio: 9,50€ aprox.
Melquiades Sáenz blanco
Bodegas del Diezmo Nuevo es una bodega sita en Huelva y una de las más viejas del país. Se jactan de tener la receta española de vermut más antigua, con unos 250 años de vejez. Cosa que se contradeciría al poner en cuenta los años en que Carpano creó la fórmula. Se lo voy a perdonar, porque su vermut blanco me chifla. Es de esos vermuts que abusan de los botánicos, hasta sesenta plantas tienen en su haber, y le dan cañita al vermut en barricas de roble viejas durante un año o más. Muy singular, con notas curiosas de vejez y un amargor final notable. Precio: 9,50€ aprox.
Yzaguirre Rojo Reserva
Sí, me he metido con ellos por la metedura de pata que se puede leer en su web. Pero al César lo que es del César y su vermut Yzaguirre reserva, para mí, es de lo mejor del producto patrio. Un vermut que como no, adolece del azúcar residual tan característico en nuestros vermuts de Reus —la bodega se ubica en El Morell, entre Reus y Tarragona—, aunque su amargor y finura, lo convierten en uno de mis favoritos. ¡Larga vida a Yzaguirrre! Precio: 11,90€ aprox.
Dos Deus Estrellas
Esa conexión catalano-andaluza entre nuestros vinos, parte de nuestro pasado reflejado en una botella. Dos Deus Estrellas es un vermut nacido en el Priorat, pero con corazón jerezano, ya que se guarda de dos a tres años en bota de oloroso jerezano. Un box to box que hace las delicias de cualquier amante del vermut. Precio: 13,90€ aprox.
Lustau blanco
Dale, dale que a mí este vermut blanco, del Grupo Caballero, me lo peta mucho. Base de fino jerezano y algo de moscatel, hacen de este vermut una de las mejores combinaciones. Vermut con entrada dulzona, cítricos muy aéreos y un paso sedoso por boca dejando un amargor final con cierta salinidad. Precio: 12,90€ aprox.
Carpano Fórmula Antica
Evidentemente debía salir uno de los tantos vermuts que Carpano posee. Entre ellos el más popular es su Punt e mes, pero yo me centro en esta ricura proveniente del pasado. Según nos explica la bodega, y debemos creerla, este vermut está basado en la antigua receta que lleva vino blanco de diferentes regiones de Italia, un montón de hierbas super chachis, infusiones en frio y hasta azafrán Iraní que se ve es la leche.
El resultado: un vermut de corte italiano muy seco, con un inconfundible sabor cítrico y un toque de vainilla proveniente de la guarda en barrica. Un massive cucumber de cuidado. Su precio lo convierte en un vermut poco popular, pero yo os invito a probarlo sin cuartel. Total, un día es un día. Precio: 31,90€ aprox.
Atamán
A base de reservas de manzanilla, el grupo bodeguero Barbadillo recupera la histórica marca Atamán. Destinada a sus antiguas soleras de vinos quinados y los vermuts, es pues Atamán un canto a los vermuts históricos del sur. Vinos poderosos, amplios y contundentes, que se ven ligeramente refrescados por el recuerdo de los cítricos, acabando en la mayor de las amarguras. ¡Qué grandeza! Vermut prohibido para los amantes del dulzor, ya que este amargor final es salida de un quejido. Precio: 14€ aprox.
Padró Dorado Amargo
Mientras hacía este artículo he hablado con Rosa Molinero, periodista y cómplice de corredurías varias. Y como soy de esos le dije: "Dime un vermut, anda". Ahí va. Esta bodega situada en el Alt Camp (Tarragona) tiene una historia muy ligada a los vinos y vermuts. Éste es todo lo que dice el nombre, un color ambarino dorado que estiliza mucho en la copa, así no parece que bebes un blanco cualquiera. Y amargo, amargo bien, sin azúcar, sin residuales dulzones. No, amargo como solo el amargo puede ser. Fetén, oigan. Precio: 11,90€ aprox.