La alimentación también puede ser una buena aliada para cuidar de la salud de nuestra piel. De hecho, si introducimos ciertos cambios y alimentos en nuestra dieta podremos mejorar su aspecto. Así lo afirma Paula Martín Clares, especialista en dermofarmacia y nutrición, y lo desgrana en el libro La salud de tu piel está en lo que comes, publicado por la editorial Zenith.
El título, que va ya por su tercera edición, funciona como una guía práctica que nos orienta a la hora de tomar decisiones sobre qué comer para cuidar nuestra piel. La autora, también conocida por la divulgación que hace en el perfil de Instagram @farmanutribypaula, nos indica en el libro qué alimentación es más recomendable según nuestro tipo de piel: seca, grasa, sensible o si está deshidratada.
Y también nos introduce en las relaciones entre nutrición y envejecimiento de la piel o en la influencia que una alimentación adecuada puede tener en el cuidado de afecciones de la piel como la dermatitis atópica, la psoriasis, la rosácea o el acné.
La especialista explica qué alimentos perjudican nuestra piel, por ejemplo las harinas refinadas, los fritos, las bebidas azucaradas o los alimentos procesados, pero también cuáles son los más beneficiosos y los que, junto a una dieta equilibrada y una buena hidratación, nos ayudarán a mantener una piel sana.
Los alimentos aliados para la piel
Y es en estos alimentos, en los que pueden ser buenos aliados para nuestra piel, en los que nos hemos fijado. Especialmente ahora que nos encontramos en pleno cambio de estación y entramos en la primavera, algo que siempre afecta, en mayor o menor medida, a nuestro organismo.
Son alimentos que se pueden incorporar fácilmente a nuestra lista de la compra y a nuestros menús semanales y, como dice la especialista, "no solo son beneficiosos para nuestra piel, sino también para mantener en buen estado el resto del organismo".
Entre ellos encontramos el aguacate, las nueces, el chocolate negro, la cúrcuma… y estos estos otros seis alimentos que detallamos a continuación, con sus propiedades.
Pescado azul
Como es sabido, el pescado azul es una rica fuente de omega-3 que ayuda a mantener la piel hidratada, flexible y fuerte, y a reducir su inflamación. De hecho, apunta la autora, "hay estudios que demuestran que reduce las afecciones inflamatorias y autoinmunes que afectan a la piel, como la psoriasis y el lupus".
Además, este pescado tiene vitamina E, que protege la piel de los rayos del sol y, por lo tanto, del envejecimiento; y es rico en zinc, lo que facilita la cicatrización y ayuda a producir nuevas células. ¿De qué pescados hablamos? Pues de caballa, sardinas, salmón o atún, entre otros. Si no sabes cómo prepararlo, aquí te sugerimos algunos trucos y consejos para cocinar pescado azul, que pueden ser de gran utilidad.
Brócoli
Cargado de vitaminas y minerales que contribuyen a la salud de la piel, como el zinc y las vitaminas A y C, el brócoli es una hortaliza de la familia de las coles, cuya temporada puede alargarse hasta finales de abril —aunque se encuentra prácticamente todo el año en las tiendas—, y también contiene luteína, un carotenoide que funciona como el betacaroteno. La luteína protege la piel del daño oxidativo, evitando que se seque y se arrugue.
Pipas de girasol
Lo contaba nuestra colaboradora y nutricionista, Laia Shamirian, en este artículo: "Una piel jugosa, luminosa y bien hidratada puede favorecerse consumiendo pipas naturales. Estas semillas son una fuente incomparable de vitamina E, que ayuda a conservar la hidratación (...). Esta vitamina es también un gran antioxidante, que cuida de nuestras células y contribuye a proteger la piel del daño solar".
Martín Clares añade que también son fuente de zinc, lo que les otorga un importante poder antiinflamatorio y que sus ácidos grasos omega-3 ayudan a proteger las células de la piel. Una recomendación: como su aporte calórico es alto, hay que tomarlas en pequeñas cantidades. "Tres cucharadas soperas o 30 gramos o dos puñados de pipas con cáscara máximo al día son buenas medidas de referencia", según Shamirian.
Tomates
Ya sabemos que los tomates son para el verano, pero podemos encontrar algunas variedades que funcionan bien todo el año y que contienen la mayoría de carotenos importantes, es decir, antioxidantes que ayudan a prevenir el daño generado por los rayos UVA en nuestra piel. Con las estaciones cada vez más cortas, incorporar tomates a nuestra dieta, y más si son de cultivo local, puede ser una inversión antes del verano.
Un dato curioso que subraya Martín Clares: "Cuando se combinan los tomates con una fuente de grasa, como el queso o el aceite de oliva, se aumenta significativamente la absorción de los carotenoides (betacaroteno, luteína y licopeno)".
Soja
En forma de legumbre o transformada en tofu, tempeh o bebida vegetal, la soja contiene isoflavonas, unos compuestos químicos con potentes propiedades antioxidantes. "Se ha comprobado que ayudan a la reducción de las arrugas y dan elasticidad e hidratación a la piel".
En el caso concreto de mujeres posmenopáusicas, la soja puede ayudar a mejorar la sequedad de la piel y a aumentar el colágeno. Y, además, protege las células de la piel de la radiación, lo que puede reducir el riesgo de sufrir algunos cánceres de piel.
Té verde
Sabemos que tomar un té chai, ese que combina té con especias y hierbas aromáticas, aporta múltiples beneficios a nuestro organismo. Podemos prepararlo con todo tipo de tés, pero si optamos por el verde, además, estaremos recibiendo una dosis de polifenoles, unos antioxidantes que portegen de los rayos del sol, reducen las irritaciones de la piel, ralentizan las encimas que provocan el envejecimiento de la piel y tienen efectos beneficiosos para el sistema inmunológico.
Un último consejo: hay que evitar mezclar el té verde con leche porque podría reducir el efecto de los antioxidantes.